El 'ultra' Hell¨ªn pidi¨® a la ONU el estatuto de refugiado
El ultraderechista Emilio Hell¨ªn Moro, condenado a 43 a?os de prisi¨®n por el asesinato de Yolanda Gonz¨¢lez, solicit¨® durante su temporal huida de Paraguay el estatuto de refugiado pol¨ªtico a las Najcionesl Unidas en la Embajada de Paraguay en Montevideo, seg¨²n declar¨® ¨¦l mismo en el cuartel de polic¨ªa de Asunci¨®n. Hell¨ªn basa su estrategia para impedir su extradici¨®n a Espa?a en decir que su condena fue por motivos pol¨ªticos.
Este supuesto car¨¢cter pol¨ªtico de su juicio ha hecho declarar al asesino de extrema derecha a la polic¨ªa paraguaya que huy¨® de Espa?a, no por eludir a la justicia, sino por temor a su seguridad personal y a un posible atentado de ETA. El asesino convicto de la joven Yolanda Gonz¨¢lez prepara su estrategia de defensa con su ahogado Gustavo Arietti y ciertos sectores de la polic¨ªa paraguaya, que le amparan, ayudan y conceden un trato especial.
Hell¨ªn trata de difundir la idea de que se entreg¨® a la polic¨ªa en Puerto Falc¨®n tras un mes de viaje de trabajo, que inici¨® justamente nada m¨¢s llegar a Asunci¨®n la orden internacional de captura de Interpol con fines de extradici¨®n. Incluso ayer mismo [hora paraguaya], el portavoz de la polic¨ªa, Oswaldo Palacios, declaraba en televisi¨®n que el ultraderechista se entreg¨® en el puesto fronterizo de Puerto Falc¨®n, en la frontera con Argentina.
La realidad es absolutamente diferente. Seg¨²n han informado a este peri¨®dico el comisario Fretes, jefe de Investigaci¨®n, y el comisario Oviedo, jefe de Extranjeros y responsable de su declaraci¨®n, el ultra Hell¨ªn sali¨®, tras conocer la orden de captura, a Foz de Yguaz¨² (Brasil), despu¨¦s se traslad¨® a Buenos Aires, para de all¨ª pasar a Montevideo, donde pidi¨® el asilo pol¨ªtico, y por ¨²ltimo acudi¨® a Puerto Falc¨®n (Paraguay) desde Cloridita (Argentina). Seg¨²n estas fuentes, Hell¨ªn Moro fue detenido una vez cruzada la frontera tratando de disfrazar su rostro con un "bigote y gafas oscuras".
Liquidando el negocio
El ultraderechista iba a reunirse con su esposa, Mar¨ªa del Carmen Asensio, quien le llevaba documentos "para liquidar sus negocios en Paraguay", seg¨²n asegur¨® el general Francisco S¨¢nchez, jefe superior de la polic¨ªa de Paraguay. Hell¨ªn pretend¨ªa firmar autorizaciones para que alguien, probablemente de su familia, tuviera poderes para vender o traspasar sus negocios de computadoras: una sociedad de instalaci¨®n y venta, una academia de ense?anza y un taller de reparaci¨®n de estos aparatos electr¨®nicos.
Agentes del grupo de investigaci¨®n y del servicio de Interpol trasladaron a Hell¨ªn, su esposa y dos de sus hijos al cuartel de Asunci¨®n, donde estos ¨²ltimos fueron puestos en libertad sin cargo alguno.
Desde su detenci¨®n el pasado domingo, el activista se encuentra en una situaci¨®n especialmente irregular. La polic¨ªa asegura que se encuentra a disposici¨®n del juez, mientras el magistrado todav¨ªa no ha solicitado su comparecencia. Su abogado Gustavo Aretti asegur¨® que ha conversado con su defendido en la prisi¨®n de Tacumb¨² -"se encuentra muy optimista y esperanzado"-. EL PA?S convers¨® con el ultraderechista en el cuartel general de la polic¨ªa, cuando, seg¨²n los agentes, Hell¨ªn prestaba declaraci¨®n en el centro de Asunci¨®n.
Seg¨²n su abogado, desea que Hell¨ªn no permanezca en la penitenciar¨ªa de Tacumb¨² y el juez acceda a petici¨®n de que el activista sea recluido en el cuartel de la Polic¨ªa por motivos de seguridad. En esa situaci¨®n de reclusi¨®n s¨®lo se encuentran cuatro polic¨ªas procesados por torturas, que duermen en sus domicilios.
Rodeado de una docena de agentes, este enviado especial fue autorizado y llevado hastala sala donde Hell¨ªn prestaba declaraci¨®n. Los polic¨ªas que interrogaban a Hell¨ªn frente a una m¨¢quina de escribir y el propio ultraderechista se levantaron inmediatamente y ambos grupos se saludaron con un militar y estricto toque de talones.
Hell¨ªn cambi¨® la sonrisa por una mirada de sorpresa y un gesto de animadversi¨®n cuando supo que hablaba con un periodista de EL PA?S. "Sois mis enemigos. EL PA?S es mi enemigo y ha publicado muchas mentiras sobre m¨ª", coment¨®.
En medio del m¨¢s absoluto silencio Hell¨ªn explic¨® que no ten¨ªa nada que declarar. "Publiquen de nuevo la sentencia o lo que les parezca, porque EL PA?S dijo muchas cosas que no eran verdad, como demuestra el fallo de los jueces", a?adi¨®, cada vez m¨¢s tenso, mientras no se escuchaba ni la respiraci¨®n del s¨¦quito policial que rodeaba a los dos interlocutores. Hell¨ªn asegur¨® que no quer¨ªa por el momento ofrecer ninguna declaraci¨®n, sobre su vida de Espa?a y estancia en Paraguay, a pesar de varios intentos para que ofreciera su versi¨®n del caso.
S¨®lo al final dijo que estudiarla un posible cambio de decisi¨®n sobre sus declaraciones. De nuevo, los golpes de tac¨®n dieron por finalizada la charla y desped¨ªan despacho a despacho el paso del s¨¦quito de polic¨ªas hasta la salida.
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