El perseguidor
La actuaci¨®n de Miguel R¨ªos en el at¨ªpico escenario del Parque de Atracciones significaba la ¨²nica presentaci¨®n del cantante granadino en Madrid durante este a?o, tras la afecci¨®n vocal que le oblig¨® a suspender, adem¨¢s de su concierto madrile?o, los de Bilbao y Sevilla.Superviviente de la generaci¨®n del rock de los 60, corredor de fondo con desiguales resultados y solitario defensor de un esp¨ªritu alterado con el paso del tiempo, Miguel R¨ªos demostr¨® en Madrid que, superados sus problemas con la voz, contin¨²a siendo un excelente cantante. En su irregular carrera, con altibajos constantes, Miguel R¨ªos ha alcanzado sus mejores momentos art¨ªsticos cuando menos ha pensado en el ¨¦xito. Canciones como Generaci¨®n l¨ªmite o Antinuclear, protagonizaron los mejores momentos de su concierto y, por su esp¨ªritu cr¨ªtico, fueron las mejor recibidas por un p¨²blico muy joven.
Miguel R¨ªos
Miguel R¨ªos (voz), Enrique Mateu de Villavicencio (guitarra), Javier Monforte (guitarra), Juanjo Tortosa (teclados), Candi Avell¨® (bajo y coros), Laurent Castagnet (bater¨ªa), Thierry Farrugia (saxo y coros), Doris Cales y Mercedes Doreste (coros). Parque de Atracciones. Madrid, 24 de septiembre.
En otras, pensadas en funci¨®n de tendencias m¨¢s coyunturales, el cantante pierde bastante de su esencia y carisma, el grupo suena menos fluido y todo resulta m¨¢s convencional.
En estas dos facetas de la extensa carrera de Miguel R¨ªos habr¨ªa que buscar algunas de las posibles razones de la inestabilidad de su trayectoria musical. El cantante funciona bien cuando el contacto con el p¨²blico que todav¨ªa le guarda fidelidad se produce de manera espont¨¢nea, y la fuerza del rock and roll se desarrolla lo m¨¢s alejada posible de los intentos desesperados en pos de un ¨¦xito tan fugaz como necesario para mantener una trayectoria profesional.
En Madrid, Miguel R¨ªos estuvo m¨¢s cerca de la espontaneidad y cuaj¨® una buena actuaci¨®n, especialmente en las canciones m¨¢s cercanas al rock y en las baladas. Magn¨ªficamente acompa?ado por un grupo de reconocidos profesionales, se mostr¨® con la frescura del que poco tiene que perder, excelente de voz y matices y con esa garra interpretativa, a menudo rayando con el exceso, que siempre ha caracterizado a su puesta en escena.
Artista que se crece ante las dificultades, con los habituales problemas de su generaci¨®n para mantener un esp¨ªritu original en una m¨²sica que exige el triunfo permanente, Miguel R¨ªos demostr¨® en Madrid que mantiene esas cualidades naturales que le han permitido sortear con diversa fortuna tres d¨¦cadas de m¨²sica espa?ola, como un eterno perseguidor.
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