Detenidos varios militares por el asesinato de Ellacur¨ªa
El presidente de El Salvador, Alfredo Cristiani, a riesgo de abrir una crisis en las relaciones entre su Gobierno y las fuerzas armadas, anunci¨® en la noche del domingo a todo el pa¨ªs que los asesinos de Ignacio Ellacur¨ªa y otros cinco jesuitas fueron miembros del Ej¨¦rcito. El anuncio, que refuerza la credibilidad del presidente, abre la posibilidad de una depuraci¨®n de las fuerzas armadas. Cristiani no revel¨® nombres de detenidos por su implicaci¨®n en el asesinato, pero una emisora de radio inform¨®, citando fuentes oficiales, que varios oficiales y soldados hab¨ªan sido ya arrestados en relaci¨®n con este caso.
El presidente Cristiani explic¨® por medio de un discurso radiotelevisado de cuatro minutos de duraci¨®n que, en base a la investigaci¨®n desarrollada por la Comisi¨®n Investigadora de Hechos Delictivos, "se determin¨® que existe involucraci¨®n de algunos elementos de la fuerza armada" en el m¨²ltiple crimen cometido el 16 el de noviembre pasado, en medio de la m¨¢s importante ofensiva lanzada por el frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN) en diez a?os de guerra."Tengan plena seguridad de que el Gobierno y la fuerza armada estamos empe?ados en descubrir hasta el ¨²ltimo implicado en tan detestable crimen", dijo el presidente. Al mismo tiempo pidi¨® a la poblaci¨®n "comprensi¨®n" y "evitar las especulaciones", con el fin de no entorpecer el trabajo de la comision investigadora.
Por decisi¨®n del propio Cristiani, especialistas de Espa?a, el Reino Unido y Estados Unidos colaboran con los agentes salvadore?os en las averiguaciones de este caso. Adem¨¢s, el presidente anunci¨® el domingo la creaci¨®n de "una comisi¨®n especial de honor", integrada por oficiales de distinta graduaci¨®n y abogados civiles, para ayudar a la Comisi¨®n Investigadora de Hechos Defictivos.
Sospechas de la Iglesia
Las declaraciones de Cristiani confirman las sospechas expuestas desde un primer momento por la Iglesia cat¨®lica sobre la autor¨ªa de los asesinatos de los seis jesuitas (cinco de ellos espa?oles) y dos mujeres de servicio. Un informe de la Oficina de Tutela Legal del arzobispado de San Salvador conclu¨ªa el pasado d¨ªa 28 de noviembre que "todas las evidencias e indicios en su totalidad y correlaci¨®n establecen que los responsables del asesinato fueron elementos militares pertenecientes a la Fuerza Armada".
Un documento distribuido por un grupo de supuestos militares que se autoidentificaban como "oficiales j¨®venes" atribu¨ªa el crimen a altos mandos de la Polic¨ªa de Hacienda, una unidad de las fuerzas armadas que se ha visto implicada en el pasado en diversos episodios de represi¨®n.
Fuentes pr¨®ximas a la investigaci¨®n de la Iglesia consideran que, cualesquiera que sean los oficiales responsables de la matanza, debieron contar con complicidad a alto nivel, ya que la acci¨®n se llev¨® a cabo con tiempo y tranquilidad y cont¨® con el despliegue de armamento militar muy desarrollado. Fue una operaci¨®n organizada y bien montada, no una acci¨®n de represalia decidida por unos cuantos locos.
Las investigaciones hasta ahora han estado centradas en la unidad que rodeaba la Universad Centroamericana Jos¨¦ Sime¨®n Ca?as (UCA) en el momento en que, en su interior, se perpetraba el crimen. Esta unidad parece ser, efectivamente, de la Polic¨ªa de Hacienda.
La principal testigo del caso, Luc¨ªa Barrera de Cerna, que vio a los soldados que entraban en la UCA, se encuentra en Estados Unidos, donde, seg¨²n ha denunciado la Iglesia, ha sido sometida a tortura psicol¨®gica por parte de los agentes policiales norteamericanos.
El Ej¨¦rcito se enfrenta, en todo caso, a una situaci¨®n dif¨ªcil despu¨¦s del reconocimiento del presidente Cristiani. Desde el primer d¨ªa del m¨²ltiple asesinato, portavoces de las fuerzas armadas han tratado de defender la versi¨®n de que los asesinos fueron elementos del FMLN disfrazados con unif¨®rmes del Ej¨¦rcito. Esa versi¨®n riunca aport¨® pruebas suficientes para resultar cre¨ªble. Por el contrario, el asesinato de los jesuitas puso en duda la credibilidad de Cristiani, confirm¨® la falta de respeto a los derechos humanos por parte del Ej¨¦rcito y amenaz¨® el matenimiento de la ayuda que anualmente concede EE UU a El Salvador. El senador dem¨®crata norteamericano Eduard Kennedy pidi¨® el pasado 19 de diciembre una investigaci¨®n sobre si la ayuda militar a El Salvador estaba siendo utilizada eficientemente. A su vez, el representante dem¨®crata Joe Moakley advert¨ªa que exist¨ªan "evidencias circunstanciales" sobre la implicaci¨®n del Ej¨¦rcito en la matanza.
El desarrollo del caso obligaba ya a Cristiani a intervenir para no convertirse en c¨®mplice silencioso del crimen. Ahora tiene tambi¨¦n la oportunidad de imponer su autoridad en el Ej¨¦rcito y efectuar una depuraci¨®n, reclamada por la guerrilla y algunas instituciones salvadore?as.
La semana pasada se anunci¨® ya el pase a retiro del jefe de la fuerza a¨¦rea, el general Rafael Bustillo, uno de los principales representantes de la l¨ªnea dura de las fuerzas armadas. En su despedida, Bustillo asegur¨® que "sin la fuerza a¨¦rea el Ej¨¦rcito no hubiera podido con el FLMN". Vaticin¨® en el futuro graves conflictos en el seno de la fuerza armada para combatir a la guerrilla. La salida de Bustillo puede ser el comienzo de una remodelaci¨®n en la c¨²pula militar, lo que posiblemente permitir¨ªa la reanudaci¨®n del di¨¢logo con el FMLN.
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