La dama de la l¨¢mpara
Florence Nightingale, la dama de la l¨¢mpara, figura en el reverso de los billetes de 10 libras en reconocimiento a sus esfuerzos como enfermera en la guerra de Crimea. Nightingale quiso dedicar su vida a la Iglesia de Inglaterra, pero fue disuadida a la fuerza: "Me dijeron que me volviera a casa a hacer ganchillo en el saIon". Nightingale no hizo caso del ganchillo y sent¨® las normas de la enfermer¨ªa moderna.Corr¨ªa el a?o 1852 y desde entonces las mujeres han estado intentando ser recibidas como sujetos agentes en la fe anglicana, pero contin¨²an las resistencias a la entrada de mujeres que, en el mejor de los casos, no se producir¨¢ hasta 1992.
Paso adelante, paso atr¨¢s
Este eventual logro ser¨¢ el remate de una traqueteada historia, en la que ha habido pasos hacia adelante y hacia atr¨¢s. En 1975, el S¨ªnodo General acept¨® que no hab¨ªa objeciones b¨¢sicas a la ordenaci¨®n de mujeres, pero tres a?os m¨¢s tarde se neg¨® a modificar las trabas legales que lo imposibilitaban.
Mientras la Iglesia de Inglaterra debate su identidad y futuro, las iglesias anglicanas de Canad¨¢, Estados Unidos (episcopaliana) y Nueva Zelanda ya han ordenado mujeres sacerdotes. Los episcopalianos estadounidenses han ido m¨¢s lejos y el a?o pasado consagraron su primera obispo, Barbara Harris.
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