La ruta del deshielo en Berl¨ªn Este
La capital de la RDA ofrece un panorama cultural de creciente inter¨¦s
Los turistas de las transiciones pol¨ªtica tienen un nuevo destino en Berl¨ªn Este. La ebullici¨®n pol¨ªtica y cultural de la RDA ofrece m¨²ltiples alicientes para quienes desean comprobar sobre el terreno el alcance de los cambios en el este de Europa. Pero los viajeros deber¨¢n mentalizarse para una situaci¨®n en la que no se ofrece informaci¨®n y en la que no se dispone de una agenda de puntos de inter¨¦s. Los rasgos autoritarios del r¨¦gimen germano oriental se diluyen, pero s¨®lo hasta cierto punto, lo mismo que las dificultades para atravesar fronteras.
La mejor manera de entrar en Berl¨ªn Este es hacerlo mediante un visado tur¨ªstico de la RDA, para una estancia prolongada y, caso de hallarse en Berl¨ªn Oeste, con un pase tur¨ªstico de un d¨ªa de duraci¨®n para el sector oriental. De no abrirse nuevos pasos a tal efecto, los extranjeros deben utilizar el puesto fronterizo conocido como Checkpoint Charlie, en la calle de Friedrich. Es preciso pagar cinco marcos por derechos de entrada en la RDA y es obligatorio cambiar 25 marcos de la RFA, que las autoridades orientales cambian a la par. El resto del dinero que lleve el viajero debe ser declarado escrupulosamente y es preciso volver a cruzar la frontera antes de medianoche, de lo contrario el visitante ser¨¢ retenido hasta las 6.00 en una comisar¨ªa de la RDA. Es lo que los transe¨²ntes habituales de Checkpoint Charlie conocen como el efecto Cenicienta.Una vez en Berl¨ªn Este, tras un r¨¢pido vistazo a la Casa de la Amistad Sovi¨¦tico-alemana, en la misma calle de Friedrich, el visitante puede hacer lo mismo que cualquier periodista y dirigirse al centro de prensa de la cercana calle de Mohren, pues algunas actividades alternativas se convocan all¨ª o desde all¨ª con muy poca antelaci¨®n. Otros centros para informarse sobre actividades no oficiales son la Uni¨®n de Artistas Pl¨¢sticos, en la calle de Liebknecht, y la Uni¨®n Cultural, en la calle de Niederwall. Para los germanohablantes, esta instituci¨®n edita una revista semanal, Sonntag, en la que se rese?an tambi¨¦n las actividades culturales m¨¢s destacables.
'Isla de los museos'
La oferta muse¨ªstica de Berl¨ªn Este se centra en la llamada isla de los museos, que incluye el Museo Pergamon, con sus colecciones de arte del Lejano Oriente, isl¨¢mico y ar¨¢bigo. El museo Bode es notable por sus piezas egipcias. La isla alberga adem¨¢s la moderna Galer¨ªa Nacional de la RDA, el museo de grabados y estampaciones, el etnol¨®gico y el numism¨¢tico. Es interesante ver el Museo de Historia, en el n¨²mero 2 de la avenida Unter den Linden. Otros centros de inter¨¦s son la casa de Bertolt Brecht, en la calle de Chaussee, 125, donde vivi¨® y trabaj¨® el conocido dramaturgo hasta su muerte, o el Museo de Artes Aplicadas, en el Palacio K?penick.Hay muy pocas galer¨ªas de arte en Berl¨ªn Este y las m¨¢s interesantes est¨¢n apartadas de las rutas de los visitantes. Una de las sensaciones del actual per¨ªodo de cambio fue una exposici¨®n de fotograf¨ªas y retratos de Roger Melis, un fot¨®grafo muy apreciado en medios de la oposici¨®n, en la galer¨ªa M, situada en el nuevo distrito de Marzalhn, pero se clausur¨® a primeros de diciembre. Dos instituciones que pueden ofrecer informaci¨®n cultural de actualidad en cualquier momento son la Agencia Estatal de Artistas, en la calle de Krausen, 9 y la organizaci¨®n de los festivales de m¨²sica y teatro de Berl¨ªn, que se celebran en verano. Los Berliner Festtage tienen su sede en la calle de Scharren, 17. Teatralmente, la RDA vive desde hace tiempo una situaci¨®n de cambio impulsada por figuras como Heiner M¨¹ller, cuyo montaje Tod in Berlin (Muerte en Berl¨ªn) ha sido puesto en escena este mes en la sede del Berliner Ensemble, el mundialmente famoso teatro brechtiano que, para los actores progresistas de la RDA, se hab¨ªa convertido ¨²ltimamente en poco menos que un museo interpretativo. Ahora, el Berliner Ensemble (en la plaza de Bertolt Brecht) alterna sus propias producciones con otros montajes, como el de M¨¹ller.
?pera del Estado
Otro teatro de inter¨¦s es la ¨®pera del Estado (en la avenida Unter den Linden, 7), un bell¨ªsimo espacio esc¨¦nico, con una excelente ac¨²stica y una compa?¨ªa titular de gran nivel. En la contigua sala Apollo se celebran conciertos de m¨²sica de c¨¢mara. Es destacable tambi¨¦n el Teatro Alem¨¢n de la calle de Schumann, 13-A, donde Max Reinhardt dio a conocer sus adaptaciones de cl¨¢sicos.La cultura pop, a falta de ver lo que suceder¨¢ cuando se consoliden los cambios, no tiene templos fijos en Berl¨ªn Este. Pueden verse actuaciones improvisadas en la zona de Prenzlauer Allee y Prenzlauer Berg. Es posible asistir a conciertos pop en la zona deportiva de Weissensee, uno de los distritos al este de la ciudad.
Lo m¨¢s interesante, con todo, es deambular por la antigua capital alemana y contemplar sus contrastes. Los viejos y elegantes edificios de la ¨¦poca imperial se alzan junto a bloques de inspiraci¨®n estaliniana. Son estos desajustes los que contribuyen al peculiar clima de guerra fr¨ªa, cuyas huellas pueden a¨²n detectarse en la antigua capital alemana y que hacen que un diplom¨¢tico acreditado en Berl¨ªn Este diga: "Hasta ahora, ¨¦ste era un lugar fascinante donde pod¨ªan darse situaciones incre¨ªbles. Era como estar en una novela cuyo autor era la mayor parte de las veces Franz Kafka y, en ocasiones, John Le Carr¨¦".
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