M¨¢s mareas negras

EXISTEN VERSIONES contradictorias sobre la marea negra producida por la fuga de petr¨®leo del buque iran¨ª que se incendi¨® hace dos semanas frente a las costas marroqu¨ªes. Pero incluso las opiniones m¨¢s moderadas subrayan la magnitud de la amenaza: una mancha que, con 27 kil¨®metros de frente y una superficie total pr¨®xima a los 300 kil¨®metros cuadrados, se encontraba ayer a unos 30 kil¨®metros de la costa, entre Casablanca y Safi, uno de los principales bancos pesqueros de la zona.Un dato a considerar para valorar el riesgo es que en el accidente del Exxon Valdez en marzo pasado en las costas de Alaska fueron 38.000 las toneladas de crudo vertidas al mar. Ahora han sido unas 70.000 toneladas, y otras 200.000 permanecen a bordo del petrolero. La noticia se ha conocido casi simult¨¢neamente a la del siniestro del buque Arag¨®n, el mayor de la flota petrolera espa?ola, en las inmediaciones del archipi¨¦lago de Madeira, que ha provocado la fuga de unas 25.000 toneladas de combustible. Otras 30.000 toneladas, en este caso de gasolina, se derramaron ayer en Pensilvania.

Desde hace 20 a?os, los accidentes navales con desprendimiento de grandes cantidades de combustible al mar se han convertido en una constante. Ello ha servido para que medren algunas compa?¨ªas especializadas en disolver los vertidos, pero apenas para reforzar las medidas de seguridad que los impidan. El accidente del Arag¨®n se debi¨® a una tormenta, sin que influyeran, al parecer, factores t¨¦cnicos de otro tipo. En el caso del Exxon Valdez, el origen del siniestro -cuyos efectos ecol¨®gicos fueron comparados por el juez que conden¨® al capit¨¢n del buque con "la explosi¨®n de una bomba at¨®mica en el oc¨¦ano"- fue el choque con un arrecife.

Ahora, con la excepci¨®n de algunos ocean¨®graf¨®s franceses, los especialistas parecen mostrarse menos alarmistas: se dice que se trata de un petr¨®leo ligero, lo que facilita su evaporaci¨®n, y que la mancha que amenaza la costa marroqu¨ª es de muy escaso espesor. Hay con todo razones para la desconfianza. En Alaska, todas las previsiones de los t¨¦cnicos fallaron: los detergentes ensayados en laboratorio se revelaron in¨²tiles para disolver el petr¨®leo en aguas muy fr¨ªas y se invirtieron 35 horas, frente a las cinco previstas por la compa?¨ªa, para rodear con disolvente la mancha que amenazaba la costa.

En el caso del barco iran¨ª siniestrado en el Atl¨¢ntico queda por aclarar la raz¨®n del retraso en la intervenci¨®n. El incendio del barco se produjo el d¨ªa 19 de diciembre. Sus tripulantes lo abandonaron, dej¨¢ndolo a la deriva. Un experto franc¨¦s en asuntos de poluci¨®n viaj¨® el 22 a Rabat, lo que significa que para esa fecha las autoridades marroqu¨ªes conoc¨ªan la dimensi¨®n de la amenaza. No obstante, hasta el domingo 31 de diciembre no se alert¨® a los Gobiernos de los pa¨ªses potencialmente amenazados o capaces de prestar ayuda: Espa?a, sobre todo por Canarias, Portugal, Francia y el Reino Unido.

El comandante Cousteau, que lleva decenios levantando su voz contra la muerte biol¨®gica del Mediterr¨¢neo y el deterioro ecol¨®gico de los mares en general, ha protestado por ese retraso y por la escasa atenci¨®n que se presta a la repetici¨®n de accidentes de este tipo sin que se depuren las responsabilidades concretas de las compa?¨ªas petroleras. Seg¨²n ¨¦l, sigue habiendo demasiados buques sin medidas espec¨ªficas de seguridad contra los vertidos, como la existencia de doble casco y doble sistema de propulsi¨®n para casos de aver¨ªa grave.