Washington-Managua, relaciones bajo m¨ªnimos

Las relaciones entre el r¨¦gimen sandinista de Nicaragua y la Administraci¨®n norteamericana han alcanzado nuevos m¨ªnimos en la ¨²ltima semana como consecuencia de dos incidentes que amenazan con envenenar a¨²n m¨¢s el di¨¢logo siempre dif¨ªcil entre Washington y Managua y con crear un nuevo foco de tensi¨®n en la ya fr¨¢gil situaci¨®n centroamericana. Los sucesos que han provocado la nueva crisis bilateral son la violaci¨®n de la extraterritorialidad de la residencia del embajador nicarag¨¹ense en Panam¨¢ el pasado viernes por tropas norteamericanas, y otro, a¨²n no aclarado, registrado el lunes en el norte de Nicaragua en el que murieron dos monjas cat¨®licas. Una era norteamericana, y el obispo auxiliar que result¨® herido tiene tambi¨¦n la nacionalidad estadounidense.

Desde que se produjo la violaci¨®n del domicilio del embajado nicarag¨¹ense en Panam¨¢, Antenor Ferrey, la guerra de comunicados entre Managua y Washington ha ido en aumento. El presidente nicarag¨¹ense, Daniel Ortega, calific¨® la entrada de las tropas estadounidenses en la residencia de su embajador como "un incidente que pone en peligro a toda la naci¨®n". "La presencia de tropas norteamericanas en Panam¨¢", a?adi¨®, "representa una amenaza de invasi¨®n no s¨®lo para cualquier pa¨ªs de Latinoam¨¦rica, sino principalmente para Nicaragua".Ortega, en represalia, orden¨® la expulsi¨®n de 20 diplom¨¢tico de la representaci¨®n diplom¨¢tica norteamericana en Managua y redujo la presencia de personal administrativo y de servicios en la embajada de Estados Unidos de 320 a 100.

Bush se apresur¨® a dar explicaciones personalmente por lo que calific¨® de metedura de pata de sus soldados, aunque se pregunt¨® por que un embajador ten¨ªa en su domicilio un arsenal que inclu¨ªa lanzadores de granadas. Por su parte, el Departamento de Estado calific¨® la reacci¨®n de Ortega de "totalmente desproporcionada" y aleg¨® que lo que en realidad persegu¨ªa el presidente nicarag¨¹ense era encontrar una excusa para reducir los efectivos de la misi¨®n diplom¨¢tica estadounidense con el fin de que no pudieran vigilar el proceso electoral de Nicaragua.

Enfrentamiento

En este clima de enfrentamiento diplom¨¢tico, el lunes se produjo el segundo incidente cuando el jeep en el que viajaban cuatro religiosos choc¨® con una mina y fue posteriormente ametrallado por un grupo de personas todav¨ªa no identificado pero que el Gobierno de Managua pretende que pertenece a los rebeldes, contra, apoyados por EE UU. En el tiroteo murieron dos monjas, Maureen Courtney, de 46 a?os, de Milwaukee, y Teresa Rosales, nicarag¨¹ense, y resultaron heridos el obispo auxiliar de Bluefields (Nicaragua), Paul Schmitz, norteamericano, y otra monja.

El Gobierno sandinista calific¨® la acci¨®n como "un paso m¨¢s en la escalada de violencia por parte del Gobierno de Estados Unidos".

Portavoces de la contra en Washington y Miami aseguran que no operan en esa zona y niegan su participaci¨®n en el asesinato. El ¨¢rea donde ocurri¨® el incidente entre Puerto Cabezas y Mina la Rosita, noreste de Nicaragua, est¨¢ controlada por los indios miskitos y el jefe militar de la contra, Enrique Berm¨²dez, apunt¨® la posibilidad de que se tratara de una acci¨®n aislada de la guerrilla miskita. "No he recibido ninguna informaci¨®n de nuestra gente sencillamente porque nunca hemos operado all¨ª".

El Departamento de Estado se limit¨® a indicar que est¨¢ tratando de investigar los hechos.