El Bar?a pierde el primer partido en el Camp Nou
El Barcelona quer¨ªa estar en consonancia con las fiestas navide?as y se puso el esmoquin para acudir al escenario del Camp Nou. Quer¨ªa despedir la d¨¦cada de los ochenta con una victoria que le permitiera seguir manteniendo las distancias con el Real Madrid. Pero un se?or vestido de negro, calificado por algunos como la gran esperanza del arbitraje espa?ol, se lo impidi¨®. Brito Arceo, que ya hab¨ªa dado muestras de su incompetencia a lo largo de todo el encuentro, resucit¨® al malogrado Emilio Guruceta, cuando, en el minuto 77, ante el estupor y la indignaci¨®n general, se?al¨® un penalti inexistente. Su error, su inmenso error, vuelve a avivar la pol¨¦mica sobre el problema arbitral y da argumentos a todos aquellos que ocultan sus deficiencias bajo el paraguas de una organizaci¨®n que dirige Jos¨¦ Plaza.Josep Lluis N¨²?ez, presidente azulgrana, seguramente se arrepinti¨® de no haber estado presente anoche en el Camp Nou. En su refugio de Puigcerd¨¢ no pudo destapar la caja de los truenos. Posiblemente, se limit¨® a lamentarse junto a su esposa Maria Llu?sa, cuando unos minutos antes se las promet¨ªan tan felices.
Y es que el Bar?a no pudo comenzar mejor el encuentro. Casi sin dar tiempo a que los espectadores se acomodaran en sus localidades o ante el televisor, ya ten¨ªa un gol en el zurr¨®n. Todo hac¨ªa presagiar una goleada y m¨¢xime al ver como la poblada defensa del Sevilla -Vicente Cantatore coloc¨® a cinco hombres en esa posici¨®n- intentaba emular a los Cantores Hispalis.
Con un juego vistoso, al primer toque y buscando siempre los espacios abiertos, los chicos de Johan Cruyff -ayer repiti¨® alineaci¨®n por primera vez en la temporada- hicieron trabajar a destajo al excelente meta sovi¨¦tico Dassaev. Ni siquiera el primer gol de Polster, que significaba el empate moment¨¢neo, los descentr¨®. En seguida restablecieron la situaci¨®n y el p¨²blico del Camp Nou, siempre buen gourmet, volvi¨® a gritar "Bar?a, Bar?a" como en los mejores tiempos.
Durante el descanso, nadie pod¨ªa imaginarse lo que se avecinaba. Por eso uno de los directivos del Sevilla reconoc¨ªa p¨²blicamente que iba ser muy dif¨ªcil que su equipo sacara tajada del Camp Nou. Y mucho menos despu¨¦s de que Julio Salinas marcara el, te¨®rico, gol de la tranquilidad.
Pero all¨ª estaba Brito Arceo, dispuesto a convertirse en protagonista de la noche. El joven ¨¢rbitro tinerfe?o no dud¨® un instante en sancionar con penalti el derribo de Serna a Polster. Ni siquiera mir¨® al juez de l¨ªnea, cuando en el primer tiempo si hizo caso a sus auxiliaresy rectific¨® sobre la marcha una clara pena m¨¢xima a Beguirist¨¢in.
Polster, el ¨²nico delantero del Sevilla que rompi¨® las cinturas de los escasos defensores azulgranas, no desaprovech¨® el regalo. Y el Bar?a, a partir de ese momento, perdi¨® los estribos. Volvi¨® a ser ese equipo fall¨®n que ha construido Cruyff a su imagen y semejanza. Cometi¨® errores de bulto que pag¨® caros.
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