Industria estima en 74.000 millones de pesetas el coste pagado por las empresas el¨¦ctricas por culpa del mal a?o hidr¨¢ulico

F. NADAL / M. A. NOCEDA, El Ministerio de Industria y Energ¨ªa ha evaluado en 74.088 millones de pesetas el importe que las compa?¨ªas el¨¦ctricas espa?olas han dejado de percibir en 1989 como consecuencia de la diferencia de hidraulicidad registrada en ese ejercicio con relaci¨®n al llamado a?o hidr¨¢ulico medio. El a?o hidr¨¢ulico medio se determina en el marco legal y estable en el que se establecen los mecanismos para la fijaci¨®n autom¨¢tica de la tarifa el¨¦ctrica. Junto a ello, los responsables energ¨¦ticos han previsto para este a?o un incremento del 5% en el precio del carb¨®n.

La ca¨ªda en la cifra de beneficios que se registrar¨¢ en la mayor parte de las compa?¨ªas el¨¦ctricas, que quedar¨¢ patente cuando hagan p¨²blicas sus respectivas cuentas de p¨¦rdidas y ganancias correspondiente a 1989, va a estar ¨ªntimamente ligada a la evoluci¨®n climatol¨®gica que se ha observado a lo largo del ejercicio reci¨¦n cerrado, caracterizada por una situaci¨®n de prolongada sequ¨ªa -que persiste a¨²n en la zona norte espa?ola-, dram¨¢ticamente rota en algunos casos a finales de a?o.

Aunque el marco legal y estable toma en cuenta una serie de par¨¢metros a la hora de determinar la tarifa el¨¦ctrica y establece un sistema corrector para el caso de que alguno de los factores que han servido de base para su determinaci¨®n se sit¨²e por encima de los estimados inicialmente, lo cierto es que la hidraulicidad del a?o en cuesti¨®n no es un factor que se tome en consideraci¨®n a la hora de realizar el c¨¢lculo de las desviaciones.

Los redactores del marco estable tomaron como un valor fijo el llamado a?o hidr¨¢ulico medio, de tal forma que un a?o hidr¨¢ulicamente bueno se compensa con otro que resulte malo. En definitiva, que cuando llueve por encima de la media prevista, los beneficios que se obtengan de ello son para las empresas el¨¦ctricas, al igual que las p¨¦rdidas que se deriven del fen¨®meno contrario.

El hecho de que las lluvias no hayan hecho acto de presencia en Espa?a desde principios de la segunda mitad de 1988 hasta pr¨¢cticamente el ¨²ltimo trimeste de 1989, ha provocado una dr¨¢stica ca¨ªda en la producci¨®n energ¨¦tica de origen hidr¨¢ulico, que ha tenido que ser compensada mediante el empleo de fuel y de carb¨®n, lo que se ha traducido en mayores costes por las empresas y, especialmente, para aquellas que basan su potencial en las centrales hidroel¨¦ctricas, como es el caso de Iberduero, Hidrola, Uni¨®n-Fenosa o Enher.

El Ministerio de Industria y Energ¨ªa, que prev¨¦ para 1990 un incremento de la demanda real del 4% sobre el ejercicio precedente, considera conveniente una subida del precio del carb¨®n del 5%, "con el fin de mantener la productividad y la actividad del sector minero", seg¨²n se indica en el expediente de tarifas remitido el pasado 29 de diciembre a la Junta Superior de Precios.

Paralelamente, los responsables de la pol¨ªtica energ¨¦tica espa?ola contemplan la puesta en marcha en el mes de julio del presente ejercicio de dos nuevas centrales hidr¨¢ulicas -La Remolina I y II-, y en octubre otra central t¨¦rmica -Escadr¨®n 5-, todas ellas pertenecientes a Endesa.