El mundo de la escena recuerda a Beckett
El escritor irland¨¦s revolucion¨® el teatro del siglo XX
Con la muerte de Samuel Beckett en Par¨ªs a los 83 a?os ha desaparecido el m¨¢s grande escritor del siglo XX. ?sta es la conclusi¨®n de la mayor¨ªa de los directores de escena y hombres de letras, que recuerdan c¨®mo el estreno en 1953 de Esperando a Godot supuso una revoluci¨®n de la escritura dram¨¢tica. A partir de entonces, la trama pod¨ªa ser m¨ªnima; la puesta en escena, inexistente; los personajes, contradictorios; los di¨¢logos, impredecibles. Y la farsa, convertirse en tragedia.
El dramaturgo franc¨¦s Jean Anouilh fue uno de los primeros junto con Sylvain Zegel, cr¨ªtico teatral del diario La liberation, en reconocer el talento del escritor irland¨¦s tras el estreno de Esperando a Godot el 5 de enero de 1953 en el Teatro Babilonia de Par¨ªs. El primero escribi¨®: "Esperando a Godot es una obra maestra que causar¨¢ la desesperaci¨®n de los hombres en general y de los dramaturgos en particular".A?os m¨¢s tarde su obra ser¨ªa representada en todos los escenarios del mundo, desde los colegios a las prisiones, y su influencia modelar¨ªa el trabajo no s¨®lo de los autores sino tambi¨¦n de los directores e incluso de los actores.
En este sentido, el escritor brit¨¢nico Raymond Hayman declar¨® el pasado martes: "La versi¨®n del Rey Lear de Peter Brook era verdaderamente Esperando a Godot. Tom Stoppard admite que no le hubiera sido posible escribir Rosencrantz and Guildenstern are dead si no hubiera sido por el ejemplo de Beckett. Creo que lo que su escritura ha hecho ha sido favorecer el juego de elementos esc¨¦nicos. Los personajes son descritos de forma que parecen estar improvisando. Existe la posibilidad de no hacer nada en el escenario y la tradici¨®n del suspense, que no hab¨ªa cambiado desde Shakespeare, fue superada".
En 1969 Beckett fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca reconoc¨ªa una obra "que ha transformado la indigencia del hombre en exaltaci¨®n y que se eleva como un miserere sobre toda la humanidad". Beckett, que se encontraba entonces en Marruecos, no acudi¨® a recibir el premio ni realiz¨® declaraciones y destin¨® la cuant¨ªa del mismo a los artistas necesitados.
El productor Joseph Papp, que ha puesto en escena numerosas obras suyas, describi¨® ayer al escritor irland¨¦s como "un hombre que habl¨® profunda y sencillamente de la vida, del envejecimiento, de la muerte, pero teniendo todo los talentos para hacerlo. No era un c¨ªnico. Lo que ¨¦l dijo fue: 'Arr¨¢strate por el polvo, pero hazlo luchando".
Barney Rosset, editor norteamericano de Beckett, revel¨® ayer que en 1954 le hab¨ªa comprado los derechos en ingl¨¦s de Esperando a Godot por 100 d¨®lares y, que hab¨ªa encontrado al escritor "mentalmente alerta" la ¨²ltima vez que habl¨® con ¨¦l hace dos semanas. "Beckett reparti¨® todo su dinero. Su legado ser¨¢ su obra", dijo el editor.
Fernando Arrabal declar¨®: "Hace 45 a?os que soy amigo de Beckett y siento una gran emoci¨®n ante su muerte. Era un genio pero fue sobre todo un hombre cabal. Ha sido el mayor genio teatral del siglo XX y su obra est¨¢ impregnada de misterio como lo estuvo su vida".
El director teatral Jos¨¦ Luis Alonso se?al¨® que Beckett "fue uno de los dramaturgos que abri¨® las ventanas a un teatro inquietante con Esperando a Godot, una obra que tiene semejanzas con Seis personajes en busca de autor, de Pirandello. Ambas poseen un teatro ins¨®lito que muestra la angustia del hombre que ha vivido dos guerras, la desesperanza, la negaci¨®n y, al mismo tiempo, las afirmaciones".
Para el dramaturgo Alfonso Sastre, "en los testimonios de Samuel Beckett y Bertold Brecht, que marcaron despu¨¦s de la II Guerra Mundial las dos v¨ªas de la escritura dram¨¢tica, y en algunas tentativas de s¨ªntesis posteriores como es el Marat Sade de Weiss, est¨¢n los grandes momentos del teatro universal".
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