Los patrulleros de la noche
A las cuatro de la madrugada se puede hacer tertulia en la M-30. Especialmente si llueve. Un peque?o derrape en cualquiera de las cerradas rampas de acceso, el impacto consiguiente con la valla protectora -cuando la hay- y, de rebote, el choque contra otro veh¨ªculo que hace escasamente un minuto hab¨ªa perdido el control en el mismo punto."Qu¨ªtalo de ah¨ª, porque esta curva es muy rnala". El propietario de una gr¨²a que estaba intentando enganchar el otro autom¨®vil siniestrado conoce a la perfecci¨®n el punto negro. Gracias a la M-30 y sus accidentes ha conseguido independizarse y trabajar como aut¨®nomo. "No se preocupe, que r¨¢pidamente viene un compa?ero. Es que hoy hay mucho trabajo", alega.
Media docena de gr¨²as privadas patrullan cada noche Mr la carretera de circunvalacion madrile?a. Hay trabajo para todos, aunque hay que estar siempre al loro (atentos). "Algunos estamos comunicados por radio y nos avisamos cuando hay alg¨²n golpe".
Muchas veces no hace falta ni patrullar. Se conocen a la perfecci¨®n los puntos donde tarde o temprano tendr¨¢n trabajo. La Polic¨ªa Municipal sabe que, adem¨¢s, piratean su frecuencia de radio para ser los primeros en llegar al lugar del accidente.
Mientras el operario engancha el veh¨ªculo siniestrado, es f¨¢cil que se sume a la tertulia el encargado de mantenimiento de la autov¨ªa tras dejar en el arc¨¦n su furgoneta con lanzadestellos naranja. Observa el lugar del accidente y anota los destrozos causados en las vallas, se?ales o farolas.
"Este pavimento est¨¢ muy rnal", dice el encargado de mantenimiento, intentado disculpar al conductor. "Est¨¢ muy viejo y encima hay muchas manchas de aceite, que cuando llueve convierten la calzada en una pista de patinaje". De la parte trasera del cami¨®n saca un poco de sepiolita para cubrir los charcos de aceite mientras mira de reojo a la curva. Es muy probable que a los pocos minutos vuelva a derrapar otro coche en el mismo punto.
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