Avanzan las negociaciones para entregar a Noriega
La permanencia del general Manuel Antonio Noriega en su refugio de la nunciatura apost¨®lica en Panam¨¢ se ha convertido en una amenaza para el orden p¨²blico y en un motivo de divisi¨®n dentro del nuevo Gobierno presidido por Guillermo Endara. Las negociaciones para su entrega avanzan, pero lenta y dificultosamente, mientras el pa¨ªs del canal vivi¨® ayer el primer d¨ªa de cierta normalidad desde la invasi¨®n del pasado d¨ªa 20. El general Noriega se atrevi¨® ayer a aparecer durante siete segundos, en pantal¨®n corto y ropa deportiva, en la terraza del edificio donde permanece asilado desde el d¨ªa de Nochebuena.
La vigilancia militar norteamericana en torno a la sede de la nunciatura se ha relajado considerablemente como fruto de la negociaci¨®n entre el Vaticano y Estados Unidos, y la m¨²sica ensordecedora de los ¨²ltimos d¨ªas ha terminado.Los paname?os, sin embargo, no duermen tranquilos mientras el general derrocado permanezca relativamente libre. Todos est¨¢n nerviosos: el Gobierno, que no acaba de echar a andar, y el pueblo, que no se atreve todav¨ªa a cantar victoria. Hartos de esperar y sordos ante los argumentos de prudencia esgrimidos por el Vaticano, los dirigentes de la Cruzada Civilista, el movimiento social que inici¨® en 1987 las protestas contra el r¨¦gimen militar, ha convocado para hoy una gran concentraci¨®n frente a la nunciatura para exigir la entrega de Noriega ya.
Impedir la manifestaci¨®n
El propio nuncio, Sebasti¨¢n Laboa, y autoridades del nuevo Gobierno intentan impedir esa manifestaci¨®n, por el peligro que supone de que se convierta en un intento de linchamiento o en una oportunidad para que francotiradores aislados o provocadores desencadenen actos de violencia Fuentes de la nunciatura han advertido que no va a ser con presiones de este tipo como modifiquen los criterios de la Iglesia.
Seg¨²n fuentes norteamericanas, todav¨ªa quedan sueltos por la ciudad algunos elementos armados partidarios del depuesto r¨¦gimen, por lo que cualquier movimiento de masas podr¨ªa ser aprovechado para crear confusi¨®n.
El lunes por la noche se produjo un nuevo enfrentamiento en la carretera de Panam¨¢ a Col¨®n entre soldados norteamericano y supuestos batallones de la dignidad en el que muri¨® un paname?o y varios m¨¢s resultaron heridos.
Mientras Noriega siga en la nunciatura, adem¨¢s, el Gobierno de Guillermo Endara no puede concentrar su atenci¨®n en otros temas prioritarios para la reconstrucci¨®n del pa¨ªs.
El presidente Endara ha dejado claro que Noriega tiene que ser entregado directamente a Estados Unidos, porque en Panam¨¢ no existen garant¨ªas carcelarias ni jur¨ªdicas para hacerse cargo de ¨¦l.
Probablemente Endara est¨¢ de esta manera resisti¨¦ndose a jugar el penoso papel del t¨ªtere que se presta a recibir formalmente a Noriega para entregarlo acto seguido a la justicia norteamericana.
Para entregar a Noriega, la nunciatura est¨¢ pidiendo a las autoridades paname?as el compromiso de que, al menos inicialmente, ser¨ªa juzgado por los delitos de los que pueda ser acusado en Panam¨¢, aunque posteriormente fuese enviado a Estados Unidos para responder all¨ª por los cargos de narcotr¨¢fico. Algunos miembros del nuevo Gobierno ya se muestran favorables a esta salida, pero no el presidente Endara, que tal vez sabe que las tropas norteamericanas nunca dejar¨ªan a Noriega en manos paname?as y quiere evitar ese conflicto.
Asesores internacionales
Para contribuir a deshacer toda esta complicada mara?a diplom¨¢tica llegaron ayer a Panam¨¢ distintos asesores internacionales.
Por parte norteamericana, el subsecretario del Departamento de Estado, Lawrence Eagleburger, un buen conocedor del caso paname?o y, seg¨²n el comentario de un diplom¨¢tico extranjero "un funcionario con el nivel suficiente para recibir la pistola de Noriega". [Eagleburguer lleg¨® a la base militar de Howard y se dirigi¨® inmediatamente a la representaci¨®n diplom¨¢tica nortearnericana para reunirse con el embajador, Arthur Davis, y altos oficiales del Comando Sur, informa Efe. Por parte del Vaticano se esperaba a Jacinto Berlocco, de la Secretar¨ªa de Estado del Vaticano, quien colaborar¨¢ con Laboa en su delicada labor de dejar contentos a todos sin da?ar el prestigio de la Iglesia.
En estos d¨ªas se han escuchado argumentos tan disparatados como el de que un criminal no puede refugiarse en una sede santa. "Como si no fueran precisamente los criminales y los pecadores los principales motivos de preocupaci¨®n de la Iglesia", dec¨ªa una fuente religiosa. Esta fiebre crece por momentos y va a ser muy dif¨ªcil crear una cierta estabilidad en este pa¨ªs mientras se mantenga la incertidumbre sobre el futuro de Noriega.
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