El Gobierno de Bonn da su acuerdo a la conferencia Intergubernamental para la uni¨®n monetaria europea

J. M. M. F. "No queremos retrasar el ritmo de integraci¨®n para permitir que otros [pa¨ªses] puedan entrar en la Comunidad Europea", dijo ayer en Bonn el secretario de Estado de la Canciller¨ªa, Lutz Stavenhagen, tras anunciar que la RFA ha aceptado que la conferencia intergubernamental para la uni¨®n monetaria de los pa¨ªses de la CE tenga lugar antes de finales del a?o pr¨®ximo. En una r¨¢pida reacci¨®n a las acusaciones y advertencias de Par¨ªs, Stavenhagen asegur¨® que espera que 11 de los 12 l¨ªderes de los pa¨ªses comunitarios -sin especificar cu¨¢l de ellos se mantendr¨ªa al margen- estar¨¢n de acuerdo en iniciar la conferencia durante la cumbre con que finalizar¨¢ la presidencia italiana de la Comunidad, a finales de 1990.

El presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, declar¨® anoche, a su llegada a Estrasburgo, que habr¨¢ un acuerdo sobre la conferencia intergubernamental, pero matiz¨® "Hay que intentar compatibilizar los intereses de todos".La RFA respondi¨® con rapidez inaudita a la velada amenaza pronunciada por el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors, que hab¨ªa reaccionado con dureza ante las intenciones de Bonn de retrasar el proceso de uni¨®n monetaria y de pedir una mayor acumulaci¨®n de poder por parte del Parlamento Europeo.

Sin embargo, el propio ministro de Exteriores Hans-Dietrich Gensher hab¨ªa negado poco antes que la RFA se haya sentido presionada por Par¨ªs "No puedo hablar de presiones", dijo Gensher, "ya que estoy totalmente a favor de que el Consejo Europeo en Estrasburgo establezca una se?al clara para la uni¨®n econ¨®mica y monetaria, no porque otros nos est¨¦n presionando, sino porque es en nuestro propio inter¨¦s".

Una vez m¨¢s Gensher ha venido a apagar el fuego prendido por el canciller Helmut Kohl que en una carta personal al presidente franc¨¦s Fran?ois Mitterrand hab¨ªa pedido que se iniciara el debate sobre la potenciaci¨®n del Parlamento Europeo, en el sentido de reforzar sus poderes para que este ¨®rgano pudiera ejercer un mayor control sobre el enorme poder que adquirir¨¢ la Comisi¨®n de la CE cuando se produzca la uni¨®n monetaria.

De hecho, se trata de un problema electoral. La fobia de los alemanes occidentales con todo lo que tenga que ver con la inflaci¨®n -un fantasma que todav¨ªa despierta los recuerdos de la Rep¨²blica de Weimar, cuyos billetes de millones de marcos adornan a¨²n las cervecer¨ªas alemanas- hace que entre el electorado aumente el temor a una uni¨®n monetaria. Para las autoridades monetarias, el ministro de Finanzas Theo Waigel y el presidente del Bundesbank, un sistema europeo cuya moneda dirigente ser¨ªa el marco alem¨¢n y sobre el que caer¨ªa el peso de las dem¨¢s no es el mejor sistema para luchar contra la inflaci¨®n.

La RFA se mantiene en unas cuotas de un 2% a un 3% de inflaci¨®n anual, y seg¨²n las encuestas existe un rechazo de la poblaci¨®n a sumergir su moneda en un mar de divisas europeas contra las que no tiene m¨¢s que perder. Con las elecciones a menos de un a?o vista, Kohl pretend¨ªa aplazar el asunto hasta despu¨¦s de los comicios, pero no ha podido hacerlo, atado como est¨¢ de pies y manos con el problema interalem¨¢n, para el que necesita el apoyo de sus socios europeos.

Stavenhagen admiti¨® que el 31 de diciembre de 1992, cuando est¨¢ previsto el inicio del mercado ¨²nico, as¨ª como 1994, pr¨®ximas elecciones europeas, podr¨ªan servir de referencia para la conclusi¨®n de la conferencia gubernamental.