Reina mora
Dolores Montoya ha cambiado de corna. La reina del nuevo flamenco, compa?era de Manuel y musa de una generaci¨®n de cataoras , va camino de conseguir la diadema de un nuevo imperio. El mundo musical ¨¢rabe gana una soberana y el joven cante andaluz se resquebraja en uno de sus pilares.Y es que Lole ya no parece una Montoya; sevillana de 35 a?os, es hija del bailaor juan Montoya y de Antonia Rodr¨ªguez Moreno, La Negra, una cantaora y bailaora natural de Or¨¢n, Argelia. Sus. comienzos en el tablao sevillano Los Gallos y en el madrile?o Las Brujas est¨¢n arrinconados y forman parte de un recuerdo en el que tambi¨¦n est¨¢n sus trabajos con Manuel. Nunca practicaron un flamenco ortodoxo, puro, y ¨¦sa fue su grandeza. Ahora, el anta?o lejano punto de referencia ¨¢rabe se ha convertido en obsesi¨®n omnipresente, y Lole se ha transformado en una reina mora capaz de provocar las reacciones m¨¢s controvertidas entre un p¨²blico que sue?a con buler¨ªas.
Lole Montoya
Acompa?ada, por la orquesta El Hial. Previo de Ca?ad¨². Cande Duque. Madrid, 22 de agosto.
Envuelta en largo y sedoso vestido blanco, sali¨® a escena pasada la medianoche, con el Cuartel de Conde Duque convertido en un palacio donde la esperaba una corte de 14 m¨²sicos. La orquesta marroqu¨ª El Hial se acopl¨® a la perfecci¨®n a su ritmo, a sus cadencias vocales y a sus poderosas subidas, en un alarde de finura instrumental. Forman un bloque especializado en ambientaciones c¨¢lidas, donde la magia morisca es capaz de cautivar.
Lole, espl¨¦ndida de voz, tuvo problemas con el aire y con la monoton¨ªa. El primero golpeaba el micr¨®fono con violencia, mientras que la invariabilidad r¨ªtmica acab¨® cansando al numeros¨ªsimo p¨²blico. Dicen que un cantaor est¨¢ a gusto cuando al interpretar se siente c¨®modo, acompa?ado por m¨²sicos de confianza y escuchado por buenos aficionados; Lole no estaba a gusto, presionada por unos oyentes que se inclinan por su otra vertiente e ignoran las virtudes de su nuevo cetro. "Cristo es el artista", lleg¨® a decir. "Canta por buler¨ªas y nos vamos", le respondi¨® alguien, ajeno a que esos cantes ya no forman parte del repertorio de una Montoya obsesionada con las precedentes egipcias: Ana Oumri y Om Kalsoum.
Babelia
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