'Be' ca¨ª 'be` la 'bici'...

El muchacho, el carrillo deformado por una tremenda hinchaz¨®n, el ment¨®n recosido y dos golpes sanguinolentos en la cara, est¨¢ a punto de ingresar en La Paz. "Be ca¨ª be la bici en el bueblo...". Lleva bambas y ba?ador largo de colorines f¨®sforecentes. La noche es tranquila, de momento, pese a que el equipo m¨¦dico se tem¨ªa lo peor: vuelta del puente de la Asunci¨®n., final o inicio de vacaciones... El 15 de agosto, alrededor de la medianoche aparecen sucesivamente por la puerta de urgencias de este hospital -1.659 camas de capacidad, uno de los mayores de Madrid- una anciana jadeando, un infarto, una opulenta se?ora acompa?ada de una cohorte de rollizos familiares -"az¨²car en la sangre", explican- y un hombre calvo, de edad indefinible, con la palabra c¨¢ncer escrita en el tono cetrino de la piel. Podr¨ªa ser invierno, a no ser por el muchacho accidentado, o por Israel, 14 a?os y gafas, quien, con otra bici, se ha cargado la clav¨ªcula en Buitrago.Estos accidentes son comunes en estas fechas, adem¨¢s de las v¨ªctimas de las carreteras, asegura el traumat¨®logo de guardia, Manuel Ceijas. Tambi¨¦n "se ven urgencias m¨¢s graves, porque mandan enfermos que se accidentan en la costa para ser operados", afirma. "Y las lesiones que se producen en las piscinas", explica sonriente Sonia, enfermera de traumatolog¨ªa."Hay muchos enfermos cr¨®nicos descompensados, como en invierno", dice Miguel Bernard, m¨¦dico adjunto de guardia del servicio de medicina interna. Las urgencias en agosto bajan levemente -un 10%- sobre el resto de los meses, pero el servicio mantiene todo el personal. En 1988 disminuyeron un 25% los ingresos, la demanda de consultas externas se redujo a la mitad, al igual que las intervenciones quir¨²rgicas. Solamente se cerraron 231 camas en agosto, seg¨²n la direcci¨®n.

El est¨ªo trae gastroenteritis, como los tres casos de diarrea que ha atendido este d¨ªa la m¨¦dica residente ?ngeles D¨ªaz. "Hay picaduras de insectos y de serpientes, insolaciones, eritemas e intolerancia al sol. Aparecen ancianos deshidratados por las gastroenteritis y porque apenas beben agua.

El trastorno neurol¨®gico frecuente en ellos condiciona que no tengan sensaci¨®n de sed", afirma Salvador Ju¨¢rez, responsable de urgencias. "Ocurre, pero es anecd¨®tico", dice sobre el pretendido abandono de los ancianos en los hospitales. "Pues no. En verano es cuando menos ancianos ingresan; acuden a medida que aparece el fr¨ªo", asegura Raquel Belda, Jefa de asistencia social de La Paz, apoy¨¢ndose en un estudio. Los mayores problemas estivales son los extranjeros enfermos que acuden desde la vecina estaci¨®n de Chamart¨ªn. "Suelen ser marroqu¨ªes o argelinos, sin dinero y cuyas embajadas se desentienden", asegura Belda.