El Madrid mostr¨® escaso acierto en Luxemburgo

El Real Madrid debut¨® en la Copa de Europa con un triunfo m¨¢s corto de lo esperado. Pero la eliminatoria no peligra despu¨¦s de comprobar la debilidad del campe¨®n de Luxemburgo. El equipo madridista inici¨® su asignatura pendiente del curso europeo con escaso acierto, y eso que se encontr¨® con un rival que practica el regalo como distinci¨®n de unos deportistas aficionados. Agradeci¨® el detalle no ganando por m¨¢s de tres goles, lo que permiti¨® a los jugadores del Spora recibir una prima de 15.000 pesetas.El partido se inici¨® con la incertidumbre entre los numerosos aficionados madridistas de saber cuanto tardar¨ªa el Madrid en abrir su cuenta goleadora. Los primeros compases del encuentro ya aventuraron una posible goleada cuando Mart¨ªn V¨¢zquez, apenas trascurrido el minuto de juego, goz¨® de una clara oportunidad de marcar, que desperdici¨® con generosidad, rasgo que los madridistas repitieron una docena de veces.

Los minutos pasaron y el Madrid no marcaba. Apenas peligr¨® su porter¨ªa porque el Spora es un equipo ingenuo cuando abandona su parcela, que defendi¨® con miedo a una goleada. Los madridistas tuvieron la oportunidad de lucirse ante un d¨¦bil rival, pero aburrieron. "Vaya rollo", comentaron con disgusto los emigrantes espa?oles que presenciaban el partido.

De poco sirvieron a Toshack, el t¨¦cnico madridista, los cambios que realiz¨® en el equipo si sus jugadores no aciertan ni ponen inter¨¦s en ello. Hierro se coloc¨® en el centro del campo porque Schuster y Ruggeri se bastaron para anular la garra y la lucha, ¨²nicas armas de los luxemburgueses, hu¨¦rfanos de t¨¦cnica. Intercambi¨¦ su puesto con Sanchis en la parte derecha de la defensa, pero no remedi¨® la oscura actuaci¨®n de Michel, pese a sus goles, ni la Mart¨ªn V¨¢zquez, demasiado apagado, al igual que Solana. Butrague?o se convirti¨® en el mejor centrocampista y tambi¨¦n delantero por su olfato goleador.

El t¨¦cnico madridista no se decidi¨® a sacar tres del¨¢nteros hasta el minuto 10 de la segunda parte, cuando el Spora jug¨® casi todo el encuentro en su campo. El campe¨®n luxemburgu¨¦s no sirvi¨® al Madrid ni para que se entrenara, porque en ning¨²n lugar de Europa se puede encontrar un equipo que ponga en pr¨¢ctica un sistema de juego tan diferente a los modernos del f¨²tbol. El Madrid tuvo claras ocasiones de aumentar su cuenta goleadora, pero una vez Juchem y otra Dublin evitaron el tanto en la misma l¨ªnea de puerta, en la segunda parte, con Felten ya batido.

Los espectadores esperaban una lluvia de goles, los que proporcionan el espect¨¢culo, pero como no llegaron en el n¨²mero adecuado, pitaron a los madridistas. El Spora, adem¨¢s, no colabor¨® en el espect¨¢culo porque es incapaz de marcar un gol. Una marca alemana ofreci¨® 300.000 pesetas a repartir entre todos los jugadores si consegu¨ªan que el Madrid encajase un tanto. No fueron capaces de ello, pero por perder por menos de cuatro goles cobrar¨¢n una prima de 15.000 pesetas cada uno.