Las advertencias de Rosa Luxemburg
Cuando el 6 de enero de 1918 Lenin decidi¨® disolver la Asamblea Constituyente, en la que los bolcheviques ten¨ªan un 27% de representantes, con vistas a erigir el sistema de los consejos obreros y abolir los derechos pol¨ªticos del reci¨¦n nacido sistema democr¨¢tico ruso, Rosa Luxemburg conden¨® del modo m¨¢s categ¨®rico aquella medida. La hermosa autora de La acumulaci¨®n del capital advirti¨® con contundencia a su viejo amigo Lenin que el socialismo s¨®lo puede realizarse como transformaci¨®n consciente de toda la sociedad, y que tal transformaci¨®n s¨®lo se opera seg¨²n las formas estructurales de la d¨ºmokrat¨ªa, o "la prevalencia de los hombres unidos por una condici¨®n social com¨²n", de acuerdo con su exacta etimolog¨ªa estudiada por Emile Benveniste. Rosa Luxemburg siempre pens¨® que el elemento realmente revolucionario debe buscarse exclusivamente en la espontaneidad elemental de la masa. Frente a esta espontaneidad, las organizaciones centrales del partido tienen siempre, segu¨ªa diciendo, una funci¨®n inhibitoria. Esta brillante pensadora germana contrapuso desde el principio la dictadura del partido a la dictadura de la clase; defen-Pasa a la p¨¢gina siguiente
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di¨® tajantemente la libertad como libertad del que piensa de otro modo, la necesidad de la cr¨ªtica, del control p¨²blico, etc¨¦tera. Pero el gran Lenin se mor¨ªa de pura hiperinformaci¨®n y las advertencias de Rosa Luxemburg fatalmente no pod¨ªan llegar a sus o¨ªdos. La libertad se muri¨® en el dogma. La emancipaci¨®n se ahog¨® en un ¨²nico partido. El pleno derecho de autodeterminaci¨®n, incluyendo el derecho a la separaci¨®n estatal, fue s¨®lo una sarc¨¢stica letra muerta. En resumen, lo que hoy est¨¢ emergiendo poderoso en el Este no es una renuncia a la Revoluci¨®n de Octubre, sino una valiente catarsis. Han aprendido dolorosamente que renunciar a la democracia y a la participaci¨®n pol¨ªtica en aras de una mayor velocidad hist¨®rica es una mastuerza estupidez que se paga muy, muy caro.-
En estos tiempos en que los pa¨ªses del Este se han lanzado a una carrera desenfrenada de renovaci¨®n se ha hablado con frecuencia de la necesidad de perestroika tambi¨¦n en los partidos comunistas occidentales, concretamente en el PCE (hoy integrado en la coalici¨®n Izquierda Unida). Yo no discuto ahora el d¨¦ficit de libertad o no de los Estados socialistas. Pero respecto al PCE conviene recordar que si alg¨²n partido pol¨ªtico espa?ol puede atribuirse el t¨ªtulo del mayor defensor de la libertad en este pa¨ªs, ¨¦se es el partido que hoy dirige Julio Anguita. Y si no, d¨ªganme: ?qui¨¦n ha luchado m¨¢s por la antimilitarizaci¨®n, por la no integraci¨®n en la OTAN y en pro de la objeci¨®n de conciencia? ?Qui¨¦n ha luchado m¨¢s por la libertad sexual, por la libertad de divorcio, de anticoncepci¨®n, de aborto, de educaci¨®n sexual, de ser homosexual o heterosexual o lo que se quiera? ?Cu¨¢l, en fin, fue la fuerza pol¨ªtica que con mayor ah¨ªnco luch¨® en contra del franquismo? Yo creo que, si se pide perestroika en este pa¨ªs, no es a los comunistas precisamente a los primeros que hay que ped¨ªrsela, si es que con ello se reivindica la libertad.- Ricardo Rodr¨ªguez del R¨ªo. Legan¨¦s, Madrid.
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