La conmoci¨®n del 'Magnapax'
Poetas y escolares disfrutan con una pantalla de 600 metros cuadrados
"No emociona, conmociona", dijo el poeta Rafael Alberti del Magnapax, un sistema de proyecci¨®n sobre una pantalla de casi 600 metros cuadrados de superficie instalada en el vel¨®dromo de Anoeta, de San Sebasti¨¢n. Miles de escolares disfrutan estos d¨ªas con las cataratas del Ni¨¢gara y el gran ca?¨®n del Colorado en documentales que envuelven por completo el campo visual humano. Esta es la actividad paralela m¨¢s espectacular del festival, que a dos d¨ªas de la clausura vive sus momentos m¨¢s agitados. Expertos como Samuel Fuller o Shohei Imamura deambulan entre m¨¢s de una veintena de directores, gran n¨²mero de viejos y j¨®venes actores y otros profesionales relacionados con el cine.
Instalado en una sala bien sonorizada, con capacidad para 1. 100 personas, el Magnapax, que dispara horizontalmente fotogramas diez veces mayores que los tradicionales de 35 mil¨ªmetros, causa furor no solo entre el poeta de la Generaci¨®n del 27, Rafael Alberti -"es atormentador, molesto y maravilloso -, sino tambi¨¦n entre los teenagers -"ante las cataratas, crees que has olvidado la gabardina y el parag¨¹as"-. En el Magnapax una cara son 20 metros.Junto a esto, el p¨²blico de San Sebasti¨¢n sigue con atenci¨®n el certamen y la duda principal est¨¢ en c¨®mo elegir entre la cincuentena de proyecciones diarias, muchas de las cuales, por ejemplo las de medianoche, se llenan.
En cuanto al aspecto humano, los salones del hotel Mar¨ªa Cristina pueden deparar sorpresas como las de ver a Samuel Fuller, de 77 a?os, pedir al camarero, sin quitarse el gran puro de la boca, su bebida con poca pimienta y mucho hielo. La pel¨ªcula Calle sin retorno, con Keith Carradine y Valentina Vargas, un drama sobre disturbios raciales rodado en pleno centro de una Lisboa disfrazada de Harlem, se present¨® ayer en la secci¨®n oficial, fuera de concurso. De otro gran nombre del cine, Shohei Imamura, japon¨¦s de 63 a?os y miembro del jurado del Festival, se ha proyectado en Zabaltegi Lluvia negra, estremecedora pel¨ªcula que narra los efectos, f¨ªsicos y emocionales, de la bomba at¨®mica de Hiroshima sobre una familia de clase media.
Junto a las glorias de la direcci¨®n, los actores. Mientras se espera a Rafaela Aparicio, extraordinaria en la ¨²ltima pel¨ªcula de Fernando Fern¨¢n G¨®mez, El mar y el tiempo, que se proyectar¨¢ ma?ana, Libertad Lamarque, tambi¨¦n octogenar¨ªa como Aparicio, canta tangos ante un p¨²blico asombrado y devoto. Por su parte, Javier Gurruchaga, estupendo actor en Si te dicen que ca¨ª de Vicente Aranda, anda al acecho para ocupar un puesto en primera fila en la conferencia de prensa que hoy previsiblemente dar¨¢ al fin Bette Davis. Gurruchaga colecciona todas las an¨¦cdotas que circulan sobre la diva, algunas ap¨®crifas, como que ha hecho redecorar su cuarto del hotel porque no le gustaban los muebles, y otras verdaderas, como que cigarrillos y grandes cantidades de hielo le son suministrados puntualmente. J¨®venes actores del cine espa?ol han llegado ya o se les espera. Entre ellos, Aitana S¨¢nchez-Gij¨®n, Fern¨¢ndo Guill¨¦n Cuervo y Cristina Marsillach (int¨¦rpretes en el filme de Fern¨¢n G¨®mez), y Jorge de Juan, Ic¨ªar Bolla¨ªn y Carmen Bullejos, que act¨²an en El mejor de los tiempos, de Felipe Vega. Ambas pel¨ªculas quiz¨¢s se conviertan en dos de las sorpresas del Festival. En este certamen, el gabinete psicol¨®gico anti-estr¨¦s se llama grandes melodramas de Am¨¦rica latina, ciclo en el que se llora a moco tendido. En V¨ªctimas del pecado, de Emilio Fern¨¢ndez, con Nin¨®n Sevilla, el chulo de una cabaretera se niega a reconocer al hijo de ambos, y ¨¦sta, camino del tugurio, arroja al beb¨¦ a un cubo de basura. Pero Violeta, su compa?era en el cabar¨¦, al enterarse sale corriendo del local en busca de la criatura. Mientras rebusca en los cubos, unos planos paralelos muestran el avance de una espantosa amenaza: el cami¨®n de la basura.
Babelia
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