Los laboristas brit¨¢nicos arrojan por la borda el desarme nuclear unilateral
El Partido Laborista brit¨¢nico arroj¨® ayer por la borda su hist¨®rica defensa de desarme nuclear unilateral y con ello se deshizo de la ¨²ltima ligadura que le imped¨ªa combatir en igualdad de condiciones al conservadurismo de Margaret Thatcher. Los laboristas concluyeron as¨ª dos a?os de reforma de su oferta pol¨ªtica y concurren ahora ante el electorado con un programa sin elementos ut¨®picos. Neil Kinnock ve por fin luz al final del t¨²nel, con unos sondeos de opini¨®n que desde hace seis meses colocan a su partido por delante de los conservadores.
La de ayer fue la jornada clave del congreso laborista de este a?o, que cuando concluya, a final de semana, pasar¨¢ como uno de los menos controvertidos de los ¨²ltimos a?os y como el que sirvi¨® para dotar al laborismo de un m¨ªnimo de condiciones para aspirar a derrotar a Margaret Thatcher.El unilateralismo nuclear fue en anteriores confrontaciones electorales una de las principales causas de las derrotas laboristas y, enraizado como est¨¢ en el alma pol¨ªtica del partido de Kinnock, ha sido el ¨²ltimo viejo principio en ser desterrado de la oferta pragm¨¢tica del socialismo brit¨¢nico.
El debate de ayer no estuvo cargado del ofuscamiento de anteriores ocasiones, porque se sab¨ªa de antemano que Kinnock hab¨ªa ganado la partida que el a?o pasado le dej¨® en evidencia, cuando Ron Todd, l¨ªder del principal sindicato, el de Transportes, fren¨® en seco la ultimaci¨®n de sus planes modernizadores. Todd s¨®lo pudo ayer manifestar su desacuerdo con la asunci¨®n del multilateralismo al tiempo que se compromet¨ªa a aceptar lo que el congreso decidiera.
El debate, sin embargo, no estuvo totalmente exento de emocionalidad, y muchos de los congresistas hablaron de su tristeza por el abandono de un principio tan querido. Fue una militante de base la que resumi¨® desde la tribuna el nuevo enfoque pragm¨¢tico del partido.
Los laboristas aspiran, al amparo de la desaparici¨®n de las tensiones entre bloques, a negociar con las superpotencias la eliminaci¨®n de las armas nucleares brit¨¢nicas, pero tal incardinaci¨®n con los deseos de los votantes no les da autom¨¢ticamente los laureles de la victoria electoral.
El laborismo tiene a¨²n que conseguir credibilidad para su estrategia econ¨®mica y ser capaz de presentar un programa aceptable de reformas orientado a lograr una mayor justicia social. John Smith, responsable de Hacienda en el Gobierno en la sombra, ya ha puesto en evidencia lo dif¨ªcil de compatibilizar ambos objetivos al adelantar que un futuro Ejecutivo laborista tendr¨¢ que reducir el gasto como paso previo inevitable para conseguir una econom¨ªa que haga posible una esa mayor justicia social.
La moral de Kinnock y los suyos es ahora alt¨ªsima. Diversos sondeos de opini¨®n publicados este fin de semana les ponen entre 5 y 12 puntos por delante de los conservadores.
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