Divina y misteriosa
Siempre se ha dicho de George Cukor que pose¨ªa el acierto in falible de transferir a sus personajes femeninos ese secreto encanto, sofisticaci¨®n y galanter¨ªa que cautivaban a las audiencias No es el caso de La mujer de las dos caras, ni ¨¦l es el centro de atenci¨®n de esta pel¨ªcula, que en su tiempo se consider¨® un fracaso. Si la historia del cine la ha colocado posteriormente en un lugar digno se debe en parte a que fue la ¨²ltima intervenci¨®n de Greta Garbo en la pantalla. La divina ten¨ªa 36 a?os y hab¨ªa interpretado 27 pel¨ªculas cuando decidi¨® esfumarse con su enigma, su fascinaci¨®n y su misterio.Lo importante de La mujer de las dos caras es Greta, que dej¨® -interpretando a dos mujeres- sus dos ¨²ltimos rostros indelebles al paso del tiempo.
Al director se le reproch¨® haber elegido a Greta Garbo para interpretar un papel que para ella supon¨ªa un retroceso despu¨¦s del ¨¦xito alcanzado con La reina Cristina de Suecia, Ninotchka y La dama de las camelias; el propio Cukor hab¨ªa contribuido, como director de ¨¦sta ¨²ltima, a consolidar el auge del mito.
En realidad, se le reprochaba que fuera la actriz la protagonista de una comedia fr¨ªvola, tan distante de la imagen y el porte digno de sus otros papeles aristocr¨¢ticos. No pensaba lo mismo Greta, que siempre se hab¨ªa negado a ser tratada como una belleza standard americana y manifestado su rechazo al mundo de las vamps.
La pel¨ªcula es una nueva versi¨®n de la comedia Su hermana de Par¨ªs (1925) de Sidney Franklin. La actriz encarna soberbiamente el papel de mujer enso?adora y razonable, pero donde realmente est¨¢ magn¨ªfica es en el de la supuesta hermana gemela, una mujer fr¨ªvola y sensual que baila y bebe alocadamente recordando aquel ritmo y aquella sensualidad de Mata-Hari.
La puesta en escena result¨® una osad¨ªa para los c¨®digos morales de la ¨¦poca y propin¨® m¨¢s de un problema al director y a la actriz. La legi¨®n de decencia tach¨® de provocativas ciertas escenas por atentar contra la moral y el matrimonio. Las protestas del arzobispo de Nueva Yok y la prohibici¨®n de la pel¨ªcula en Australia origin¨® un esc¨¢ndalo que cort¨® la productora retirando y rehaciendo el filme.
Greta Garbo se molest¨®, pero decidi¨® participar en el rodaje de nuevas escenas m¨¢s acordes con la moral al uso. Ella, que hab¨ªa sido la primera en la pantalla en besar en los labios y en potenciar la ambig¨¹edad sexual, no hab¨ªa pensado la repercusi¨®n de sus exhibiciones en la conducta social. En su plenitud de belleza y talento comprendi¨® que era el momento de retirarse. Prometi¨® volver, pero nunca lo hizo.
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