El Ej¨¦rcito h¨²ngaro vigila los cuarteles de las disueltas milicias obreras
ENVIADO ESPECIALUnidades del Ej¨¦rcito h¨²ngaro vigilan desde ayer todos los cuairteles y arsenales de las milicias obreras, la organizaci¨®n paramilitar comunista cuya disoluci¨®n fue decidida la pasada semana por el Parlamento. El Gobierno decidi¨® esta medida para evitar que grupos o miembros aislados de las milicias dispongan de los bienes y las armas depositadas en estas instalaciones militares.
Por otra parte, medios oficiales de Estados comunistas antirreformistas en Pek¨ªn y Bratislava (Checoslovaquia) calificaron de "golpe de Estado" la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica de Hungr¨ªa y la liquidaci¨®n oficial del r¨¦gimen comunista en Budapest. La fiscal¨ªa anunci¨® el procesamiento del comunista ultraortodoxo Roland Antoniewicz, l¨ªder del grup¨²sculo comunista Asociaci¨®n Janos Kadar, por falsificar y distribuir un panfleto que anunciaba la reactivaci¨®n de la organizaci¨®n fascista Flechas Cruzadas. Este grupo ultraderechista, colaborador de los nazis durante la guerra, sembr¨® de terror Hungr¨ªa y asesin¨® a decenas de miles de jud¨ªos y dem¨®cratas.
El Parlamento decidi¨® el viernes liquidar las fuerzas armadas comunistas por considerarlas "incompatibles" con un Estado democr¨¢tico y de derecho. A ra¨ªz de esta decisi¨®n, el Gobierno h¨²ngaro nombr¨® a Nador Gruber como "jefe del comit¨¦ de disoluci¨®n de las milicias" para controlar que el patrimonio de la organizaci¨®n, cuarteles, fincas, pisos francos, parque m¨®vil y armamento pase ¨ªntegramente a manos del Estado. El Ministerio de Finanzas anunci¨® el bloqueo de todas las cuentas bancarias de la milicia obrera.
Esta fuerza de choque del partido comunista fue creada en 1957, poco despu¨¦s de ser aplastado el levantamiento popular de 1956, con el objetivo expreso de luchar contra el "enemigo interno". Con 60.000 hombres armados, tiene aproximadamente el mismo contingente de tropas que el Ej¨¦rcito sovi¨¦tico estacionado en territorio h¨²ngaro.
Las milicias cuentan con armamento semipesado y son, seg¨²n fuentes de todas las fuerzas pol¨ªticas democr¨¢ticas, un serio peligro para la estabilidad de la transici¨®n. La vigilancia militar ha sido impuesta sin previo aviso, d¨ªas despu¨¦s de una visita al cuartel general de la milicia en Budapest del primer ministro, Miklos Nemeth, y del ministro de Defensa, Ferenc Karpati, para comunicar a los mandos que la organizaci¨®n era disuelta.
El presidente del Partido Socialista Obrero H¨²ngaro, Rezs? Nyers, envi¨® una carta a los mandos de la milicia agradeciendo los servicios prestados y explicando que su existencia en el nuevo Estado no est¨¢ justificada.
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