Aylwin rechaza el debate cara a cara con sus oponentes a la presidencia de Chile
El candidato opositor a la presidencia de Chile, Patricio Aylwin, se neg¨® nuevamente a mantener un debate por televisi¨®n con su principal contrincante, el ex ministro de Hacienda del r¨¦gimen militar Hern¨¢n B¨¹chi y representante de la derecha conservadora. Con el tercer candidato a la presidencia, el millonario Francisco Javier Errazuriz, ni B¨¹chi ni Aylwin quieren tener debate. La falta de discusi¨®n entre los candidatos se debe a los c¨¢lculos de los t¨¦cnicos de una campa?a electoral tranquila, te?ida con espor¨¢dicos signos de violencia, donde los principales actores -Gobierno y oposici¨®n- est¨¢n convencidos del triunfo del democristiano Aylwin.Casi todas las encuestas dan una holgada victoria en la primera vuelta a Aylwin, qui¨¦n afirm¨® que no se justifican los foros entre los candidatos presidenciales. "No me someter¨¦ a los deseos o caprichos de quienes quieren hacer de ¨¦sto un espect¨¢culo un poco circense", dijo. Sus asesores sostienen que Aylwin tiene poco que ganar y, en cambio, se arriesga innecesariamente.
La negativa motiv¨® una intensa campa?a publicitaria de B¨¹chi, acusando a Aylwin de tener miedo. B¨¹chi dice estar dispuesto a mantener un debate en cualquier lugar y bajo las condiciones que quiera su contrincante. Necesita hacerlo para acortar la desventaja de 20 puntos que le separa de Aylwin. Al comando electoral de B¨¹chi "le baj¨® un ataque de democratitis y debatitis en la hora nona, lo que no hicieron durante 16 a?os", replic¨® Ricardo Lagos, candidato a senador opositor por Santiago.
Ni B¨¹chi ni Aylwin desean mantener un debate con Errazuriz, el m¨¢s locuaz y h¨¢bil en la televisi¨®n. Fra-Fra, como es conocido Errazuriz, tiene cerca del 10% del voto en las encuestas para las elecciones generales del 14 de diciembre, compuesto en partes iguales por opositores y pro-gubernamentales.
Mientras tanto, desde el palacio presidencial de la Moneda, el general Augusto Pinochet permite este juego electoral, mientras prepara nuevas medidas para dejarlo "todo atado" al t¨¦rmino de su gobierno el 11 de marzo de 1990.
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