Moral y m¨¢scara del canto
El brillante grupo de poetas de la generaci¨®n del reci¨¦n desaparecido Jaime Gil de BiedMa ha sido frecuentemente asociado con el esfuerzo de superaci¨®n de la poes¨ªa social espa?ola posterior a la guerra civil. No obstante, y aunque es verdad que la obra de es tos autores signific¨® un enriquecimiento del lenguaje po¨¦tico castellano, fueron los valores morales, ¨ªntimos y sociales que ellos defendieron los que tambi¨¦n hicieron que sus libros sean, fundamentales para nuestra poes¨ªa actual.Para Gil de Biedma, el compromiso social era doble: por una parte critic¨® la sociedad burguesa a la qu¨¦ ¨¦l perteneci¨® y por otra intent¨® expresar sus conflictos personales con la m¨¢scara ir¨®nica de un yo multifac¨¦tico, el cual iba desde la contenida mirada nost¨¢lgica a su propio pasado hasta la autoburla de quien se ve¨ªa a s¨ª mismo ya como muerto
La distancia ir¨®nica la hab¨ªa aprendido Gil de Biedina del poeta W. H. Auden; la actitud elegiaca, de Luis Cernuda. Con estas dos voces de fondo y con el rigor intelectual de Baudelaire y T. S. Eliot siempre presente, el autor explor¨®, con un lenguaje riguroso, su propia experiencia como hombre, como poeta y como sujeto situado en unas circunstancias hist¨®ricas que denunci¨® insistentemente.
De este modo, su obra se aliment¨® de una rica tradici¨®n po¨¦tica occidental de la cual ¨¦l se apropiaba recicl¨¢ndola, cit¨¢ndola, pero a la vez encontr¨® en la cultura popular de su tiempo un fondo inagotable que us¨® para contrarrestar el intelectualismo que pudo asfixiar su propia escritura.
Pero siempre esta doble manipulaci¨®n de dos lenguajes diferentes, el culto y el popular, ven¨ªan a servir un solo prop¨®sito: el de tomar una actitud ¨¦tica frente al mundo y frente a las manifestaciones de su historia personal. Por esta raz¨®n creo que es importante, ahora que ha desaparecido Jaime Gil de Biedrna, hablar claramente de uno de- los temas centrales de su poes¨ªa: el del amor.
Las m¨¢scaras del amor
El escritor intent¨®, siempre convencernos de que su poes¨ªa hablaba de la experiencia amorosa en general, no de la suya en particular. Pero si de hecho, como confirma la cr¨ªtica y el propio autor, en ciertas ocasiones, una gran parcela de su obra es de ¨ªndole autobiogr¨¢fica, es obvio que las meditaciones sobre el amor en su poes¨ªa parten de unas vivencias m¨¢s o menos modificadas por la alquimia del verbo.
La publicaci¨®n de su Diario (1974) arroj¨® ya bastante luz p¨²blica sobre el car¨¢cter homosexual de la poes¨ªa amorosa del autor, aunque Biedina supo mantener cierta ambig¨¹edad para no caer en el documento confesional. Permanece in¨¦dito otro diario del poeta, escrito en su larga estancia en Filipinas, que, por los comentarios privados que conozco, su publicaci¨®n aclarar¨¢ no pocas claves de la vida y la obra del autor.
Biedma evit¨® expresar francamente sus preferencias amorosas por dos razones: porque el patetismo autoconfesional le parec¨ªa obsceno y de mal gusto y porque el ambiente laboral y familiar en el que se desenvolv¨ªa era sofocante. A trav¨¦s de la iron¨ªa y la parodia salv¨® voluntariamente el primer obst¨¢culo; lo cual no impide que nosotros hagamos, hoy, que desafortunadamente ya no est¨¢ entre nosotros el escritor, una lectura honesta de su obra.
El segundo impedimento para que sus textos fueran abiertamente homoer¨¦ticos, el de la famili¨¢ y el trabajo, es hoy a¨²n una lacra a la cual hay que enfrentarse, francamente, porque sigue siendo,un mal social que nos afecta a todos.
En estos tiempos de crisis, donde el SIDA (enfermedad de la que muri¨® el poeta) ha modificado nuestras relaciones sexuales, la obra y la personalidad de Gil de Biedma cobra un valor fundamental, porque directa, o solapadamente, denuncia la hipocres¨ªa social que a¨²n nos rodea. En este sentido, la poes¨ªa de Biedma, que tuvo un significado moral en el momento en que fue escrita, adquiere ahora, con este fat¨ªdico final, una relevancia excepcional. Qui¨¦n le hubiera dicho al escritor que, a pesar de haberse querido esconder bajo una m¨¢scara l¨²dica de un yo an¨ªasado en su propia vida, iba a ser la muerte la que nos iba a revelar el verdadero significado de su poes¨ªa amorosa-
Como escribiera Benjam¨ªn de la obra de Baudelaire, la de Jaime Gil de Biedma brilla como un astro sobre el oscuro cielo del franquismo, contin¨²a as¨ª la alta lecci¨®n moral de Luis Cernuda y nos alcanza hasta hoy ilumin¨¢ndonos como un emblema de ¨ªndole ¨¦tica y moral, a pesar de que ¨¦l mismo se preguntara alguna vez: "?Qu¨¦ a qu¨¦ la m¨¢scara y el disfraz, cuando s¨®lo se habla a uno mismo? Pues a ciencia cierta no se sabe, pero es el caso que m¨¢s de un poeta, a solas, ha empleado una y otro"..
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