Aquella final de la Copa en 1987...
El Steaua gan¨® por 3-0 un t¨ªtulo en los despachos del Comit¨¦ Central
JUAN MORA ENVIADO ESPECIAL, Final de la Copa de Rumania en 1987. Se enfrentaban los dos mejores conjuntos rumanos, Steaua y D¨ªnamo de Bucarest. Con el partido empatado a un gol, el Steaua se retir¨® del campo tras serle anulado un gol. El ¨¢rbitro, con el refrendo de la federaci¨®n, dio al D¨ªnamo como ganador. Dos d¨ªas despu¨¦s, un comunicado del Comit¨¦ Central, m¨¢ximo organismo del poder pol¨ªtico en el pa¨ªs, decretaba, bajo la firma de Nicolae y Elena Ceaucescu, que el campe¨®n era el Steaua por 3-0. Fue un regalo del conducator a su hermano Ilie y a su hijo Valent¨ªn. Ilie era quien suministraba los fondos econ¨®micos al Steaua y Valent¨ªn, simplemente, el mayor forofo del equipo.
Augustin Deleanu, secretario general del D¨ªnamo, recuerda a¨²n el d¨ªa que vinieron a quitarle el trofeo: "No se sabe qu¨¦ normativas aplicaron. Nosotros hab¨ªamos ganado porque el Steaua se hab¨ªa retirado y el ¨¢rbitro, aplicando el reglamento, nos acompa?¨® a coger el trofeo como campeones. Pero, a los dos d¨ªas, vinieron a por el trofeo con un comunicado que proclamaba campe¨®n al Steaua". ?ste partido result¨® el mayor esc¨¢ndalo deportivo conocido en Ruman¨ªa y una prueba definitiva de que las manipulaciones de los Ceaucescu alcanzaban cualquier terreno y cualquier circunstancia. El Dinamo era el equipo financiado por el Ministerio del Interior, por la temida Securitate, y el Steaua representaba al Ej¨¦rcito, donde mandaba Ilie Ceaucescu, t¨ªo de Valent¨ªn. Como a Nicolae el deporte le interesaba muy poco nole preocup¨® lo m¨¢s m¨ªnimo conceder un t¨ªtulo de Copa como regalo a sus familiares, para que pudieran presumir.Lacatus, uno de los jugadores m¨¢s destacados del Steaua, cuenta por qu¨¦ se retiraron del terreno de juego tras la anulaci¨®n de un gol que les acercaba a la victoria: "El capit¨¢n del equipo se quit¨® el brazalete y la camiseta. Al ver esto, todos abandonamos el campo. Preguntamos al presidente del club qu¨¦ es lo que ten¨ªamos que hacer y ¨¦ste se fue a ver a Valent¨ªn Ceaucescu. La respuesta fue que no volvi¨¦ramos a salir". Lo curioso es que Valent¨ªn no ten¨ªa ning¨²n cargo en el club. Pero Lacatus dice: "Era como si fuese el presidente". Nicolae Pantia, directivo del Steaua, califica dos a?os despu¨¦s aquella victoria como "una injusticia".
Otro protagonista del esc¨¢ndalo fue Mircea Anghelescu, por aquel entonces presidente de la federaci¨®n y ahora, tras la revoluci¨®n, ministro de Deportes. Se siente c¨®modo al hablar de este asunto y entra en detalles: "Faltaba un minuto para el final del partido y el marcador estaba en empate a uno. El Steaua marc¨® un gol y el ¨¢rbitro se fue hacia el centro del campo, pero vio al juez de l¨ªnea que se?alaba fuera de juego. Entonces anul¨® el tanto, pero orden¨® falta directa. Los jugadores del Steaua no quisieron seguir el juego. Ilie, el hermano de Ceaucescu, que era ministro adjunto del Interior, les dio la orden de abandonar el terreno y los jugadores se fueron. El ¨¢rbitro esper¨® el tiempo reglamentario, incluso m¨¢s, 20 minutos, por si aparec¨ªa el Steaua. Como no fue as¨ª, se?al¨® el final del encuentro. Yo fui a felicitar al D¨ªnamo como campe¨®n porque era presidente de la federaci¨®n, y ah¨ª se acab¨® el asunto. Al d¨ªa siguiente por la ma?ana vino a la federaci¨®n un miembro del Comit¨¦ Central acompa?ado de representantes de los dos clubes, adem¨¢s del presidente del Consejo Nacional de Deportes, que era un general. Vimos el v¨ªdeo y dijimos que hab¨ªa que respetar la decisi¨®n de los ¨¢rbitros. El miembro del Comit¨¦ Central pregunt¨®: 'Ahora, ?qu¨¦ hacemos?'. El miembro del Steaua dijo que la victoria era para ellos por 2- 1. El del D¨ªnamo, que 3-0 a su favor; el general, que 2-1 para Steaua, y al final, cuando me preguntaron a m¨ª, respond¨ª que la ¨²nica solu ci¨®n era recurrir al reglamento: 3-0 para el D¨ªnamo por abandono del campo de Steaua. Ah¨ª s acab¨® la reuni¨®n. Al d¨ªa siguiente apareci¨® un comunicado de 1 oficina del Consejo Nacional de Deportes que dec¨ªa que el Steaua era campe¨®n por 3-0, que los ¨¢rbitros eran suspendidos por un a?o y que hab¨ªa que tomar medidas para acabar con los problemas en el f¨²tbol. No se hac¨ªa ninguna referencia a quienes hab¨ªamos opinado en contra. La ratificaci¨®n de todo esto lleg¨® con el comunicado del Comit¨¦ Central firmado por Ceaucescu y su esposa".
Aquella final de Copa simboliza perfectamente el grado de intervencionismo que pod¨ªa practicar la familia Ceaucescu en el Deporte. Como es de suponer, tampoco fue el ¨²nico grave atropello que cometieron. Hay quien recuerda a¨²n la sanci¨®n a Andone, jugador del Dinamo, apartado por aplaudir con cierta sorna a Valent¨ªn Ceaucescu. Y nadie olvida c¨®mo los intereses familiares ten¨ªan tal peso que Ilie era capaz de recomendar que el Steaua no ganase al modesto Olt, equipo radicado en la localidad donde naci¨® el dictador. Pero los abusos no fueron propiedad del Steaua. El D¨ªnamo tambi¨¦n tiene un oscuro pasado; el m¨¢s conocido, el caso Camataru, jugador que se proclam¨® bota de oro en Europa tras marcar 44 goles en una temporada. Sorprendentemente, en la sede del D¨ªnamo no existen documentos que confirmen los 44 goles del futbolista, actualmente en un equipo belga.
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