Injustas bromas al palco

La corrida se ha caracterizado por las injustas broncas dedicadas al presidente, Constantino Gonz¨¢lez, por un amplio sector. A ese sector del p¨²blico, facil¨®n y testigo, parece como si le descontaran alg¨²n dinero del boleto si se cortan orejas. Solicitan con fervor los trofeos y organizan unos monumentales esc¨¢ndalos si el us¨ªa los deniega.Gonz¨¢lez, que lleva muchos a?os en el palco, se ha puesto ser¨ªsimo en esta temporada. Y no s¨®lo a la hora de sacar el pa?uelo orejero, sino en otras cuestiones reglamentarias en las que ha procurado siempre defender al aficionado con su cumplimiento. A punto ha estado de obtener un triunfo clamoroso en el tema de los pitones afeitados, que han sido minor¨ªa a lo largo del abono, aunque parecen haberle metido alg¨²n que otro gol. Por ejemplo ayer, pues las astas de los dos toros a que se enfrent¨® Espartaco ten¨ªan toda la pinta de haber recibido, tenue visita barberil. Ni a¨²n as¨ª el de Espartinas se luci¨®.

Sus compa?eros le ganaron la partida del toreo y de la profesionalidad.

El segundo toro presentaba el mismo defecto que sus hermanos, a excepci¨®n de primero y quinto.. Embest¨ªa a trompicones y con la cabeza muy alta, defectos que aument¨® la mandanga de Espartaco, que nunca baj¨® la mano ni intent¨® someterlo. El otro de su lote era una c¨¢ncana, apropiado para bordar el toreo. Espartaco hizo un descosido, pues aplic¨® su lidia ventajista, citando en oblicuo y metiendo el pico. Convenci¨® a parte del cotarro, con mayor¨ªa de f¨¦minas, que solicitaron la oreja, que el ¨²sia no concedi¨®, pues tambi¨¦n tuvo en cuenta los pitos de otros numerosos espectadores.

La lecci¨®n de toreo templado, con gusto y repojo, se la explic¨® Roberto Dom¨ªnguez con el que abri¨® plaza, al que se permiti¨® el lujo de los desplantes de hinojos, una zez le hab¨ªa toreado seg¨²n, los c¨¢nones. El cuarto era un calco del segundo y Dom¨ªnguez se la jug¨® con honestidad y profesionalidad.

La misma profesionalidad que sac¨® a flote un enrabietado Rafi Camino. Mejor¨® la derrotona cabeza del tercero, a base de someterlo con la pa?osa muy baja y marcando mucho el viaje, para extraerle de spu¨¦sredondos y naturales de belleza sin m¨¢cula. El ¨²ltimo era un malaje de mucho peligro, y Camino volvi¨®, a ganarle la partida con su valerosa y dram¨¢tica porf¨ªa.