La antolog¨ªa 'Cuentos de terror' re¨²ne relatos de 15 autores espa?oles que no frecuentan el g¨¦nero
La mayor¨ªa de los escritores se inclina por el horror psicol¨®gico e instalado en la cotidianidad
Fantasmas, vampiros, monstruos imprecisos, criaturas deformes, psic¨®patas asesinos, conjuras, posesiones, sangre... Estos y otros elementos del g¨¦nero de terror aparecen en los 15 relatos que componen la antolog¨ªa Cuentos de terror, editada por Grijalbo y presentada en las salas m¨¢s id¨®neas -m¨¢s terror¨ªficas- del Museo de Cera de Barcelona. Quince escritores espa?oles que no frecuentan el g¨¦nero, como Vicente Molina Foix, Jos¨¦ Luis Sampedro, o Soledad Pu¨¦rtolas, han producido por encargo de la editorial un relato m¨¢s o menos escalofriante. "El oscuro corredor hab¨ªa sido sembrado de cuerpos retorcidos y sangrantes" puede leerse, por ejemplo, en De la marcha can¨ªbal, de Francisco J. Satu¨¦.
La antolog¨ªa cubre un amplio espectro de temas y argumentos del terror, un g¨¦nero tradicionalmente muy poco cultivado en Espa?a. Los relatos son muy diversos, aunque en todos ellos puede advertirse una alta calidad literaria, un cuidado exquisito por la forma. Los autores consultados por este diario han citado en su mayor¨ªa el nombre de Poe como el escritor que m¨¢s admiran del g¨¦nero y han mostrado poco inter¨¦s por los maestros actuales como Stephen King o Clive Barker. Casi todos se inclinan por la sutileza y por el terror psicol¨®gico instaurado en la cotidianidad. En el terreno de los miedos personales, de lo que inspira terror a los propios creadores, prevalece el horror a la locura, al enajenamiento de uno mismo.Laura Freixas es la responsable de esta iniciativa que remeda in extenso aquella c¨¦lebre velada en Villa Diodati con Byron, Polidori y los Shelley que dio a luz Frankenstein. "Me pareci¨® una propuesta estimulante por lo inusual", dice Freixas; "y muy interesante en un pa¨ªs que carece de una verdadera tradici¨®n de literatura de terror".
Jes¨²s Ferrero, que abre el volumen con El taxidermista de Pisa, ha escrito una historia sutilmente macabra en la que se intuye un caso de posesi¨®n a trav¨¦s del tiempo. El relato, en el que un taxidermista jud¨ªo naturaliza expertamente a una joven y comparte el lecho con ella, hace pensar en Hoffman y en Meyrink. "El Golem es una de mis obras favoritas", confiesa Ferrero, "y puede haber habido cierta influencia". No obstante, el autor asegura que la de terror "no es una literatura que haya le¨ªdo con fervor, exceptuando a Poe y a Lovecraft".
Ferrero estima que el g¨¦nero, del que aprecia un auge, debe renovarse; "hoy no producen terror las mismas cosas, los cad¨¢veres, los monstruos; yo dir¨ªa que lo que aterra hoy es el problema de la identidad, la confusi¨®n entre cordura y locura; a m¨ª, personalmente, lo que me da m¨¢s miedo es el doble, la mente partida, la personalidad enemistada consigo misma; admiro a Borges y a Cort¨¢zar por c¨®mo hicieron cuentos de terror pervirtiendo el g¨¦nero, o sea renov¨¢ndolo; pienso en relatos como Funes el memorioso, o William Wilson, un estupendo caso de doppelg?nger".
Javier Tomeo ha escrito para el libro un relato que quiz¨¢ sea el m¨¢s cl¨¢sico del conjunto y en el que resuenan ecos de Poe, Lovecraft y Dunsany. La fiesta del plenilunio es un breve cuento con una hermosa dama de grandes y afilados colmillos. "Tiene una componente sexual, de agresividad sexual, con esa penetraci¨®n, esos pu?ales que aparecen", dice Tomeo de su relato; "y est¨¢ escrito bajo influencias inconcretas, atmosf¨¦ricas, im¨¢genes sublimadas; hay algo de aquella pel¨ªcula de Polanski, El baile de los vampiros". Considera que lo que realmente produce miedo es "lo desconocido"; "el miedo", se?ala, "responde a oscuros sentimientos arquet¨ªpicos y permite asomarse a los abismos interiores". Cree el escritor que el g¨¦nero requiere un tempo narrativo especial y que "hace falta sentir miedo para trasmitirlo". ?Qu¨¦ le da miedo? "Me dan asco las ratas y terror viajar en avi¨®n, pero eso es muy vulgar". "Los muertos me sit¨²an, con su inmovilidad, frente a un paisaje incomprensible".
Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n ha escrito uno de los m¨¢s notables cuentos de la antolog¨ªa, La muerte mientras tanto, una historia con ribetes hitchcockianos y cortazarianos. "No soy asiduo del g¨¦nero, ni de la literatura de g¨¦neros, pero uno de mis escritores favoritos es Poe. En mi relato, el terror adquiere una forma que es lo inquietante; no me interesa el terror de los cuellos cercenados, de los derramamientos de sangre; para m¨ª el miedo es una amenaza incierta, porque lo que se sabe puede conjurarse".
Pasajes er¨®ticos
Mufloz Molina, autor de la espl¨¦ndida Si t¨² me dices ven, considera que la de Grijalbo "es una iniciativa bonita que me ha permitido hacer algo que quiz¨¢ sin ese est¨ªmulo exterior no habr¨ªa hecho". "Me gusta el g¨¦nero, me gusta Lovecraft, por ejemplo, pero prefiero, m¨¢s que a esos escritores monogr¨¢ficos, a los que coquetean con el g¨¦nero y lo manipulan, como Cort¨¢zar; al igual que prefiero los pasajes er¨®ticos en las obras de los grandes escritores a la propia literatura er¨®tica". "El relato de terror es t¨¦cnicamente como el cuento elevado al cubo", dice; "exige en grado sumo brevedad, tensi¨®n, sorpresa". "No me gustan esos escritores actuales como Peter Straub, el terror no se puede mantener a lo largo de 300 p¨¢ginas", a?ade. "Mi cuento sigue el modelo de Poe y pretende instaurar ese espacio de ambig¨¹edad en la vida corriente en el que todo es posible; s¨ª, tiene algo de historia de fantasmas, inquietante; yo admiro mucho Otra vuelta de tuerca de Henry James".Jos¨¦ Luis Sampedro ha escrito Felisa, un cuento con alteraci¨®n de personalidad, cambio de sexo y espejos. "No soy muy cultivador del g¨¦nero", dice; "para m¨ª, el verdadero terror no es el que se basa en visiones espeluznantes, en la escenograf¨ªa del g¨¦nero -tumbas, vampiros-, sino el psicol¨®gico, el interior, los fantasmas de dentro. Mi texto es m¨¢s bien un relato de misterio, sin sustos".
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