Ram¨®n Margalef: "Creo en las arcas de No¨¦"
El ecologista se declara partidario de mantener ¨¢reas menos explotadas y otras m¨¢s explotadas
Ram¨®n Margalef, de 70 a?os, es la m¨¢xima autoridad cient¨ªfica espa?ola en el campo de la ecolog¨ªa y figura entre los m¨¢s prestigiosos del mundo. Su vocaci¨®n investigadora qued¨® truncada por la guerra civil, cuyas secuelas no le permitieron concluir su doctorado hasta 1952. Entretanto desarroll¨® las bases de una serie de aportaciones fundamentales para la ecolog¨ªa, como la creaci¨®n de modelos matem¨¢ticos para el conocimiento de la poblaciones y la aplicaci¨®n de la teor¨ªa de la informaci¨®n a los estudios ecol¨®gicos. En el Simposio sobre Diversidad Biol¨®gica que se celebra en Madrid ha declarado que la soluci¨®n para conservar la naturaleza est¨¢ en establecer arcas de No¨¦ o zonas de reserva.
Pregunta. ?Qu¨¦ se puede hacer para que las especies no se extingan?Respuesta. Si no se pone remedio a la progresiva destrucci¨®n de la naturaleza, como conjunto de seres vivos claramente interaccionados, para nada sirve mantener a un animal en un parque zool¨®gico. Es un hecho que casi todo el mundo se muestra sensibilizado ante los problemas de extinci¨®n de los grandes mam¨ªferos. Sin embargo, existe un n¨²mero elevado de insectos que son absolutamente desconocidos y al paso actual de degradaci¨®n ecol¨®gica desaparecer¨¢n antes incluso de haberlos podido catalogar cient¨ªficamente.
P. ?Cu¨¢les son los principales problemas del ecosistema de nuestro planeta?
R. Los m¨¢s b¨¢sicos son las desigualdades humanas y el af¨¢n enorme de consumo de energ¨ªa por parte de los pa¨ªses desarrollados. Esto puede llevarnos a serias carencias de combustibles f¨®siles, al efecto invernadero, a un aumento importante de las temperaturas y a cambios de nivel del mar. La naturaleza es lenta, pero debemos sensibilizarnos m¨¢s por todo lo que acontece a nuestro alrededor. No creo que los problemas que acabo de mencionar lleguen a resultar catastr¨®ficos, porque el tiempo es un buen diluyente para los mismos y tras algunas generaciones los niveles de consumo disminuir¨¢n.
P. ?Qu¨¦ soluciones reales demandan estos problemas?
R. La soluci¨®n se encuentra en una moderaci¨®n m¨¢xima del consumo. Cuando hablamos del crecimiento cero debemos entender que el aumento de poblaci¨®n y el consumo de recursos naturales son paralelos. Y es necesario que este consumo disminuya de tal manera que permita aumentar el nivel de vida de los pa¨ªses menos desarrollados.
Naturaleza tranquila
P. ?C¨®mo debe ser tratado el tema de la diversidad biol¨®gica?R. Lo importante es ver todas las especies como piezas de la naturaleza, de la que formamos parte. Un claro ejemplo puede ser el de las ballenas ante el peligro de su extinci¨®n, al que generalmente se presta atenci¨®n de forma acotada, sin tener en cuenta a estos cet¨¢ceos como parte de un conjunto, que a menudo se pretende conservar en parques zool¨®gicos. Pero esta pretensi¨®n no es m¨¢s que una quimera.
P. ?Es la diversidad biol¨®gica un instrumento v¨¢lido para una planificaci¨®n ambiental correcta?
R. Si nos planteamos la planificaci¨®n como un objetivo, l¨®gicamente necesitaremos unos conocimientos m¨ªnimos de c¨®mo funciona la naturaleza. Y la diversidad permite al naturalista exteriorizar la impresi¨®n de la riqueza y variedad de aquella.
P. ?Qu¨¦ posibilidades existen para conservar la diversidad biol¨®gica?
R. Existen dos perspectivas ante este problema. Una, que se intensifique la explotaci¨®n de recursos naturales en todo el planeta, y otra, que se intensifique much¨ªsimo m¨¢s en ¨¢reas peque?as y se afloje, en lo posible, en otras ¨¢reas. Soy claramente partidario de mantener una estructura desigual, es decir, que haya ¨¢reas menos explotadas y otras m¨¢s explotadas. De otra manera lo destruiremos todo. Con la segunda opci¨®n se conservar¨ªan lo que podemos denominar arcas de No¨¦. Y no creo en la conservaci¨®n en zoos; por tanto, cuando hablo de arcas de No¨¦ me refiero a establecer ¨¢reas, zonas de reserva o incluso semicontinentes, como la Amazonia o la Ant¨¢rtida. Tambi¨¦n hay quien salva su conciencia afirmando que la Ant¨¢rtida es el parque de la humanidad. Sin embargo, todos observamos c¨®mo los parques o zonas de reserva est¨¢n siempre situados sobre terrenos poco f¨¦rtiles: alta monta?a y marismas. En cambio esto no ocurre con la parte media de los valles de los r¨ªos, donde nadie deja la naturaleza tranquila.
Hacer el rid¨ªculo
P. ?Existen en Espa?a suficientes ¨¢reas de reserva?R. Hay pocas. El problema de nuestro pa¨ªs es la falta de sensibilidad de la gente hacia los problemas de la naturaleza, que es mucho menor, por ejemplo, que en Centroeuropa. Los cortes degradados de paisaje que existen en Espa?a podr¨ªan ser perfectamente minirreservas. Desgraciadamente, la realidad es muy distinta: estas zonas se llenan de cascotes y acaban con aspecto de suburbio, cuando podr¨ªan funcionar como refugios, quiz¨¢ no para linces u otros grandes animales, pero s¨ª para insectos, aves y un n¨²mero elevado de plantas.
P. ?C¨®mo calificar¨ªa la actitud de los diferentes Gobiernos en relaci¨®n con la pol¨ªtica medioambiental?
R. La actuaci¨®n de numerosos Gobiernos en estos temas viene muy determinada por m¨²ltiples presiones y sienten el miedo de hacer el rid¨ªculo ante otros pa¨ªses. De todos modos, parece que ahora existe una mayor sensibilidad, aunque s¨®lo sea para hablar m¨¢s del problema ecol¨®gico. A este respecto, los medios de comunicaci¨®n han contribuido bastante, ya que una de las ocupaciones centrales de los pol¨ªticos es leer peri¨®dicos. Yo dir¨ªa que hacen lo que se puede espera de ellos, pero l¨®gicamente, me gustar¨ªa que est¨¦ tipo de cosas fueran por otros caminos.
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