El color cardenalicio de la droga
"El cardenal Trujillo, defensor de las multinacionales, est¨¢ m¨¢s unido a los clanes de la droga de Ochoa y Escobar, organizados a la manera de las multinacionales, que a la Iglesia de los pobres que ¨¦l combate".En estos d¨ªas de guerra entre los narcotraficantes y el Gobierno colombiano, no pod¨ªa menos que salir a flote el rumor de una cierta connivencia entre el cardenal Alfonso L¨®pez Trujillo, arzobispo de Medell¨ªn, y los mayores traficantes de droga de su pa¨ªs. El rumor anda circulando desde 1983, sobre todo en la Prensa latinoamericana. Pero ahora desembarca claramente en Europa: la afirmaci¨®n entrecomillada con que he empezado este art¨ªculo pertenece a la revista cristiana alemana Publik Forum.
En el n¨²mero del 25 de agosto pasado la revista publica un reportaje sobre Colombia, rico en cifras y en hechos, que atestigua la grave situaci¨®n del pa¨ªs, debida no s¨®lo al narcotr¨¢fico, sino sobre todo a la represi¨®n pol¨ªtica, a los abusos de los potentados econ¨®micos, al desprecio de los derechos humanos, en primer lugar el derecho a la vida. El autor del art¨ªculo, Norbert Ahrens, parte del asesinato del padre Sergio Restrepo, ocurrido el 1 de junio, y despu¨¦s afirma: "El padre Sergio no es m¨¢s que una de las 13.000 v¨ªctimas aproximadamente en Colombia ca¨ªdas desde el 1 de enero de 1989. Despu¨¦s de tener coloquios con numerosos parientes de asesinados o desaparecidos con ocasi¨®n del Primer Congreso de los Damnificados por la Sucia Guerra (tenido en Bogot¨¢ del 21 al 23 de julio pasado) y de las informaciones recibidas de parte de abogados, organizaciones de los derechos del hombre, m¨¦dicos legales en Bogot¨¢ y Medell¨ªn, este n¨²mero, primeramente incre¨ªble, no me parece nada exagerado. Inmediatamente despu¨¦s del congreso -como respuesta- fueron eliminadas 20 personas de la oposici¨®n". "Los ejecutores ideol¨®gicos y materiales", contin¨²a el periodista alem¨¢n, "hay que buscarlos en el ¨¢mbito de una triple no-santa alianza que domina al pa¨ªs con el terror: la tradicional oligarqu¨ªa, de los grandes propietarios agr¨ªcolas, la mafia ligada a la droga y -algo que hace m¨¢s complicada la situaci¨®n- gran parte del mismo aparato del Estado, sobre todo polic¨ªa y Ej¨¦rcito. El que estorba a esta no ya misteriosa alianza es liquidado sin m¨¢s por los casi 150 comandos de muerte, de los cuales se conoce tanto la zona en que operan como el nombre de los miembros". "Es verdad", concluye Ahrens, "que tambi¨¦n la guerrilla lleva a cabo violencia, pero su existencia representa la ¨²nica defensa de la poblaci¨®n de los distritos m¨¢s lejanos frente a las intervenciones demasiado arbitrarias de la soldadesca del Estado".
?Y la Iglesia? La jerarqu¨ªa del pa¨ªs -escribe el periodista alem¨¢n- es hoy quiz¨¢ la m¨¢s reaccionaria de toda Am¨¦rica Latina. Y se presenta directamente como c¨®mplice de los asesinos de la guerra sucia. Para demostrar esto extraigo estos p¨¢rrafos del art¨ªculo de Publik Forum:
"El arzobispo de Manizales, Jos¨¦ de Jes¨²s Pimiento, el 15 de julio de 1989 ha bendecido un centro de formaci¨®n de grupos paramilitares de defensa. En la misa han tomado parte otros 25 sacerdotes. Y la televisi¨®n estatal ha resaltado ampliamente este acontecimiento verdaderamente obsceno. En Colombia no ha habido ninguna protesta. Predomina en el pa¨ªs un catolicismo ciego y una devoci¨®n a la instituci¨®n Iglesia, que ni siquiera la izquierda pol¨ªtica se atreve a atacar. Y cuando uno se dirige con indignaci¨®n a los colombianos a prop¨®sito de la jerarqu¨ªa, mueven la espalda y dicen: '?La Iglesia en este pa¨ªs es intocable!'. De esto saca el mejor provecho el arzobispo de Medell¨ªn, cardenal Alfonso L¨®pez. Trujillo, el ide¨®logo por excelencia de una Iglesia latinoamericana ligada, a cualquier precio, al capitalismo occidental. Precisamente en la ciudad en (que en 1968 se tuvo la Conferencia de los Obispos de Am¨¦rica Latina con la Magna Carta de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n (documento de Medell¨ªn) tiene ahora su asiento este enemigo jurado de los te¨®logos de la liberaci¨®n. Su palacio arzobispal en el centro de Medell¨ªn es un suntuoso edificio de tres pisos con grandes patios internos, y es m¨¢s que un s¨ªmbolo de los sentimientos del amo de la casa. El cardenal ha liberado los dos pisos inferiores para situar en ellos negocios y boutiques elegantes. En uno de los patios va dando vuelta un carrusel para los mimados hijos de los ricos, de modo que sus madres puedan hacer sus compras con tranquilidad. Ciertamente, no se puede imputar al cardenal Trujillo el hecho de que mientras tanto Medell¨ªn sea la meca del tr¨¢fico de la droga. Pero, m¨¢s o menos, el cristal blindado a prueba de proyectiles y los r¨ªgidos controles en la entrada del tercer piso recuerdan mu-
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ch¨ªsimo al cuartel controlad¨ªsimo en donde reside el boss de la droga Jorge Ochoa con su clan, vigilado electr¨®nicamente y protegido por un ej¨¦rcito de guardias de corps. El cardenal Trujillo, defensor de las multinacionales, est¨¢ m¨¢s unido al clan de la droga de Ochoa y Escobar, organizados al estilo de las multinacionales, que a la Iglesia de los pobres que ¨¦l mismo combate. El predica una teolog¨ªa de la reconciliaci¨®n contra la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, basada, seg¨²n ¨¦l, sobre la lucha de clase y el materialismo, como recientemente ha sostenido en el IV Congreso sobre la Pobreza y la Violencia, en Lima".
El art¨ªculo termina con un episodio referente tambi¨¦n al cardenal Trujillo, y est¨¢ narrado por un colaborador de las comunidades de base: "Quer¨ªamos hacer el funeral del padre Restrepo con una celebraci¨®n de la Resurrecci¨®n, como hacernos en nuestras comunidades. Pero el cardenal envi¨® un vicario que secuestr¨® el cad¨¢ver, llev¨¢ndoselo por las buenas. Y para que no pudi¨¦ramos seguirlos, se pusieron bloqueos en las carreteras. Las exequias se tuvieron en otro cementerio para que ninguno de nosotros pudiera participar en ellas". El comentario final de Publik Forum es sencillamente ¨¦ste: "En Medell¨ªn hay un cardenal que le roba al pueblo sus m¨¢rtires".
Al llegar aqu¨ª, vuelvo la vista atr¨¢s, cuando yo mismo tuve contacto con los j¨®venes cl¨¦rigos colombianos Camilo Torres Restrepo y Alfonso L¨®pez Trujillo. Eran una esperanza para la renovaci¨®n de la di¨®cesis bogotana. Ambos eran sobrinos de antiguos presidentes de la Rep¨²blica; eran compa?eros de estudios all¨¢ en Am¨¦rica y lo fueron rigurosamente en Europa, cuando fueron enviados a la universidad cat¨®lica de Lovaina, en B¨¦lgica, para estudiar Ciencias Sociales. Camilo volvi¨® lleno de entusiasmo y de ideales. Se aferr¨® a aquella frase evang¨¦lica: "No lleves la ofrenda al altar mientras antes no te reconcilies con tu hermano". Esto lo llev¨® a comprometerse con los marginados de Bogot¨¢, llegando incluso a un contacto con la guerrilla. Dicen que muri¨® en ella con un fusil en la mano y as¨ª lo retrataron. Su madre, do?a Isabel Restrepo, me jur¨® que nunca cogi¨® un arma, sino que lo sacaron de un hotel donde estaba escondido y montaron todo el resto de la escena.
La muerte de Camilo Torres conmovi¨® al mundo cat¨®lico, e hizo de ¨¦l un h¨¦roe que dio su vida por el pueblo. Pero, por temor a que su compa?ero de estudios Alfonso L¨®pez Trujillo siguiera un camino paralelo, la instituci¨®n eclesial procur¨® integrarlo en las altas esferas de su estructura. El caso es que poco tiempo despu¨¦s Alfonso fue enviado a Roma a estudiar en una universidad m¨¢s bien tradicional y, seg¨²n parece, llevaba ya en el bolsillo el nombramiento de obispo auxiliar de Bogot¨¢. Efectivamente, apenas obtenida la licencia universitaria, se dio a conocer su nombramiento episcopal, que ¨¦l mismo pudo celebrar solemnemente, acompa?ado de sus profesores y compa?eros.
A partir de entonces la carrera de Alfonso L. Trujillo fue mete¨®rica. Sus viajes a Roma, una vez hecho ya cardenal -a una edad muy temprana-, se suced¨ªan con una frecuencia inimaginable. Y se ha llegado a hablar de ¨¦l como un futuro secretario de Estado del Vaticano. Los cat¨®licos de a pie -sobre todo, los que hablamos castellano y sabemos ciertos detallesnos preguntamos perplejos si Su Santidad Juan Pablo II est¨¢ perfectamente informado de todos los detalles.
En todo caso, en el mapa de la Iglesia cat¨®lica de Am¨¦rica Latina, una extrema derecha la ocupan Colombia y Argentina y una extrema izquierda la constituye Brasil. El ¨²nico consuelo que a los cat¨®licos nos queda es que el n¨²mero de cat¨®licos, de obispos de este ¨²ltimo es bastante mayor que el de sus contrarios.
Los datos a que he hecho menci¨®n est¨¢n avalados por la citada revista alemana Publik Forum, de cuya seriedad germana nadie duda. Am¨¦n de esto, las ocasiones que yo mismo he tenido de contactos directos concuerdan con esos lamentables y funestos datos.
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