Subastas
Los cuadros de Sorolla han empezado a cotizarse caro. No hace ni cuatro d¨ªas, uno llamado El remero se subast¨® en 80 millones de pesetas, y no hace ni cinco, otro llamado Toros a enganchar las barcas se subast¨® en 142 millones de pesetas, que ya son. Ambos remates llegaron por tel¨¦fono. Pujar por tel¨¦fono se ha hecho pr¨¢ctica habitual en las su bastas y as¨ª ocurri¨® hace un par de a?os con Los lirios, de Van Gogh que se adjudic¨® -por tel¨¦fono- e 6.000 millones de pesetas.La puja por tel¨¦fono desnaturaliza el rito de la subasta, que estriba en la peripecia del toma y daca, en los tensi¨®n de los licitadores. Dirige e martillero, un personaje de rara virtudes. Dotado de elegancia natural, dominio del cotarro y,ojo avizor que abarca todo el encante, advierte de inmediato la se?a apenas perceptible del pujador y canta con mesura exquisita los alzamientos.
La exquisitez es caracter¨ªstica primordial del buen martillero. E la subasta de un valioso despacho isabelino, el martillero, que gozaba fama de ser uno de los m¨¢s exquisitos entre los de su oficio, anunci¨® "Lote n¨²mero 7. ?Un hermoso se mental!". Los licitadores se quedaron estupefactos, pues los sementales no suelen formar parte del mobiliario de un despacho isabelino, y se apresuraron a consultar el cat¨¢logo. Dec¨ªa: "Lote n¨²mero 7. Un bur¨® con dos cajones".
El pujador telef¨®nico no ve el bur¨® -con dos cajones- ni ve nada. Quiz¨¢ ni le interesa verlo. La puja por tel¨¦fono es modalidad de gesti¨®n propia del mercadeo en que tienen convertida la creaci¨®n art¨ªstica los negociantes. E introduce adem¨¢s la posibilidad de servir de estratagema al subastador para puja de farol y encarecer el aval¨²o.
El inter¨¦s de las grandes fortuna por invertir en obras de arte seguramente es normal. Pero ya es menos normal que ciertos autores se coticen de s¨²bito en cifras astron¨®micas y sus obras se subasten por tel¨¦fono. Un poco a chamusquina huele esto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.