Israel, Alemania Occidental y Canad¨¢ presentan tres pel¨ªculas ins¨®litas y de ruptura
El verano de Aviya, realizado por el israel¨ª Eli Cohen; Speaking parts, filme del canadiense Atom Egoyan, y Leche de oto?o, obra del alem¨¢n occidental Joseph Vilsmaier, son tres pel¨ªculas que llevan aut¨¦ntico cine dentro, y cine ins¨®lito, en l¨ªnea de ruptura. Tambi¨¦n en Valladolid se deja ver lo ya visto en los ¨²ltimos festivales internacionales, un hecho de gran importancia para el cine mundial: que algo est¨¢ cambiando en ¨¦l, que los criterios de producci¨®n establecidos est¨¢n rompi¨¦ndose y que surgen s¨ªntomas cada vez m¨¢s evidentes de una nueva sensibilidad y un nuevo estilo.
El cineasta israel¨ª Eli Cohen y el de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) Joseph Vilsmaier, sin ser conocidos internacionalmente, son solventes profesionales, que est¨¢n avalados por una trayectoria larga en casi todos los oficios del cine.Cohen procede de la Universidad de Tel Aviv y su carrera cinematogr¨¢fica comienza en la televisi¨®n de su pa¨ªs, donde se form¨® y decant¨® como documentalista a lo largo de los ¨²ltimos 20 a?os.
En El verano de Aviya, que es su segundo largometraje de ficci¨®n, Cohen pone en la pantalla esta sabidur¨ªa documental y la pone al servicio de una historia ver¨ªdica, muy sencilla y conmovedora, que sabe narrar con una capacidad poco com¨²n para ir al grano y un desd¨¦n evidente por los ornamentos, lo que es muy coherente con sus a?os de aprendizaje c¨¢mara en mano ante los sucesos de la realidad.
Es un filme tan inmediato y tan cre¨ªble que, aunque tiene forma de ficci¨®n, no lo parece. Un asunto muy amargo y pat¨¦tico es reelaborado en la pantalla con un instinto del realismo y una sinceridad que lo convierten en una gota m¨¢s dentro de la corriente imparable de cine en busca de su identidad perdida, o cuando menos adulterada, por el contagio de la est¨¦tica del telefilme.
Curtido fot¨®grafo
Vilsmaier era hasta Leche de oto?o un curtido fot¨®grafo de la industria cinematogr¨¢fica de la Rep¨²blica Federal de Alemania.En este filme sigue siendo fot¨®grafo, adem¨¢s de director. Uno y otro se entienden a la perfecci¨®n y nos dan en com¨²n una imagen tan cre¨ªble como la de Cohen, pero de lo contrario que el filme de este ¨²ltimo. Si el israel¨ª expon¨ªa las secuelas de una v¨ªctima del nazismo, el alem¨¢n indaga en el subsuelo del nazismo, en el universo rural alem¨¢n, y en concreto b¨¢varo, bajo el r¨¦gimen de Hitler. Otra gota m¨¢s que a?adir a esa referida corriente de recuperaci¨®n del verdadero cine.
Finalmente, el canadiense de origen egipcio y armenio Atom Egoyan se sube con Speaking parts al tren bien engrasado puesto en marcha hace un a?o por su vecino del sur Steven Soderbergh con Sexo, mentiras y cintas de v¨ªdeo. Egoyan explora a su manera los caminos que esta pel¨ªcula norteamericana est¨¢ abriendo pr¨¢cticamente en todo el mundo. Es decir, un nuevo impulso para la recuperaci¨®n del cine por el cine.
Las tres pel¨ªculas, junto con otras ya exhibidas en la secci¨®n oficial de la Semana Internacional de Cine (Seminci), de Valladolid -entre ellas Una ¨¢spera estaci¨®n blanca, Cinema Paradiso y Grandes ambiciones, pel¨ªcula brit¨¢nica excluida de la competici¨®n por haberse estrenado en Barcelona antes de finalizar este festival, en el que concursaba- son parte de un esfuerzo inteligente por parte de la Seminci para mostrar ahora en Espa?a que los signos distintivos del cine genuino siguen existiendo, sobre todo en la producci¨®n no convencional, y que bajo la invasi¨®n indiscriminada del comercio audivisual el cine como arte se est¨¢ abriendo paso de manera irremediable.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.