Bush promete a Barco pedir permiso para combatir la droga

CARLOS MENDO El presidente George Bush,en un intento de suavizar la tensi¨®n creada en Colombia por el env¨ªo de unidades navales norteamericanas al Caribe, ha asegurado al primer mandatario colombiano, Virgilio Barco, que "EE UU no emprender¨ªa ninguna acci¨®n [antidroga] sin el pleno consentimiento del Gobierno de Bogot¨¢". En un comunicado de la madrugada de ayer, la Casa Blanca anunci¨® que Bush telefone¨® a Barco para "expresar su pesar por el malentendido creado por noticias period¨ªsticas equivocadas en torno a una proyectada operaci¨®n antinarc¨®ticos".

"El presidente [Bush] asegur¨® al presidente Barco que Estados Unidos no ten¨ªa intenci¨®n de llevar a cabo ninguna actividad en las aguas territoriales colombianas, que no se emprender¨ªa ninguna acci¨®n sin el pleno consentimiento y cooperaci¨®n del Gobierno de Bogot¨¢ y que [Washington] nunca consider¨® un bloqueo de las costas colombianas", a?ad¨ªa el comunicado.Bush explic¨® a Barco que "la ¨²nica intenci¨®n de Estados Unidos era cooperar con Colombia y complementar los valientes esfuerzos del presidente colombiano en su lucha contra los c¨¢rteles de narc¨®ticos".

Los dos presidentes, siempre seg¨²n el comunicado de la Casa Blanca, lamentaron que Informaciones poco precisas y confusas hubieran creado una falsa impresi¨®n de la puesta en vigor de unos planes, que a¨²n no se han aprobado, sobre la cooperaci¨®n futura norteamericana con el Gobierno colombiano".

Por su parte, el presidente Virgilio Barco expres¨® su convencimiento de que "George Bush nunca aprobar¨ªa unas acciones que violaran la soberan¨ªa colombiana".

Decisi¨®n del Pent¨¢gono

Al mismo tiempo, la declaraci¨®n Je la Casa Blanca inclu¨ªa la sorprendente afirmaci¨®n de que Bush "no hab¨ªa autorizado [la celebraci¨®n de] maniobras navales".

La gravedad de esta afirmaci¨®n es evidente, ya que, en el caso de confirmarse, pondr¨ªa de manifiesto que los mandos militares han actuado por su cuenta, incluso antes de contar con la probaci¨®n final de su comanlante en jefe, en este caso el presidente de Estados Unidos, para niciar una operaci¨®n.

Los medios de comunicaci¨®n ian denunciado ya esta tendencia de actuar unilateralmente por parte de los militares, evidenciala en algunas acciones llevadas a cabo por las tropas norteamericanas durante la invasi¨®n de Panam¨¢, como, por ejemplo, el infantil bombardeo de la nunciatura ipost¨®lica con canciones rock Jurante el tiempo, que el ex hombre fuerte Manuel Antonio Noriega estuvo refugiado y el arbitrario registro de la residencia del embajador de Nicaragua.

Ante la tormenta pol¨ªtica creada en Colombia por la reveaci¨®n del env¨ªo al Caribe el viernes 5 de varias unidades navales, entre las que se encuentran el portaviones Kennedy y el crucero Virginia, el Pent¨¢gono trat¨® de luitar importancia a la operaci¨®n militar, a la que calific¨® de simples "maniobras navales rutinarias".

Por su parte, el canciller colombiano, Julio Londo?o, manifest¨® que Colombia no participar¨ªa en esas "maniobras", y a?adi¨® que su Gobierno se opondr¨ªa a la interceptaci¨®n de nav¨ªos con bandera colombiana, aunque esa nterceptaci¨®n se llevara a cabo in aguas internacionales.

Entretanto, Estados Unidos ha firmado un acuerdo de cooperaci¨®n en la lucha contra el tr¨¢fico de estupefacientes con el nuevo Gobierno paname?o del presidente Guillermo Endara.

El acuerdo, por el que ambos pa¨ªses se comprometen a combatir conjuntamente la producci¨®n y el tr¨¢fico de drogas, as¨ª como el blanqueo de dinero procedente de ese tr¨¢fico, supone, entre otras cosas, la eliminaci¨®n de Panam¨¢ de la lista negra de pa¨ªses relacionados con el comercio de estupefacientes y el restablecimiento de las cuotas de exportaci¨®n de az¨²car paname?a al mercado norteamericano, suspendidas en 1988 tras el procesamiento de Noriega por dos tribunales de Florida.

Por su parte, la directora de Emigraci¨®n del r¨¦gimen de Noriega, B¨¦lgica del Castillo, y su marido, Carlos, refugiados en la Nunciatura Apost¨®lica en Panam¨¢, se han entregado a las tropas norteamericanas despu¨¦s de que las autoridades vaticanas les comunicaran la imposibilidad de concederles el asilo pol¨ªtico.

Funcionarios del nuevo Gobierno paname?o han acusado a la ex funcionaria de haber vendido permisos de residencia en Panam¨¢ a 65.000 emigrantes de Cuba, Rep¨²blica Popular de China y Libia.