Inauguraci¨®n con barbero
El barbero no falt¨® a la cita. Se inauguraba la nueva plaza de toros de Miraflores de la Sierra, moderna, bella y c¨®moda, y all¨ª se di¨® la habitual mezcolanza en estos casos: gentes del pueblo, sus fuerzas vivas, las majas despejando el ruedo y la reina de la feria. Taurinamente tambi¨¦n salieron a flote los t¨ªpicos sucesos que, salvo honrosas excepciones, caracterizan hoy a la fiesta: toros descastados, un p¨²blico festivo y poco anal¨ªtico, percherones con los antirreglamentarios manguitos, un presidente facil¨®n haciendo dejaci¨®n de su autoridad y, ?,c¨®mo no?, el barbero. Un barbero que trabaj¨® a destajo, por lo mucho que cort¨®, y mal, por la clar¨ªsima evidencia de afeitado trompo, desigual y nada disimulado. Qu¨¦ m¨¢s da, si la autoridad est¨¢ apuntada al pasotismo. El festejo s¨®lo entrar¨¢ en la historia por ser el de la inauguraci¨®n de esta fase de las obras del coso, que puede albergar a 3.000 espectadores, y que se ampliar¨¢ a 5.000; y porque Espl¨¢, a las nueve menos cuarto, cortaba la primera oreja.
V¨¢zquez / Dom¨ªnguez, Espl¨¢, Plaza
Toros de Jos¨¦ V¨¢zquez, bien presentados, mansos, sospechos¨ªsimos de pitones. Roberto Dom¨ªnguez: silencio; ovaci¨®n. Luis F. Espl¨¢: ovaci¨®n; oreja. Jos¨¦ M. Plaza: vuelta; ovaci¨®n. Plaza de Miraflores de la Sierra, 12 de agosto
Poco import¨® que hubiera utilizado el verduguillo en 7 ocasiones despu¨¦s de la estocada. El diestro hab¨ªa diquelado a la. perfecci¨®n al seguindo, con el que el barbero se luci¨® especialmente, pues ten¨ªa un pit¨®n -es un decir- muy afeitado y el otro todav¨ªa m¨¢s, como para un espect¨¢culo de rejoneo. El bicorne -es un decir- topaba rebrincado y derrot¨®n. Espl¨¢, muy cient¨ªfico, se divirti¨® intentando reconvertirlo en suav¨®n y colaborador. Casi lo consigui¨® a base de templarle y marcarle mucho el viaje enga?ando-desenga?ando su escaso celo.
Pero ahora cala m¨¢s en el cotarro el pegapasismo que la ciencia. Espl¨¢, de nuevo muy estudioso, as¨ª lo chanel¨® y sali¨® decidido en el quinto a obtener ese hist¨®rico primer trofeo. Con inteligencia, utiliz¨® la sarga para hacer un toreo f¨¢cil y efectista en el que incluy¨® algunas gotas de arte y ortodoxia para los entendidos. Y, pese a ser un pinchauvas con el verduguillo, el. presidente le concedi¨® la oreja. Espl¨¢ deleit¨® y brill¨® con las banderillas.
La m¨¢xima ortodoxia la puso Plaza, pero fall¨® con la tizona en su primero y el ¨²ltimo, un zambombo mendaz y peligroso, s¨®lo le permiti¨® trajinar aseado y voluntarioso. Como Dom¨ªnguez, que tore¨® con cierto aroma y gusto. Con m¨¢s formas que fondo, aunque su lote tampoco era para otra cosa.
Espartaco evoluciona favorablemente de la cogida que sufri¨® el viernes en Antequera (M¨¢laga) y que le produjo una herida de 16 cent¨ªmetros en su pierna derecha. A pesar de las molestias no tiene fiebre ni infecci¨®n.
Babelia
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