El r¨¦gimen de la RDA acelera las reformas para conservar el poder
El r¨¦gimen comunista de Alemania Oriental (RDA) ha decidido acelerar el proceso de reforma pol¨ªtica como ¨²nica. forma de mantenerse en el poder. El reducido Bur¨® Pol¨ªtico del Partido Socialista Unificado (SED) decidi¨® ayer convertir la conferencia extraordinaria del partido, convocada para mediados de diciembre, en un congreso. En Berl¨ªn continuaba mientras tanto La euforia que ha llevado hacia el Oeste a unos dos millones de personas durante el fin de semana. Uno de cada cuatro habitantes de la RDA ha pedido el visado para viajar a Occidente.
Los alcaldes de los dos sectores de la ciudad -Walter Momper, del Oeste, y Erhard Krack, del Este se reunieron en el coraz¨®n de la antigua capital del Reich, en la plaza de Postdamer, donde poco antes hab¨ªa sido abierta la quinta nueva brecha en el muro. Mientras que la conferencia del SED tiene poderes reducidos, el congreso es un ¨®rgano soberano con facultades similares a las de una asamblea constituyente.La inesperada decisi¨®n de los 10 miembros del Politbur¨®, reunidos el domingo, junto con la sesi¨®n de hoy de la C¨¢mara del Pueblo (Parlamento), de la que se espera la constituci¨®n del nuevo Gobierno presidido por el reformista Hans Modrow, indica claramente que la situaci¨®n de hecho creada por la apertura de las fronteras ha empujado a¨²n m¨¢s el proceso de renovaci¨®n pol¨ªtica en la RDA.
Entre las reacciones suscitadas por los hist¨®ricos acontecimientos de los ¨²ltimos d¨ªas, lleg¨® ayer la de Jacques Delors, presidente de la Comisi¨®n Europea,. ¨®rgano ejecutivo de la CE, quien no descart¨® que la RDA pueda llegar a entrar en la Comunidad.
"Todo es posible", asegur¨®. "No me toca a m¨ª elegir. Son los alemanes los que tienen que pesar los pros y los contras y elegir soberanamente, con su derecho a laautodeterminaci¨®n".
La Comisi¨®n Europea (de la que forman parte los espa?oles Abel Matutes y Manuel Mar¨ªn) estudi¨® el pasado fin de semana su estrategia para responder a las transformaciones pol¨ªticas en la Europa del Este, y muy especialmente en Alemania Oriental.
Las dos Alemanias cooperan para evitar el caos
El apret¨®n de manos de Momper y Krack, en el hist¨®r1co lugar donde se encontraba el bunker de Adolf Hitler y donde este acab¨® sus d¨ªas cuando III Ej¨¦rcito Rojo llegaba a las mismas entra?as del 111 Reich, pone tambi¨¦n en evidencia que se ha iniciado ya una cooperaci¨®n entre las Administraciones de las dos partes de la ciudad y tambi¨¦n entre los dos Estados alemanes- para intentar controlar la situaci¨®n ciertamente ca¨®tica, y evitar que el precario equilibrio en un momento tan cr¨ªtico pueda perjudicar el proceso que se ha puesto en marcha.De hecho los jefes de las polic¨ªas de los dos lados de Berl¨ªn y sus ayudantes, mantuvieron ya el s¨¢bado una mesa redonda de conversaciones y la actuaci¨®n de las fuerzas del orden en uno y otro lado, al margen de algunos incidentes menores' parece indicar que se ha iniciado una comunicaci¨®n entre ambas. El peligro existe.Las grupos de extrema derecha, bastante numerosos en Berl¨ªn Oeste a tenor de la considerable presencia en el Senado berlin¨¦s de los Republicanos, de Franz Schoenhuber, ya han dado bastantes se?ales de que, en cuanto puedan, est¨¢n dispuestos a boicotear el proceso. La presericia en la puerta de Brandeburgo de la polic¨ªa de Occidente, que acostumbra a mantenerse de espaldas en todo lo que al muro se refiere, para impedir el vandalismo de ciertos grupos de manifestantes, as¨ª lo delata. Tambi¨¦n los grupos alternativos y la extrema izquierda empezaron ayer a hacerse notar.Facilidades
La apertura de las fronteras parece haber tenido el efecto deseado Seg¨²n fuentes de Bonn, tan solo 23.000 personas han decidido quedarse en la RFA desde que el jueves por la, noche se tomar¨¢ la hist¨®rica decisi¨®n; una cifra pr¨¢cticamente insignificante comparada con el ¨¦xodo masivo que ven¨ªa produci¨¦ndose des desde mediados de verano. En esos tres d¨ªas, han sidoalrededor de dos millones los alemanes orientales los que han pasado temporalmente a la RFA.
El l¨ªder germano oriental, Egen Krenz, puede felicitarse en este sentido, pero, si la larga lista de problemas pol¨ªticos a los que la nueva c¨²pula dirigente de la RDA ya es de por s¨ª un desaf¨ªo de ingentes dimensiones, a¨²n m¨¢s dif¨ªcil va ser enfrentarse con los problemas econ¨®micos. La decisi¨®n adoptada ayer de permitir tambi¨¦n a los berlineses occidentales pasar al otro lado de la ciudad Puede complicar m¨¢s las cosas.
Los ciudadanos de la RDA, tras tantos a?os de vivir encerrados en sus propias fronteras, parecen dispuestos a hacer uso extensivo de su nuevo juguete. Pero la realidad es que no tienen dinero para viajar. El Gobierno, atenazado por una falta cr¨®nica de divisas y reservas, no puede entregar a sus ciudadanos los marcos de la RFA al cambio oficial, que es de, uno a uno, mientras que en los bancos de Occidente esta relaci¨®n. fluct¨²a entre uno a ocho y uno a diez.
Bonn tiene ahora la sart¨¦n por el mango en este punto. Pese a las promesas cada vez mayores de ayuda econ¨®mica, algo que, por otro lado, ha venido siendo lo habitual desde siempre, las fuerzas econ¨®micas de la RFA no est¨¢n dispuestas a entregar dinero si no es contra condiciones muy concretas que se llaman econom¨ªa de mercado. Lo que pueda suceder en el futuro entre las dos Alemanias ofrece un inmenso abanico de posibilidades en el terreno econ¨®mico y laboral, empezando por si los ciudadanos de la RDA deciden asumir el papel hasta ahora asignado a los turcos y convertirse en trabajadores negros, con salarlos inferiores a lo establecido y sin derecho a prestaciones sociales.
En el otro sentido, la existencia de una serie de bienes b¨¢sicos de consumo a precios subvencionados en Berl¨ªn Este atraer¨¢ sin duda las apetencias de las amas de casa y consumidores del Oeste, que pueden desabastecer de un plumazo todas las tiendas.
Todo esto tiene que ser regulado y se espera que hoy, una vez restablecido algo parecido a la calma, que no ser¨¢ en ning¨²n caso la calma chicha de las ¨²ltimas d¨¦cadas, empiecen a tomarse las primeras medidas.
Algunas de estas medidas, muy espec¨ªficas, han sido tomadas ya durante este fin de semana de manera concluyente. No solo el paso de la plaza Potsdamer fue abierto ayer, sino que otros nueve trozos del muro cayeron para permitir el tr¨¢fico en ambas direcciones. Pero, al margen de las provocaciones de algunos grupos minoritarios que aprovecharon la fiesta reinante, todo el mundo parece consciente de que la situaci¨®n es fr¨¢gil como la porcelana. Quien mejor ha explicado este sentimiento fue el presidente de la RFA, Richard ven Weizsaecker, que visit¨® ayer Berl¨ªn y se dirigi¨®, en la famosa iglesia semidestruida de la Memoria, a los ciudadanos de uno y otro lado de la ciudad. "Nadie debe permitirse, ni a s¨ª mismo ni a los dem¨¢s, asumir una posici¨®n de triunfo sobre los otros ni sobre nadie. Hay que estar unidos ahora m¨¢s que nunca", dijo.
El presidente de la RFA, un hombre de gran prestigio, advirti¨® que todos ten¨ªan algo que aprender de la otra parte. "Necesitamos algo de tiempo para poder poner en orden nuestros sentimientos", dijo. "Nadie sabe lo que va a pasar, pero s¨®lo una cosa es cierta, el muro ya no volver¨¢ a ser lo que era". Weizsaccker, que fue alcalde de Berl¨ªn Oeste, fue recibido con aplausos generalizados tanto de los ciudadanos del Este como los del Oeste. Para estos ¨²ltimos tuvo una advertencia: "La libertad no nos protege de las aberraciones".
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