Las caras de Benefactora Dignidad
La colonia creada en Chile por un ex enfermero nazi, un enclave acusado de violaciones y cr¨ªmenes
Comida y cerveza alemana, ba?os pulcros, manteles sin manchas atenci¨®n r¨¢pida, juegos infantiles, cisnes retozando en una pileta, una carpa con calefacci¨®n para 600 clientes, reposter¨ªa y fiambrer¨ªa al gusto. Ubicado en Bulnes, 425 kil¨®metros al sur de Santiago de Chile, el casino familiar de la sociedad Benefactora Dignidad es una de las caras de la controvertida colonia de inmigrantes alemanes, el misterioso enclave en el sur de Chile.
Podr¨ªa ser un restaurante m¨¢s, pero los inexpresivos mozos, un letrero que prohibe tomar fotos, las alambradas rodeando el recinto, la continua entrada y salida de camiones, dos fotos del fallecido ministro de Baviera, Franz Joseph Strauss, y un libro para mostrar solidaridad con la colonia, contrastan con el buc¨®lico ambiente. "El restaurante es de relaciones p¨²blicas", sostuvo el obispo de la zona, Carlos Camus. Mientras el casino familiar se ocupa de los turistas, un moderno hospital de 90 camas en Villa Baviera, sede central de la colonia, en la falda de la cordillera de Parral, podr¨ªa ser una faz amable de la colonia: atenci¨®n gratuita a los campesinos pobres,Pero en ese hospital, Eduardo Garc¨¦s, un ex prisionero pol¨ªtico, estuvo detenido en 1975 con sus ojos vendados. Entre sus desmayos ocasionados por inyecciones, oy¨® risas de ni?os y voces en alem¨¢n. Dignidad oculta o desmiente otras actividades. "Fabricamos una cara normal para mostrarla fuera, C¨®mo me arrepiento hoy d¨ªa", exclam¨® Heinz Kuhn, fundador y portavoz de la secta hasta que huy¨®.
Acusada de haber servido como campo de torturas a prisioneros de la dictadura chilena, de tr¨¢fico de armas, explotaci¨®n y privaci¨®n de libertad a sus 300 colonos, Dignidad es ante todo el imperio de un hombre de 68 a?os: Paul Schaefer, inteligente, audaz y seductor, pero sin escr¨²pulos. Fue enfermero del ej¨¦rcito alem¨¢n en la II Guerra Mundial y despu¨¦s predicador. lluy¨® de la RFA en 1961, donde es pr¨®fugo por corrupci¨®n y sodom¨ªa, en busca de un lugar tranquilo para su ¨ªmpetu hacia los menores, seg¨²n sus detractores.
Apoyo de pol¨ªticos
Lo encontr¨® en Chile. Onkel Paul (t¨ªo Paul), conlo lla.man en la colonia a Schacfer, construy¨® su propio para¨ªso con el apoyo abierto o encubierto de pol¨ªticos de Chile y la RFA. Ha dominado sin contrapeso en Dignidad durante cuatro gobiernos chilenos de diferente signo. Form¨® "un Estado dentro de un Estado" dijo M¨¢ximo Pacheco, ahogado de la Embajada de la RFA en Chile y vicepresidente de la Comisi¨®n de Derechos Humanos.
Schaefer, tuerto, calvo, bromista y en¨¦rgico, "se adapta a los ni?os y tiene muy, claro c¨®mo ganarse su confianza", ha dicho Harmut Hopp, un m¨¦dico cirujano, el portavoz de la colonia. Seg¨²n Stern, Hopp fue el sprinter favor¨ªte de Schacfer, como ¨¦ste lla maa su compa?ero diurno y noc turno. La parvularla Lotti Packmor, fugada de la estancia, testimonio que los ni?os de 8 a 12 a?os dorm¨ªan de espaldas, desnudos: "Si hab¨ªa alguna reacci¨®n sexual, el ni?o era sacado y se le trataba con picanas el¨¦ctricas. Los chicos recib¨ªan inyecciones en los test¨ªculos, que se hinchaban terriblemente".
Wolfgang Muller, un fugado de Dignidad, vio a los 12 a?os por primera vez a Schaefer. "A las seis horas de conocerlo me llev¨® a la cama y abus¨® de m¨ª". Khun, el ex portavoz de la colonia, sostuvo que a Schaefer "s¨®lo le gustan los ni?os de hasta 12 a?os". La segregaci¨®n entre varones y mujeres y las medidas para retardar el desarrollo sexual "provocan que los ni?os sean tales casi hasta los 30 a?os. J¨®venes de 20 a 25 a?os declaran no saber lo que es una relaci¨®n sexual", cont¨® Sergio Corval¨¢n, abogado de Amnist¨ªa Internacional (Al).
"Esta es mi vida"
Schaefer defiende su imperio. "?sta es mi vida. Mi lucha es la victoria o derrota, pero mi oportunidad es todav¨ªa la derrota", dijo al ex embajador de la RFA en Chile, Horst Kullak-Ublick.
El enclave tiene dificultades in¨¦ditas en sus 28 a?os de vida. Unos 20 colonos se enfrentan a los juicios criminales en Chile, Lino Por estafa y otro por ejercicio indebido de la medicina. Un juez especial, Hernan Robert, los inici¨® despu¨¦s de seis meses de pesquisas. El r¨¦gimen militar fue quien bidi¨® a la Corte Suprema la designaci¨®n de un juez, despu¨¦s de una fuerte presi¨®n del ministro de Exteriores de la RFA, Hans Dietrich Genscher.
Pero la Corte Suprema de Chile dictamin¨® el pasado viernes que en la colonia no se violan los derechos humanos, poniendo fin a la investigaci¨®n especial que se realizaba desde enero y determinando que dos procesos pendientes sean llevados por un juez Parral. Esta decisi¨®n judicial provoc¨® una en¨¦rgica protesta del Gobierno de Bonn contra el r¨¦gimen de Pinochet y un eventual deterioro de las relaciones entre los dos pa¨ªses.
En la RFA la colonia inici¨® un juicio por calumnias contra Al y la revista Stern, que denunciaron torturas en Villa Baviera, cuyo fallo ser vera este a?o. Si la colonia pierde la demanda, tendr¨¢ que pagar 12 a?os de gastos judiciales, con abogados en dos pa¨ªses, y enfrentar nuevos juicios.
Pero Dignidad tiene poder econ¨®mico para resistir. Posee 9.000 hect¨¢reas con 40 edificaciones, un hospital y 50 kil¨®metros de caminos en su hacienda, 60 camiones, t¨ªtario, una planta trituradora de iniperal, dos aer¨®dromos, aviones, un astillero, alta tecnolog¨ªa, un restaurante y vinculaciones en Sur¨¢frica, Canad¨¢ y Estados Unidos. Es el producto de 28 a?os de acumulaci¨®n, sin pagar salarlos a los colonos, de las 60 pensiones a alemanes -la RFA suspendi¨® los pagos hasta verificar los certificados de vida- y de las granjer¨ªas que disfruta como sociedad de beneficencia. A esto se agregan los negocios: la colonia ha partic¨ªpado eri obras p¨²blicas importantes durante la dictadura. En Parral, una deprimida ciudad de 30.000 habitantes, que vive del cultivo del arroz, la riqueza de la colonia es tema tab¨². "El problema de Dignidad es el misterio", resumi¨® el obispo Camus. ?Por qu¨¦ sus miembros viven aislados? Un abogado defensor de la colonia, Fernando Saenger, sostuvo que no hay nada oculto: "Su forma de vida es as¨ª. Es la misma pregunta que podr¨ªa hacer a los benedictinos, a los trapenses, a las clarisas, a las trinitarias. Es un problema de conciencia, de libertad personal.
Su manera de ser es as¨ª y la respeto, como a todo el rnundo".
Las relaciones de los colonos han sido amplias. "Llegaron a Chile en 1962, a trav¨¦s del Instituto Cat¨®lico de Migraci¨®n, con el cardenal Silva Henr¨ªquez, y se presentaron como cansados de la guerra. Al comienzo es comprensible que la gente se enga?ara dijo el obispo Camus.
Despu¨¦s de la fuga de Muller en 1966, el Intendente de la zona, H¨¦ctor Taricco, trat¨® de indagar y termin¨® fuera de su cargo. "Se movieron grandes intereses de tipo econ¨®mico, pol¨ªtico o militar", manifest¨® Camus. Un conocido abogado democristiano chileno, Luis Ortiz, defendi¨® entorices a Dignidad. En el Gobierno de Allende no fue perturbada, aunque los colonos se opon¨ªan al r¨¦gimen socialista.
Durante el gobierno militar, Dignidad ha tenido en su equipo directivo jur¨ªdico a Jaime del Valle, ex ministro de Exteriores. El general Pinochet fue saludado con la canci¨®n nazi Yo ten¨ªa un camarada cuando visit¨® la colonia.
Miembros de la Junta, ex ministros y pol¨ªticos han visitado la colon a. El candidato presidencial derechista, Hern¨¢n Buchi, defendi¨® la labor m¨¦dica de Dignidad. El temido general Contreras,Mamo, jefe de la Direcci¨®n de Inteligencia Nacional (DINA), que tortur¨® e hizo desaparecer a chilenos, us¨® los recintos de la colonia y la visit¨® con su hijo.
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