Vuelve 'El retablo' de Falla y Zuloaga

La Quincena Musical de San Sebasti¨¢n recupera hoy, con la interpretaci¨®n de la Orquesta Sinf¨®nica de Euskadi de la obra El retablo de maese Pedro, de Manuel de Falla, la escenograf¨ªa original del pintor Ignacio Zuloaga que realiz¨® para dicha pieza. La escenograf¨ªa y los bocetos, junto a otros dibujos del artista, se muestran estos d¨ªas en San Sebasti¨¢n, lo que ha provocado el recuerdo de la amistad entre el pintor y el m¨²sico.

Ignacio Zuloaga, eibar¨¦s, se enamor¨® hacia 1910 de un rinc¨®n de Zumaya que, entre bosque y r¨ªas, merece tales entusiasmos y muchos m¨¢s. Tambi¨¦n Ortega y Gasset hizo de la villa donostiarra su lugar de veraneo, como recordaba el s¨¢bado su hijo mayor, Miguel, bautizado con tal nombre por deseo de sus padres, a la mayor gloria de Cervantes.El a?o 1914 Zuloaga inaugura su chal¨¦-museo, que hoy cuidan, como todo el legado del pintor, sus nietos, hijos de su ¨²nica hija, Luc¨ªa. All¨ª tuvo lugar el s¨¢bado un acto casi acad¨¦mico preparatorio de la interpretaci¨®n representada de El retablo de maese Pedro, de Falla, que tendr¨¢ lugar hoy, martes, en el teatro Victoria Eugenia, seg¨²n las ideas pl¨¢sticas del pintor vasco realizadas por ¨²nica vez en la Opera C¨®mica de Par¨ªs en marzo de 1928.

En la finca Santiago-Etxea se visitan las mil maravillas que a lo largo de su vida coleccion¨® Zuloaga: sus propios cuadros y dibujos, las esculturas que le regalara su amigo Robin, los Greco, Vel¨¢zquez y Carre?o, las tallas en madera, la interminable serie de peque?os objetos elegidos, d¨ªa a d¨ªa, en los anticuarios de toda Europa, y las formidables cabezas de Don Quijote y Sancho Panza, en cart¨®n-piedra policromada, imaginadas para El retablo, obra dedicada, como el nombre del mayor de los Ortega, "a la gloria de Cervantes".

Present¨® Jos¨¦ Ignacio Pellechea el cat¨¢logo-epistolario, que, patrocinado por la Caja Provincial de Ahorros, contiene m¨¢s de 200 cartas dirigidas a Zuloaga por una cincuentena de pintores, desde Anglada-Camarasa a Picasso, desde Sert y Regoyos a Casas y Sorolla.

La publicaci¨®n, enriquecida con dibujos y carboncillos que ahora se exponen en San Sebasti¨¢n, como antes en Madrid, nos depara la posibilidad de contemplar los bocetos para las figuras retablescas, el patio de la venta, que no es otro sino el de la casa del vizca¨ªno de Segovia, el carromato de maese Pedro, humilde y popular, y todo cuanto ha servido de base, junto al fondo celeste de Granada en el retrato que Zuloaga hiciera a Falla en 1932, para el montaje de hoy de Manuel Santo Domingo, con direcci¨®n esc¨¦nica de Horacio Rodr¨ªguez de Arag¨®n y musical de Crist¨®bal Halffter. Habl¨¦ el compositor para exaltar la genialidad de la obra de Falla, y su relaci¨®n con la gran literatura y la gran pintura, camino en el que el mismo Halffter insiste en sus Tiempos para espacios.