"Todos tiran de m¨ª como si fuera un pa?uelo"
Carmen Romero asegura que Felipe Gonz¨¢lez no le ha animado a ser candidata
Vida privada y compromiso son dos conceptos muy queridos por esta candidata con apellido de aroma silvestre. Por la intimidad, ese derecho, esta mujer morena se ha peleado desde hace ocho a?os. En cuanto al compromiso, lo lleva consigo desde la juventud. Hoy, la candidata m¨¢s observada de las pr¨®ximas elecciones legislativas presencia c¨®mo entran en conflicto sus dos conceptos m¨¢s queridos. Hecha su elecci¨®n, ahora ya no puede negarse a conceder entrevistas, a responder preguntas que le molestan y que a veces requieren un poco de sentido del humor. "Pillada", como ella mismo reconoce, entre la fidelidad a un compromiso y las circunstancias de la vida ha saltado al ruedo asustada y tensa.
Pregunta. Me gustar¨ªa que comentara cu¨¢l era su estado de ¨¢nimo cuando, en C¨¢diz, se someti¨® a su primera conferencia de prensa.Respuesta. Estaba tensa, porque era la primera vez y porque era an¨®mala. Sab¨ªa que habr¨ªa preguntas ajenas al trabajo de una mujer que se presenta candidata. An¨®malas en el sentido de que s¨®lo me las iban a hacer a m¨ª.
P. ?A cu¨¢les tem¨ªa m¨¢s, a las estrictamente pol¨ªticas o a las relacionadas con su vinculaci¨®n familiar con el presidente?
R. A todas. Se siente una responsabilidad, no solamente personal; tambi¨¦n por todo lo que arrastra la propia imagen. Creo que lo que yo diga puede implicar al partido, y esa responsabilidad es superior a tus propias fuerzas, porque se desprende de circunstancias de la vida.
P. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le asusta?
R. Todo lo que es ajeno al propio trabajo, que se presenta por a?adidura. En cambio, los riesgos personales creo que puedo medirlos; de otro modo no hubiera aceptado esta responsabilidad. ?sa es la parte fascinante de esto: vivir ¨¦n esa contradicci¨®n y superarla.
P. ?El envite lo ve usted en el hecho de que, siendo la mujer de Felipe Gonz¨¢lez, acepte un protagonismo pol¨ªtico?
R. De no ser as¨ª no hubiera existido reto.
P. Pero alguna vez declar¨® que nunca se meter¨ªa en pol¨ªtica.
R. No creo haber dicho eso. Porque siempre he estado trabajando en pol¨ªtica, en UGT y en el partido. Cuando vinimos a Madrid, en 1975, era octubre y yo no pod¨ªa conseguir una plaza porque el curso hab¨ªa comenzado; trabaj¨¦ mucho para el partido, fundamos la Agrupaci¨®n de Moratalaz. Despu¨¦s me dediqu¨¦ m¨¢s intensamente al sindicato. En 1982 volv¨ª a retomar la actividad en el partido cuando vi la marginaci¨®n de la mujer en las listas electorales.
P. Ha hablado de lo dolorosa que le hab¨ªa resultado la separaci¨®n entre el sindicato y el partido, y ha dicho que su intenci¨®n es trabajar en esa direcci¨®n, ?pero no es contradictorio que entre en pol¨ªtica ahora, cuando tanta gente de la UGT ha sido marginada de las listas electorales?
R. No me lo parece. Porque los que hemos defendido siempre que la UGT y el partido son dos organizaciones que participan del mismo proyecto, estamos defendi¨¦ndolo igual.
P. En la discusi¨®n entre sindicato y partido, ?qui¨¦n cree usted que lleva la raz¨®n?
R. Nosotros.
P. Me gustar¨ªa que respondiera en singular.
R. No debo dar una opini¨®n personal. El partido acepta la decisi¨®n de UGT de no apoyar al PSOE en las elecciones, pero eso no quiere decir que no se desee que esa situaci¨®n se supere.
P. ?Deber¨ªa el PSOE hacer un esfuerzo mayor por llegar a un entendimiento con la UGT?
R. Ese esfuerzo se ha hecho. A veces se ha llegado mas lejos de lo que era posible. Estoy convencida.
P. ?Ha hablado de este tema con su marido?
R. Si digo que no hablo de pol¨ªtica con mi marido se deduce que no tengo ning¨²n inter¨¦s por la pol¨ªtica. Realmente es que no suelo hablar de pol¨ªtica con ¨¦l; ¨¦sa es la verdad. Quiz¨¢ cuando uno trabaja en pol¨ªtica tan intensamente lo que desea es relajarse, hablar de otros temas. Pero hay asuntos sobre los que hemos intercambiado alguna opini¨®n.
Defender el propio criterio
P. ?Piensa que es usted una mujer que se deja convencer por los argumentos de su marido?
R. Quiz¨¢, por mi parte, siempre he tenido ese recelo, para no sentir una influencia de alguien que yo s¨¦ que tiene una personalidad fuerte. Creo que es l¨®gico es una especie de defensa. Cuando hay dos personas que tienen su propia manera de pensar, siempre. se producen esos desajustes. Pero eso es bueno.
P. ?Ha sido el tema de la participaci¨®n de la mujer lo que la ha llevado a decidirse?
R. No s¨®lo, pero ha sido el ¨²ltimo est¨ªmulo. Tambi¨¦n me han interesado siempre los temas de educaci¨®n, sobre todo referidos a la igualdad de oportunidades. Creo que he sentido la necesidad de impulsar esos proyectos, que se est¨¢n llevando a cabo, pero necesitan un est¨ªmulo.
P. ?Quiere decir que el PSOE necesita gente que apoye m¨¢s activamente esos proyectos, que eso es lo que la ha decidido a participar?
R. No dir¨ªa tanto, no es que yo sea necesaria. Es que me gusta trabajar en eso.
P. ?Dud¨® mucho antes de aceptar la candidatura por C¨¢diz?
R. S¨ª. Por muchas razones Supone dejar atr¨¢s la poca privacidad que he podido conseguir, que es poca. Y dejar una vida relativamente c¨®moda; porque estaba trabajando en mis proyectos de literatura.
P. Usted dej¨® las clases en el instituto porque sus obligaciones en la Moncloa no le dejaban tiempo suficiente. ?No cree que un esca?o da mucho trabajo?
R. No dej¨¦ las clases por falta de tiempo. Llevaba 17 a?os trabajando en la ense?anza y estaba cansada. ?se es un trabajo duro, que desgasta. Es probable que si no hubiera habido en mi vida ning¨²n acontecimiento especial, hubiera compensado ese desgaste con un perfeccionamiento profesional. Pero al verme implicada en otras circunstancias, no lo pude hacer. [Carmen Romero dice sus circunstancias para no mencionar directamente lo que no hizo en toda la conversaci¨®n, su condici¨®n de esposa del presidente del Gobierno, o su vida en la Moncloa]. Dej¨¦ las clases porque necesitaba dedicarme a mi profesi¨®n de otra manera.
P. ?Se puede pensar que en el palacio de la Moncloa no hay tiempo para hacer muchas cosas que no sean las obligadas?
R. Depende de c¨®mo se organice uno, pero es dif¨ªcil; porque todo el mundo tira de ti como si fueras un pa?uelo. Y uno tiene que tener muy claro lo que quiere en la vida.
P. ?Y qu¨¦ es lo que usted quiere?
R. M¨¢s que saber lo que quiero, s¨¦ lo que no quiero. Las definiciones se hacen a veces por rechazo m¨¢s que por afirmaci¨®n.
P. Se ha dicho que su desembarco en la pol¨ªtica estaba motivado por un enfrentamiento conyugal.
R. Y que lo hago porque me aburro. A m¨ª me gusta la versi¨®n m¨¢s idealista: que lo hago por defender unas ideas. Ya s¨¦ que para comprometerse en la vida no hace falta un compromiso pol¨ªtico, pero hay circunstancias en que uno decide si puede ser un apoyo para un proyecto de inter¨¦s colectivo.
P. ?Ha llegado a plantear a sus compa?eros de partido que no pod¨ªa aceptar la oferta que se le hac¨ªa porque es la mujer del presidente?
R. Impl¨ªcitamente, eso ha funcionado. Pero no lo expl¨ªcitas. Hacerlo ser¨ªa aceptar que esa realidad no te permite vivir como persona.
P. Se dice que el objetivo de su candidatura es contrarrestar la fuerza de Pedro Pacheco en Jerez.
R. No creo que eso haya pesado. Yo pod¨ªa haber elegido M¨¢laga o Ja¨¦n y he preferido C¨¢diz porque es un lugar con el que tengo m¨¢s vinculaciones.
P. Usted ha elegido C¨¢diz; pero si est¨¢ en la pol¨ªtica por un compromiso, ?no hay que aceptar lo que a uno le mandan, como todo el mundo?
R. La libertad individual de las personas cuenta, en cierto modo se puede decidir. Aunque, en efecto, los intereses del partido son prioritarios. Pienso que en mi caso se ha producido, nuevamente, una coincidencia entre mis deseos y los intereses del partido.
P. ?Ha consultado con su marido antes de decidir dar este paso?
R. He comentado con ¨¦l que pensaba tomar esa decisi¨®n. ?l lo ha comprendido y no me ha dado ¨¢nimos; porque si los ¨¢nimos no los tengo yo, ?de qu¨¦ servir¨ªa?
P. ?Su marido deseaba que se decidiera en el sentido que lo ha hecho?
R. Quiz¨¢ no. Y es muy humano, porque todo el mundo tiene el deseo innato de condicionar la vida de otra persona.
P. ?Piensa que el Gobierno ejerce su poder con prepotencia, como dicen algunos?
R. Esa imagen existe. "Yo no soy imparcial, cualquier cosa que diga se interpretar¨¢ como una opini¨®n interesada. Pero yo no he sido consciente de esa prepotencia. Pienso que ha sido un exceso de ilusi¨®n y de fe lo que ha podido crear esa imagen.
P. Los socialistas cr¨ªticos han sido barridos de las listas electorales. ?Deber¨ªa existir un debate mayor dentro del PSOE?
R. Soy un candidato m¨¢s; y no deber¨ªa entrar en esa discusi¨®n. En definitiva, es el comit¨¦ electoral quien tiene que opinar sobre ese asunto.
Una nueva dimensi¨®n
P. ?Le hace m¨¢s libre esta nueva faceta de candidata?
R. S¨ª, creo que s¨ª. Me da una nueva dimensi¨®n de m¨ª misma y por eso puede resultar fascinante. Supone pelear por la vida m¨¢s activamente.
P. Tal vez ha llegado a. una edad en que necesita hacer algo distinto, un cambio.
R. Cuando las mujeres hacen su proyecto de vida no suelen hacerlo a largo plazo, como los hombres. Lo van haciendo a medida que lo piden las circunstancias. Yo
"Todos tiran de m¨ª como si fuera un pa?uelo "
me he ido implicando a medida que la propia vida lo ped¨ªa. Digamos que es el compromiso de una segunda etapa de mi vida.P. ?Su proyecto ha sido, en alg¨²n momento, Felipe Gonz¨¢lez?
R. Mi proyecto nunca ha sido otra persona.Felipe, un condicionamiento
P.. ?Ser la mujer de Felipe Gonzalez ha sido un cors¨¦ en alg¨²n momento?
R. Un condicionamiento, pero no un cors¨¦. En ese caso hubiera vivido inmersa en una serie de frustraciones. Pero he tenido que luchar para impedirlo, lo que es complicado. Una vida de relaci¨®n siempre es dif¨ªcil, siempre es un pacto. La cuesti¨®n es que yo nunca me he considerado s¨®lo la mujer de Felipe Gonz¨¢lez, pero mi proyecci¨®n p¨²blica ha sido esa.
P. Usted, que vive tan cerca del poder, tal vez sabe mejor que nadie c¨®mo cambia ¨¦ste a una persona.
R. No soy capaz de contestar a esa pregunta. [Y parece que es cierto porque Carmen Romero hace un largo silencio antes de responder]. La responsabilidad desgasta f¨ªsicamente, y psicol¨®gicamente me imagino que tambi¨¦n. Tendr¨¢ su parte favorable, junto a las desfavorables, y al final supongo que cada uno, personalmente, debe valorarlo.
P. ?La pol¨ªtica es simulaci¨®n?
R. La vida entera lo es, ?no? Es una lucha y para luchar hay que tener ¨¢nimos. Pero no porque se est¨¦ m¨¢s alto, se tengan m¨¢s responsabilidades, hay m¨¢s simulaci¨®n.
P. ?C¨®mo se enfrenta a la idea de los m¨ªtines, al hecho de tener que hablar a la gente?
R. Pienso que si se cree en lo que se dice, y las cosas se dicen sencillamente, tal vez no sea tan complicado. La cuesti¨®n es saber si eres capaz de transmitir un mensaje, si aciertas a transmitirlo.
P. ?Cu¨¢l va a ser su discurso?
R. Vamos a trabajar, dentro del equipo de la mujer, en todo lo que se refiere a la mejora de los servicios educativos, sociales y culturales. Voy a insistir en una serie de puntos que se refieren a proyectos que favorezcan a la mujer; como la prevenci¨®n de embarazos de madres adolescentes, el tema de la educaci¨®n de adultos, etc¨¦tera.
P. En sus m¨ªtines va a existir un morbo a?adido.
R. S¨ª, habr¨¢ gente que ir¨¢ s¨®lo para verme. Pero espero que no dure mucho tiempo.
P. Usted vive cerca del poder, en realidad vive con ¨¦l. ?Esa cercan¨ªa no ha logrado decepcionarle?
R. He pasado por varias utop¨ªas y varios derrumbamientos de esas utop¨ªas. Pero eso lo veo como un proceso de madurez inevitable. Creo que cada uno se fabrica su propia utop¨ªa, que la mayor¨ªa de las veces es una utop¨ªa falsa e individualista y poco a poco vas aprendiendo a fabricar una utop¨ªa que sea posible.
P. Y usted se ha fabricado la utop¨ªa del 25%,.
R. S¨ª, es cierto.
P. ?Se produce una necesidad de agarrarse a una utop¨ªa, como otros se agarran a una fe religiosa?
R. S¨ª, nos aferramos a las utop¨ªas, tal vez es que no podemos vivir sin ellas.
P. ?Habla (le utop¨ªas con su marido?
R. No.
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