Tercera mayor¨ªa absoluta

LOS CIUDADANOS espa?oles, votando libremente, han otorgado a los socialistas un nuevo mandato para gobernar de forma estable, pero con su voto han avisado al PSOE que no quieren que ese poder se ejerza como en los ¨²ltimos siete a?os, es decir, desde una confortable mayor¨ªa absoluta y pr¨¢cticamente sin oposici¨®n.En efecto, con los resultados oficiales conocidos hasta el momento es posible que el partido socialista revalide la mayor¨ªa absoluta obtenida en las dos ¨²ltimas confrontaciones electorales, pero en el mejor de los casos la consiguir¨ªa por un escas¨ªsimo margen. En ninguna de las dos hip¨®tesis los socialistas tendr¨ªan problemas para formar el pr¨®ximo Ejecutivo -aun en el caso de que los parlamentarios de HB (unos cuatro) acudan al Congreso de los Diputados-, pero esos resultados introducen un factor pol¨ªtico enormemente significativo para la pr¨®xima legislatura. En forma alguna el partido socialista podr¨¢ gobernar como lo ha hecho hasta ahora, en la medida en que el pr¨®ximo Parlamento estar¨¢ en mejor disposici¨®n -por el crecimiento de algunos grupos opositores y por la calidad de sus l¨ªderes- de ejercer con m¨¢s eficacia sus funciones de control del Gobierno.

La p¨¦rdida de votos de los socialistas se realiza en beneficio, sobre todo, de Izquierda Unida (IU), cuyo importante ascenso se convierte en uno de los resultados m¨¢s notables de estas elecciones. La coalici¨®n que lidera Julio Anguita recoge los votos que el PSOE pierde por su izquierda, capitalizando parcialmente el descontento social que se materializ¨® en la huelga general del pasado a?o.

El centro-derecha, sin embargo, no ha capitalizado el voto de castigo infligido por una parte del electorado a los socialistas. El Partido Popular mantiene b¨¢sicamente su resultado de 1986 e incluso gana alg¨²n diputado, lo cual no es poca cosa despu¨¦s del significativo retroceso registrado por esa formaci¨®n en las recientes elecciones europeas y teniendo en cuenta la relativa inmadurez de su nuevo l¨ªder, que apenas lleva mes y medio en su puesto. Eventualmente un peque?o incremento se habr¨ªa hecho a costa del descenso que registra el Centro Democr¨¢tico y Social, lo cual significa que los movimientos de votos se realizan dentro de un mismo bloque social, pr¨¢cticamente estancado desde los tiempos de la transici¨®n; Converg¨¨ncia i Uni¨® se mantiene. Una cosa semejante ocurre en el campo del centro-izquierda, lo cual viene a confirmar la enorme estabilidad del electorado espa?ol.

La mayor¨ªa absoluta del partido socialista, manifiesta de nuevo que el PSOE sigue siendo el partido m¨¢s votado por los espa?oles y el ¨²nico capaz de formar un Gobierno con garant¨ªas de estabilidad y coherencia, algo que no tendr¨ªa explicaci¨®n sin referencia a los incontestables progresos registrados por Espa?a durante las dos ¨²ltimas legislaturas. Sinembargo, los dirigentes socialistas har¨ªan mal en interpretar los resultados de ayer como una confirmaci¨®n global a su labor de gobierno.

Los resultados en cuanto a n¨²mero de votos indican que algunos de los reproches hechos al PSOE en los ¨²ltimos tiempos -incapacidad para mantener la concertaci¨®n social, arrogancia en el ejercicio del poder, abandono de muchos servicios p¨²blicos y abuso en los medios de informaci¨®n p¨²blicos- han calado entre los electores. Los espa?oles han decidido con claridad que quieren seguir gobernados por los socialistas, pero no con menos claridad exigen un cambio de formas.