Apaleados y enriquecidos
P. S., S¨ªntoma de fuerte competencia es, entre otras cosas, que agentes literarios consultados se nieguen a aparecer con su nombre, y que mantengan reservas sobre honorarios de decenas de miles de pesetas como si se tratase de fusiones bancarias. "Algunas editoriales est¨¢n ofreciendo contratos muy apetitosos", dice una de esas agentes. "Para el autor me parece bueno a corto plazo. A largo, ya veremos". Explica que no se debe medir esta competencia por el dinero. "Simplemente, algunas editoriales est¨¢n apostando mucho dinero por un tipo de autores que seguramente no van a cubrir los anticipos que se les pagan".
"Hace mucho tiempo que oigo decir que esto va a hacer un crack de un momento u otro", dice esta agente, "y no s¨®lo no hace crack sino que hay un movimiento impresionante." Los hechos parecen avalarle: la editorial colombiana Norma, la argentina Emec¨¦, la chilena Javier Vergara, abren delegaci¨®n en Espa?a, y otras multinacionales establecen cabezas de puente.
Para Jorge Herralde, de Anagrama, es falso que el editor literario est¨¦ condenado: hace un par de a?os en Inglaterra desaparecieron pr¨¢cticamente las editoriales literarias, pero desde entonces han renacido dos o tres. "Lo que no hago ni pienso hacer", dice, "es pagar cantidades disparatadas por cuestiones de prestigio, pues considero que el prestigio mi editorial ya lo tiene". Niega adem¨¢s que otros tengan mayores posibilidades que ¨¦l, y recuerda que en la feria de Francfort se qued¨® con obras por las que otros pujaban fuerte, como los Diarios de Andy Warhol.
Siempre apaleados
El novelista aragon¨¦s Javier Tomeo, residente en Barcelona, se ha encontrado con un su bito ¨¦xito teatral. Quiere decirse que numerosos grupos teatrales franceses quieren llevar al teatro sus relatos ins¨®litos y llenos de gags. "He llegado a la conclusi¨®n de que voy a decir todos que s¨ª. Har¨¢n mis obras todos los que quieran. A no ser que llegue alguien que me tape la boca con millones por la exclusiva". '"Los escritores siempre hemos sido los apaleados", dice Tomeo, que publicar¨¢ al menos dos obras en Planeta, "y ahora que parece que se puede gozar un poco del inter¨¦s de los dem¨¢s, justo es que disfrutemos de un poco de gloria". No mucha, sin embargo: "No somos futbolistas, no aspiramos a entrar al Real Madrid o el Barcelona. Cualquier tratante de hierros gana mucho m¨¢s que yo con un simple golpe de tel¨¦fono".
Luis Su?en, de Alfaguara, cree que la relaci¨®n personal entre el editor y el autor es tan importante que puede llegar a influir en la calidad de la obra. Hoy en d¨ªa, recuerda, se contratan libros sin escribir, y eso puede redundar en la prisa y la calidad. "Soy consciente de que los editores tenemos que estar en el mercado, pero sin perder la cabeza".
Babelia
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