Primos hermanos
La inmensa mayor¨ªa de los 38 vocales que integran el consejo del BBV pertenece a alguna de las sagas familiares que crearon los antiguos bancos originarios y que durante varias generaciones los han venido gobernando. Los Ybarra, Lipperheide, De Sendagorta, De Zubir¨ªa, Delclaux, Mac-Mahon, Ampuero y Lezama Leguizam¨®n, entre otros, son los rancios apellidos de Neguri que se repiten con notable frecuencia en la historia de los antiguos Bilbao y Vizcaya.Pero a diferencia de sus antepasados, los descendientes de estas familias que hoy pueblan el consejo del BBV apenas re¨²nen en total el 5% del capital del banco. Los inversores institucionales nacionales y extranjeros -compa?¨ªas de seguros y fondos de pensiones- controlan m¨¢s del 30% del banco. El resto est¨¢ en manos de 360.000 peque?os accionistas entre los que cabe destacar a los empleados y directivos que poseen m¨¢s de un 6% del capital, aunque carecen de representaci¨®n en el consejo.
La continuidad de las familias en el consejo se apoya en s¨®lidos argumentos. Aunque permanece como el mejor guardado de los secretos, distintas fuentes cifran que la retribuci¨®n anual de los consejeros del BBV no baja de los 50 millones de pesetas y no es dif¨ªcil que llegue a pasar de los 100. Y ello -entre otros motivos- porque los estatutos del nuevo banco autorizan a repartir entre el consejo hasta el 4% de los beneficios netos, que en 1988 ascendieron a 90.000 millones de pesetas.
Una parte de los emolumentos la reciben como sueldo y con el resto se constituye un fondo de pensiones, de forma que en el momento de cese por motivos de edad o salud sigan recibiendo el sueldo como si estuvieran en activo.
Poder concentrado
Pero no es s¨®lo el consejo de administraci¨®n lo que est¨¢ en juego cada vez que existe un terremoto en una instituci¨®n financiera. Un consejero ejecutivo de uno de los grandes bancos nacionales se?alaba hace unos a?os, antes de acceder a la sala del consejo del banco en el que trabaja, que "el poder de los presidentes y de los consejos consiste en la inmensa capacidad que tienen para colocar a personas de su entorno en la propia estructura del banco o de las empresas controladas por las entidades". A?ad¨ªa que no es dif¨ªcil que algunos grupos familiares lograran ingresos superiores a los 500 millones de pesetas anuales gracias "a la colocaci¨®n de algunos de sus miembros en puestos claves", sin que dichas personas reunieran requisitos de participaci¨®n que explicaran su presencia ah¨ª. Este consejero se?alaba que el "poder tambi¨¦n reside en que pueden cesar a quienes han nombrado".
Recientes ejemplos en otras instituciones financieras espa?olas, en las que se est¨¢ procediendo a la exclusi¨®n de personas habituales en numerosos consejos de los grupos financieros dejan constancia de esta afirmaci¨®n. Y buena parte de las batallas que se est¨¢n desarrollando no tienen otra explicaci¨®n que la defensa de las situaciones adquiridas a lo largo del tiempo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.