Trabajador y ciudadano
En estos momentos es necesario, seg¨²n el autor, hacer una primera reflexi¨®n sobre el abandono por el movimiento obrero en Espa?a de las reivindicaciones ecologistas y la aceptaci¨®n de modelos de desarrollo totalmente nocivos. Se?ala que desde un tiempo a esta parte el sindicato en el que milita, Comisiones Obreras, ha retomado la discusi¨®n interna sobre c¨®mo enfocar las relaciones f¨¢brica-territorio, en un intento de conciliar los intereses del trabajador como tal con los intereses del trabajador como ciudadano, y propone una serie de objetivos para cuya consecuci¨®n hay que establecer varias medidas, entre las que destaca la creaci¨®n de una comisi¨®n interministerial presidida por un Ministerio de Medio Ambiente.
Si analizamos los contenidos de la negociaci¨®n colectiva y documentos sindicales de los ¨²ltimos a?os, observamos que el movimiento obrero carece de un discurso propio y espec¨ªfico sobre medio ambiente y calidad de vida. Si se contempla, sin embargo, un contagio del monetarismo como valor cultural de la clase dominante.Se ha producido un empobrecimiento cultural en temas que han sido una constante a lo largo de la historia del movimiento obrero.
?ste nace y se desarrolla en torno a reivindicaciones que pretenden mejorar el medio ambiente de trabajo tanto en la f¨¢brica, como en la mina, en el tajo, en la oficina, y en los barrios.
Y no hace falta acudir al siglo pasado; baste recordar las luchas en ciudades industriales del Pa¨ªs Vasco, Asturias, Catalu?a, donde la punta de lanza de las protestas ciudadanas contra la degradaci¨®n progresiva de los barrios dormitorios, as¨ª como las acciones en favor de dotaciones de infraestructuras que permitieran una urbanizaci¨®n m¨¢s racional de terrenos sometidos a la especulaci¨®n y al fraude fueron asociaciones de asalariados y, en concreto, Comisiones Obreras de barrio y de f¨¢brica.
Hasta hace unos a?os todav¨ªa se debat¨ªa si Comisiones Obreras deb¨ªa poner el acento de su actividad en los ¨¢mbitos de la f¨¢brica o del barrio.
Es necesario, en consecuencia, hacer una primera reflexi¨®n sobre por qu¨¦ el movimiento obrero en Espa?a ha dejado de lado las reivindicaciones ecologistas y ha aceptado, sin mucha oposici¨®n, modelos de desarrollo totalmente nocivos.
?D¨®nde y c¨®mo se han calculado los costes que ha originado el desorden ecol¨®gico provocado por determinadas operaciones de concentraci¨®n urbana e industrial que han decidido la suerte de determinadas zonas como Huelva, Tarragona, Puertollano, Avil¨¦s, Bilbao?
Conciliar intereses
De un tiempo a esta, parte, el sindicato retorna la discusi¨®n interna sobre c¨®mo enfocar las relaciones f¨¢brica-territorio, en un intento de conciliar los intereses del trabajador como tal con los intereses del trabajador como ciudadano.
Si la lucha por el derecho al trabajo es fundamental y se sostiene, no se puede aceptar, porque ya no entra en el c¨®digo de la nueva ¨¦tica colectiva, un trabajo que mata gradualmente al hombre, que contamina el espacio vital y que pone en cuesti¨®n las bases de la existencia.
Los sindicatos deben volver al cauce de los intereses de la sociedad en la que viven y act¨²an, confluyendo con otros movimientos sociales (ecologistas, de vecinos ... ) en torno a programas y luchas concretas.
El modelo de desarrollo, la idea misma del progreso econ¨®mico y social no pueden disociarse del respeto por la salvaguarda del equilibrio ecol¨®gico y de la vida de todas las especies; en primer lugar, la especie humana.
Actualmente, se encuentra en fase de debate y definici¨®n una plataforma reivindicativa de la Confederaci¨®n Sindical de Comisiones Obreras con los siguientes objetivos:
1. Activar procesos de saneamiento de f¨¢bricas contaminantes y territorios contaminados.
2. Reestructurar f¨¢bricas con procesos productivos y/o con productos nocivos y contaminantes.
3. Alejar de las zonas habitadas las f¨¢bricas con elevado riesgo de nocividad ambiental.
Para la consecuci¨®n de tales fines se podr¨ªan poner en marcha:
-La creaci¨®n de un fondo econ¨®mico propio por parte del Gobierno.
- Una normativa que garantice el puesto de trabajo o cobertura social a los empleados de f¨¢bricas contaminantes reconvertidas.
Un proyecto tan complejo requerir¨¢ la creaci¨®n de un comit¨¦ interministerial, formado por representantes de los Ministerios de Econom¨ªa, Trabajo, Industria y Sanidad, y presidido por el necesario Ministerio de Medio Ambiente.
En el seno de este ministerio hay que constituir un registro nacional de contaminantes qu¨ªmicos y agentes f¨ªsicos que permita tener un control de la poblaci¨®n y territorios expuestos a la nocividad ambiental, as¨ª como los datos relativos al censo de los desechos.
Asimismo, la Confederaci¨®n Sindical de Comisiones Obreras propone la creaci¨®n de comit¨¦s ambientales de zona, integrados por representantes de distintos ¨¢mbitos, como el municipio, los sindicatos, empresarios y movimientos ecologistas.
Debate abierto
Los puntos expuestos de forma resumida son motivo de reflexi¨®n en la plataforma que ha de complementarse y concretarse en un debate abierto con otros movimientos sociales, principalmente ecologistas, buscando puntos de confluencia.
A esta necesaria confluencia entre movimiento obrero con otros movimientos sociales se refer¨ªa el secretario general del sindicato, Antonio Guti¨¦rrez, en unas jornadas sobre ecolog¨ªa y el movimiento obrero organizadas por Comisiones Obreras en abril de este a?o, en los siguientes t¨¦rminos: "Lo rojo sin lo verde pierde vigor y frescura, pero lo verde sin lo rojo amarillea".
es responsable del Gabinete de Salud Laboral y Medio Ambiente de Comisiones Obreras.
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