El Berl¨ªn de todos
LA REUNIFICACI?N de Alemania es un problema que ocupar¨¢ todav¨ªa algunos a?os; en medio de estruendosas declaraciones de apoyo, la eventual reconstrucci¨®n de un solo Estado alem¨¢n ha de tropezar con numerosas reservas como para que quepa aventurar plazos o conjeturar f¨®rmulas. En cambio, la antigua capital de Alemania, el Berl¨ªn de Unter den Linden, de Kurfunstendamm y de Alexander Platz, est¨¢ ya reunificado desde que el 9 de noviembre pasado la virtual desaparici¨®n del muro libr¨® a los berlineses orientales de su cautiverio.La situaci¨®n de Berl¨ªn es sumamente peculiar. De un lado, el Berl¨ªn Occidental no forma parte de iure de la Rep¨²blica Federal de Alemania, aunque toda su vida pol¨ªtica y econ¨®mica est¨¦ ligada a ella. Es, al contrario, la parte de la ciudad sobre la que las potencias mandatarias podr¨ªan ejercer plenamente su tutela, lo que no es el caso, porque los tres pa¨ªses occidentales, Estados Unidos, Reino Unido y Francia, prefieren permanecer entre bastidores, en tanto que no consienten a la Uni¨®n Sovi¨¦tica que utilice m¨¢s que un derecho de paso, fundamentalmente simb¨®lico. De otro lado, en Berl¨ªn Oriental es Mosc¨² quien ha hecho renuncia formal de sus poderes en favor,de la RDA, al tiempo que limita la presencia de sus antiguos aliados a un derecho de circulaci¨®n y de metaf¨®rico patrulleo.
La reunificaci¨®n de hecho de Berl¨ªn, que se halla en la misma l¨®gica de la historia, habr¨ªa de ser, sin embargo, compatible con la eventual negociaci¨®n, que moralmente ya ha comenzado, para la reunificaci¨®n de Alemania. En otras palabras, los poderes de las potencias sobre Berl¨ªn, y m¨¢s ahora que se funden las oposiciones m¨¢s evidentes entre el Este y el Oeste, pueden ser el instrumento para que los acontecimientos en la antigua capital alemana no corran m¨¢s que en el resto del mapa de la Europa central.
El canciller de la RFA, Helmut Kohl, ha propuesto un plan en varias etapas para la reunificaci¨®n alemana, intencionadamente vago en sus previsiones y especialmente indefinido en el calendario, que nos habla en un primer plazo de una confederaci¨®n germ¨¢nica. Y Berl¨ªn podr¨ªa ser el banco de pruebas de esa aproximaci¨®n indolora de las dos Alemanias, a condici¨®n de que las potencias cobraran conciencia de que tienen un papel que jugar en la reconstrucci¨®n pol¨ªtica de la ciudad.
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