Lo que pide Polonia
HAY AYUDAS que matan y el pueblo polaco lo sabe muy bien. La relativa prosperidad creada en los a?os setenta por el flujo de pr¨¦stamos exteriores -47.000 millones de d¨®lares- ha tra¨ªdo los Iodos de hoy: los intereses han doblado el capital inicial y aquellas alegr¨ªas se han traducido en los 45.000 millones de d¨®lares ya pagados a los acreedores v los 40.000 millones que a¨²n quedan por pagar.Siendo complicada la transici¨®n pol¨ªtica iniciada en Polonia -que debe culminar en elecciones totalmente libres dentro de unos cuatro a?os, la verdadera amenaza contra la experiencia polaca es la ca¨®tica situaci¨®n econ¨®mica. El nuevo Gobierno -el primero presidido por un no comunista en la Europa del Este tendr¨¢, en efecto, que explicar a su pueblo que, con ser malo lo pasado durante 40 a?os de socialismo real, es muy probable que lo peor est¨¦ a¨²n por llegar. Aquellos cr¨¦ditos por los que el pueblo polaco est¨¢ pagando ahora un precio a todas luces excesivo fueron engullidos, sin ning¨²n beneficio aparente, por un sistema econ¨®mico dedicado exclusivamente a producir bienes para alimentar un circuito cerrado sobre s¨ª mismo y absolutamente ajeno a 'as necesidades del consumo. Y ahora Polonia tiene que empezar desde cero para crear un sistema de producci¨®n y de comercializaci¨®n in¨¦dito en 40 a?os. Es decir, desde cero no; desde menos 40.000 millones de d¨®lares.Los polacos, pues, no quieren ese tipo de ayuda. Lo dijo hace unos d¨ªas Jaruzelski a un grupo de periodistas espa?oles. Lo que Polonia necesita es que los pa¨ªses occidentales le ayuden a construir un sistema financiero inexistente y a restablecer un sistema de producci¨®n petrificado por d¨¦cadas de ineficacia y corrupci¨®n. Miles de millones de d¨®lares (algunos, tal vez muy exageradamente, aseguran que una cantidad equivalente a la deuda externa) duermen bajo los colchones de los polacos o se dedican al consumo de productos de lujo por falta de garant¨ªas para el ahorro y la inversi¨®n. Es el dinero procedente de las remesas de los 15 millones de polacos que viven en el exterior y de los que trabajan temporalmente en pa¨ªses occidentales. Cuando, el pasado mi¨¦rcoles, el l¨ªder de Solidaridad, Lech Walesa, ped¨ªa desesperadamente que se instalaran cuanto antes en Polonia 10 bancos espa?oles sab¨ªa perfectamente lo que ped¨ªa. Todo ese ahorro captado hacia la inversi¨®n a trav¨¦s de instituciones financieras por encima de toda sospecha es el nudo por donde se puede romper el viciado c¨ªrculo en torno al cual deambula una econom¨ªa sin futuro.
La visita de los Reyes a Polonia debe servir para descubrir esta realidad a los empresarios espa?oles. Existen importantes factores de riesgo -?es posible que alguna inversi¨®n no los tenga?-, pero se trata de uno de esos momentos en los que situarse bien en la parrilla de salida puede ser decisivo para ocupar un buen puesto en una carrera que, en cualquier caso, se va a producir.
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