Tregua hasta la formaci¨®n del nuevo Gobierno
Los dirigentes de UGT que estaban impulsando un. acercamiento al PSOE se han quedado sin argumentos sin estrategia una vez que el Gobierno, a trav¨¦s del ministro de Econom¨ªa, ha antunciado que los pr¨®ximos Presupuestos Generales ser¨¢n "no expansivos", el ajuste perseguir¨¢ y se pide moderaci¨®n salarial.Esos cuadros ugetistas que a¨²n confiaban en un cambio de relaciones, esperan que desde el Gobierno o desde ¨¦l partido alguien rectifique las declaraciones de Carlos Solchaga, pero ya la m¨¢xima direcci¨®n del sindicato ha recurrido a los pocos interlocutores que a¨²n le quedan en el PSOE para conocer el respaldo con que ha contado el ministro. La informaci¨®n de la que dispone la central indica que la pol¨ªtica econ¨®mica no se va a modificar ni habr¨¢ cambios sensibles de sus responsables.
En esas conversaciones a trav¨¦s de intermediarios ha quedado claro que tiene vigencia lo que el presidente del Gobierno dijo a Nicol¨¢s Redondo hace meses: "Quiero un apoyo al 100% o nada".
Fuentes del partido socialista han confirmado a EL PA?S que el modelo de pol¨ªtica econ¨®mica se va a mantener y, en relaci¨®n a las personas, uno de los pocos cambios que se dan como seguros es que "se busca un nuevo ministro de Trabajo". Manuel Chaves, que se resiste a volver a Andaluc¨ªa como candidato a la presidencia de la Junta, ya ha empezado a manifestar en privado que se ir¨¢ si se lo pide el presidente. Fin el perfil que se baraja para sustituir a Chaves en la cartera de Trabajo "se ha descartado a una persona que pueda entenderse con los sindicatos".
Tampoco hay muchas posibilid.ades de negociar otros puntos de la Propuesta sindical prioritaria. El argumento esgrimido desde medios gubernamentales es que las reformas de protecci¨®n social que el Gobierno est¨¢ dispuesto a impulsar figuran recogidas en el prograrna electoral del PSOE -pensiones asistenciales y subsiidio indefinido para los parados mayores de 45 a?os- y el resto de las demandas de UGT y CC OO quedan descartadas porque supondr¨ªan incrementar el poder sindical.
Los dos temas que Chaves ha sugerido se pueden negociar -la autorregulaci¨®n de la huelga y la constituci¨®n del Consejo Econ¨®mico y Social- no cambian sensiblemente la situaci¨®n y no son prioritarios para las centrales. Tan s¨®lo parece quedar margen de maniobra para negociar un plan de formaci¨®n profesional y aquellos puntos relacionados con la negociaci¨®n colectiva en las empresas.
Injerencias del PSOE
Aunque la intenci¨®n de los m¨¢ximos dirigentes ugetistas es "ser prudentes" en sus manifestaciones hasta que se configure el nuevo Gobierno y as¨ª agotar la ¨²ltima esperanza, prev¨¦n que el pulso va a seguir en los pr¨®ximos meses y, sobre todo, est¨¢n preparados para recibir ataques en el per¨ªodo precongresual al que se enfrenta el sindicato. En UGT esperan que las injerencias persigan crearles problemas en las federaciones donde todav¨ªa quedan cuadros cercanos al PSOE e intentar influir en la composici¨®n de la nueva ejecutiva.La direcci¨®n del partido socialista ha desechado iniciar una guerra frontal contra Nicol¨¢s Redondo porque no tienen un candidato alternativo que pueda medir sus fuerzas con la figura incontestada del dirigente ugetista. Fuentes del partido aseguran que "esa guerra se gana o no se va a ella", pero s¨ª esperan y desean que la derrota de Redondo se produzca en las elecciones sindicales que se han de celebrar en el oto?o de 1990.
El objetivo es desautorizar al dirigente ugetista y A su modelo sindical con un estrepitoso fracaso en el apoyo de los trabajadores y una victoria de Comisiones Obreras. Esos c¨¢lculos no coinciden con los datos que maneja la UGT ni con la previsi¨®n que tiene la direcci¨®n de CC OO. Ambos coinciden en que se va-a producir una recuperaci¨®n de la central ugetista en las grandes empresas donde fue derrotada en los comicios de 1986, como Renfe y Telef¨®nica, y que las dos organizaciones van a quedar muy igualadas. Las instrucciones que dar¨¢ Comisiones en las empresas persiguen que las elecciones se desarrollen en una leal competencia y con el objetivo de que se refuercen los sindicatos de clase.
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