Nadia Comaneci: "Estoy muy decepcionada"
La ex gimnasta rumana vive una pesadilla desde que lleg¨® a EE UU
Nadia Comaneci est¨¢ sentada en un oscuro y desierto bar de un hotel de Pompano Beach, en Florida, mientras sorbe un daiquiri de fresa y mira una reposici¨®n de Batman en televisi¨®n. Cuando su imagen aparece en el informativo da un respingo en su asiento. Pero es otra noticia m¨¢s de las que ha o¨ªdo la ¨²ltima semana: Nadia la destroza-hogares, la princesa aguafiestas. "No, realmente no es lo que esperaba", dijo sobre su llegada a EE UU tras su huida de Rumania hace dos semanas. "Estoy decepcionada, muy decepcionada".
Hace 13 a?os, Nadia Comaneci conquist¨® el coraz¨®n de los americanos cuando, con 14 a?os de edad, gan¨® tres medalla de oro en las pruebas de gimnasia, logrando el primer 10 en una competici¨®n ol¨ªmpica de este deporte. Ahora dice que, cuando lleg¨® a Estados Unidos, esperaba ser recibida con cari?o y afecto. Por contra, despu¨¦s de un recibimiento cordial, ha sido despreciada, especialmente por culpa de sus propias declaraciones, y en poco tiempo ha aprendido la dura lecci¨®n de lo caprichosa que es Am¨¦rica cuando se construye la imagen de un personaje.En una entrevista de 40 minutos al borde de una piscina, el pasado martes, Nadia Comaneci y su acompa?ante, Constantin Panait, un residente en Florida de 36 a?os que la ayud¨® a huir de Ruman¨ªa, se retractaron de muchos de los comentarios que hab¨ªan realizado la pasada semana. Seg¨²n ellos, se trata de un esfuerzo para restaurar el buen nombre de Comaneci y su imagen como portavoz para la venta de productos americanos.
Nadia ha sido duramente criticada como destrozahogares por su relaci¨®n con Panait, un hombre casado con cuatro hijos entre los dos y los seis a?os.
Rectificaciones
La pasada semana, ambos sugirieron estar viviendo una relaci¨®n rom¨¢ntica, pero el martes, Comaneci dijo que, pese a que comparten una habitaci¨®n de 125 d¨®lares (14.500 pesetas) diarios en un hotel, tan s¨®lo tienen una casta amistad. La pasada semana, preguntada si estaba preocupada por el hecho de que Panait estaba casado y ten¨ªa cuatro hijos peque?os, Nadia hab¨ªa respondido: "?Y qu¨¦?". El martes, Comaneci dijo que, debido a su dificultad para hablar y comprender el ingl¨¦s, no hab¨ªa entendido la pregunta. A?adi¨® que sent¨ªa l¨¢stima por Mar¨ªa, la esposa de Panait durante los ¨²ltimos siete a?os. Tambi¨¦n la pasada semana, Nadia dijo que no sent¨ªa inter¨¦s por el mundo de la gimnasia en Estados Unidos: "Quiero hacer otras cosas", explic¨®. El martes dijo que s¨ª tiene inter¨¦s por introducirse en el ambiente de la gimnasia en Am¨¦rica, mencionando especialmente la posibilidad de convertirse en entrenadora."Me gusta Am¨¦rica", dijo Nadia. "No quiero herir a Am¨¦rica. No quiero decir nada que hiera a Am¨¦rica". Panait, su compa?ero, a?adi¨®: "Los americanos todav¨ªa piensan en Nadia como una ni?a de 14 a?os".
Nadia parece anonadada ante el tipo de vida que est¨¢ llevando en Estados Unidos. Ella imaginaba que iba a encontrarse con una nueva libertad, pero en realidad est¨¢ aislada, vive de inc¨®gnito -est¨¢ registrada en el hotel con el apellido Sweeney-, y cambia continuamente de residencia para huir de los periodistas. Cuando se le pregunt¨® si estaba enfadada, Nadia contest¨®: "No estoy contenta, pero tampoco enfadada".
Desmintiendo las informaciones facilitadas por supuestos amigos de que en los ¨²ltimos a?os ha estado bebiendo mucho en su ciudad natal de Bucarest, Nadia, muy sombr¨ªa durante toda la entrevista, esboz¨® su ¨²nica sonrisa: "Eso es una mentira. No hay suficiente alcohol al alcance de la gente como para emborracharse en Ruman¨ªa".
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