L¨®pez de Osaba: "Los madrile?os se merecen un gran a?o en 1992, despu¨¦s de lo que padecen a diario"
Quince a?os en Cuenca, entre el Museo de Arte Abstracto y la Semana de M¨²sica Religiosa. Y de pronto, una llamada telef¨®nica. Pablo L¨®pez de Osaba acept¨® el reto sin dudarlo: "En la vida de un hombre hay que asumir estos riesgos, que adem¨¢s rejuvenecen". Entusiasmado con el proyecto, sin piso a¨²n en Madrid, antes incluso de hablar con el alcalde, el director general del consorcio para la capitalidad cultural en 1992 defiende su idea matriz: Madrid, fin de siglo y fines de siglo. "Articular los actos en torno a los motores que hacen a la humanidad cambiar de per¨ªodo hist¨®rico".
Desde que en mayo de 1988 la Comunidad Europea designase a Madrid como capital cultural en 1992 hasta el lunes pasado, cuando Pablo L¨®pez de Osaba fue nombrado director general del consorcio, han pasado 19 meses. Para que d¨¦ comienzo en Madrid lo que se ha denominado el a?o de Espa?a, faltan 25.Pero Pablo L¨®pez de Osaba emprende la lucha contra el reloj con un optimismo contagioso: "Los madrile?os se merecen que hagamos un gran a?o cultural en 1992, despu¨¦s de lo que padecen en todos los ¨®rdenes a diario". No es tarde, asegura: "Todav¨ªa estamos a tiempo, y no creo ni mucho menos que Madrid haya perdido el tren del 92. La ciudad posee una estructura cultural magn¨ªfica -museos, orquestas, teatros- que hay que aprovechar. El consorcio actuar¨¢ como un paraguas para acogerlo todo, y luego emprenderemos nuestros propios actos, con nuestro presupuesto, que debemos tenerlo".
Estamos ante un proyecto de Estado, "que debe ser acogido por el Estado". Adem¨¢s, "los actos de Barcelona durar¨¢n un mes, los de Sevilla, dos o tres meses. pero los de Madrid, un a?o".
Buscar un despacho
De momento, el consorcio no tiene ni sede. La rehabilitaci¨®n del palacete de Zurbano, cedido oficialmente el viernes por el MOPU, no estar¨¢ terminada hasta finales del a?o que viene. "Mientras tanto, me meter¨¦ donde pueda. Le voy a pedir al alcalde que me deje un despacho en el Conde Duque, o donde sea, pero esto tiene que estar montado antes de navidades".El director general del consorcio a¨²n no podido exponer a ninguno de los organismos responsables -Ministerio de Cultura, Ayuntamiento y Comunidad Aut¨®noma- la idea nuclear en la que quiere imbricar los actos que se desarrollen: "Madrid fin de siglo y fines de siglo. ?Qu¨¦ significa? Hacer un repaso de la cultura de los fines de siglo desde 1492".
Un siglo, explica Pablo L¨®pez de Osaba, no empieza en un a?o con dos ceros: "El romanticismo, por ejemplo, comienza con la revoluci¨®n francesa y no termina hasta 1920. Nuestro siglo, sin embargo, es m¨¢s corto: parte de la primera d¨¦cada, y yo creo que termina en 1992". Seg¨²n el planteamiento de L¨®pez de Osaba, se tratar¨ªa de recordar y analizar los motores que surgen en estos per¨ªodos, en estos "fines de siglo" desde 1492.
Hay que empezar por lo b¨¢sico, afirma L¨®pez de Osaba: "La capitalidad cultural no tiene seritido si no se basa en una infraestructura eficiente. Esto es, que un visitante pueda dar a la tecla de un ordenador en su hotel y obtener informaci¨®n de todos; los acontecimiento que van a tener lugar. Y, a ser posible, que pueda comprar inmediatamenente las entradas". Todo se deshar¨ªa, sigue el director del consorcio, si se tuviese que poner en la cola del teatro Real.
Junto a la infraestructura, la informaci¨®n: "Los madrile?os no saben lo que ocurre en la ciudad. Hay que buscar f¨®rmulas para que todo el mundo sepa todo lo que hay y pueda elegir si quiere o no quiere acudir". El tercer eje ser¨ªa hacer esta iniciativa rentable. Para ello se utilizar¨¢n todos los recursos existentes y se acudir¨¢ a los bancos "y a los cien primeros empresarios de Espa?a para que colaboren". Antes, las Cortes deben tramitar la ley que regula las exenciones fiscales.
Entre los m¨²ltiples fantasmas que acechan a L¨®pez de Osaba est¨¢n las elecciones municpales, que se celebrar¨¢n en junio de 1991. "En eso voy a ser implacable. Me han elegido y todo el protagonismo es del consorcio. Ahora me tendr¨¦ que reunir mucho con los pol¨ªticos, pero en cuanto esto est¨¦ en marcha, los actos seguir¨¢n su propio curso, independienteniente de ayuntamientos y de comunidades aut¨®nomas".
A L¨®pez de Osaba le gustar¨ªa que quedase de la capitalidad cultural de Madrid una obra empblem¨¢tica: "S¨¦ que es tarde, pero se puede acelerar algo de lo existente; por ejemplo, el museo de Atocha. Vamos a intentarlo".
Europa se vuelca hacia el Este. Parece dif¨ªcil que se fije en Am¨¦rica por la ventana espa?ola o madrile?a. "No, esto no es ninguna pega; todo lo contrario, es un aliciente m¨¢s", dice nuevamente optimista el director del consorcio para la capitalidad cultural madrile?a. Un proyecto por hacer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.