Los secretos militares, tel¨®n de fondo de la visita del jefe del KGB a Polonia
El silencio oficial que rodea la presencia en Varsovia del jefe del Comit¨¦ de Seguridad Estatal (KGB) de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, general Vladimir Kriuchkov, alimenta las sospechas de que el tono benevolente del visitante est¨¢ encubriendo de hecho la preocupaci¨®n de Mosc¨² por el acceso de un Gobierno no comunista a los secretos de los servicios de informaci¨®n del Pacto de Varsovia.
El encuentro mantenido el s¨¢bado entre el nuevo primer ministro, Tadeusz Mazowiecki, con el jefe del KGB fue "intereante e importante", explic¨® a este diario Jacek Ambroziak, subsecretario de Estado y el m¨¢s estrecho colaborador del flamante jefe de Gobierno. Ambroziak declin¨® contestar odas las preguntas concernientes al contenido de la conversaci¨®n. El secretario de Mazowiecki asegur¨® a EL PA?S que la visita de Kriuchkov hab¨ªa sido planificada "mucho antes" sugiriendo de esta manera que no reflejaba una preocupaci¨®n sovi¨¦tica por el desarrollo de la situaci¨®n en Polonia despu¨¦s del abandono del Gobierno por los comunistas. Ambroziak no fue capaz de contestar ni cuando hab¨ªa llegado Kriuchkov a Polonia, ni si hab¨ªa ya salido del pa¨ªs, limit¨¢ndose a subrayar que el viaje del general sovi¨¦tico respond¨ªa a la invitaci¨®n del a¨²n ministro del Interior, Czeslaw Kiszczak. Despu¨¦s del encuentro, que dur¨® m¨¢s de una hora, el general Kriuchkov alab¨® a Mazowiecki ante los informadores, decribiendo al nuevo primer ministro como "un hombre de principios" y declar¨® estar seguro de que Mazowiecki "tendr¨¢ ¨¦xito". "No hay motivo de preocupaci¨®n", apunt¨® el jefe del KGB.El s¨¢bado por la noche la televisi¨®n polaca ofreci¨® im¨¢genes del encuentro en las que era notoria la distensi¨®n en el trato entre Mazowiecki y Kriuchkov. Al comienzo de la conversaci¨®n el primer ministro polaco se felicit¨® por tener la oportunidad de despachar con el primer miembro de la direcci¨®n sovi¨¦tica llegado a Polonia despu¨¦s de su elecci¨®n como primer ministro. Kriuchkov, por su parte, transmiti¨® a Mazowiecki "los mejores deseos", con motivo de su elecci¨®n, y acentu¨® que los saludos de la direcci¨®n sovi¨¦tica eran "muy calurosos".
Pese a la evaluaci¨®n positiva de las conversaciones de Mazowiecki con Kriuchkov, es evidente que Mosc¨² deber¨¢ replantearse el modelo de colaboraci¨®n entre sus servicios de inteligencia y seguridad y los de sus hom¨®logos polacos despu¨¦s de la llegada de Solidaridad al Gobierno polaco. La visita del jefe del KGB y sus encuentros con el comunista general Kiszczak, todav¨ªa ministro polaco del Interior, han servido, seguramente, para trazar un primer croquis de esta nueva colaboraci¨®n.
En su discurso de investidura, la semana pasada, Mazowiecki insisti¨® en que su Gobierno respetar¨ªa todas las obligaciones que se derivan de la pertenencia de Polonia al Pacto de Varsovia, pero no se sabe si estas garant¨ªas son suficientes para desvelar ante el nuevo Gobierno todos los detalles sobre la colaboraci¨®n de los servicios de espionaje e inteligencia entre los miembros de la alianza socialista.
Los contactos del nuevo equipo gubernamental de Solidaridad no se limitan a los que mantiene el primer ministro. Uno de los centros en poder en Polonia sigue siendo la ciudad de Gdansk y m¨¢s concretamente Lech Walesa. Ayer, Walesa se entrevist¨® con el ministro germano occidental de Trabajo y Pol¨ªtica Social, Norbert Bluem. Tras el encuentro Walesa pidi¨® a Occidente una ayuda econ¨®mica "m¨¢s r¨¢pida" y abog¨® por el aplazamiento del pago de la enorme deuda externa polaca (40.000 millones de d¨®lares). "Tenemos un plazo de seis meses, un a?o tal vez".
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