Segunda parte buena
El grupo I. S. P. abri¨® la primera de las dos jornadas que este festival dedica al jazz madrile?o en un centro cultural. Jos¨¦ Luis Silvestre, Deekler, es el alma de este grupo que en 1984 grab¨® un disco en el que hab¨ªa ideas y capacidad de ejecutarlas. Deckler perteneci¨® a la ¨²ltima formaci¨®n del contrabajista Dave Thomas y all¨ª sorprend¨ªa como guitarrista de singular personalidad, pero capaz de integrarse en el discurso musical de otros. En el concierto del viernes se trataba de hacer su propia m¨²sica, que hoy parece madurada en ¨¦l, pero no en el resto de la banda. Gran parte del temario proced¨ªa del disco de hace cinco a?os, y lo que all¨ª aparec¨ªa fresco y nuevo, anteayer son¨® desajustado y hasta desasistido, pues pudo llegar a parecer que toda la m¨²sica proced¨ªa del l¨ªder. En Deckler hay un motor musical que no ser¨ªa bueno, para nuestra escena, que se parara.Despu¨¦s de la gran masa sonora de I. S. P. -y en algunos solos las l¨ªneas se hac¨ªan bien delgadas-, la comparecencia de Zyklus, un tr¨ªo sin piano, ten¨ªa los riesgos de una austeridad peligrosa. No fue as¨ª y esta banda dio un magn¨ªfico concierto, seguido impecable y entusi¨¢sticamente por el p¨²blico que llenaba la sala. Zyklus practica urka m¨²sica que no es precisamente hija de la simpleza, pero el trabajo, la integraci¨®n de un grupo y la claridad de los planteamientos provocaron un concierto absolutamente digno de este festival intemacional.
Muestra de 'jazz' madrile?o
I. S. P. y Zyklus.Centro cultural Galileo. Madrid, 27 de octubre.
Inteligencia musical
En Zyklus existe verdaderamente un grupo: los tres componen y cada uno de ellos nunca deja de ser un tercio de lo que se expresa. Wade Matthews, una vida a caballo entre Nueva York y Espa?a, es un m¨²sico y tambi¨¦n una inteligencia musical. Podr¨ªa haber sido el l¨ªder, pero ha sido el primero en reconocer la val¨ªa de sus compa?eros. En este concierto, Matthews estuvo especialmente afortunado en el saxo tenor y sigue pareciendo que en el soprano tiene problemas de afinaci¨®n (?o son las malditas ca?as?).Baldo Mart¨ªnez, que fuera titular de Clunia, no ha dejado de mejorar en su instrumento y hace a?os que no tiene que mirar el m¨¢stil de su contrabajo. Su continua intervenci¨®n es una constante garant¨ªa de la dignidad sonora de? grupo.
Pedro L¨®pez puede ser el bater¨ªa m¨¢s singular de nuestra escena. Consigue con unos golpes, acentos y sugerencias que se haga fuerte toda la presencia del ritmo desde el otro lado, desde lo que Monk llamaba "llenar los agujeros".
Su solo en los c¨ªmbalos, impecable, pudo producirse gracias a la excelente sonorizaci¨®n del concierto. Su m¨²sica parece un discurso acerca de la ciudad, pero hecho por alguien que lleva ya un tiempo pens¨¢ndolo en el campo.
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