Di¨¢logo de v¨ªboras
Ricardo Coraz¨®n de Le¨®n, Juan Sin Tierra, Leonor de Aquitania, tuvieron una leyenda heroica y culta en las generaciones espa?olas que le¨ªan las novelas hist¨®ricas y aventureras para la juventud, como las de Sabatini. Sin embargo, eran unas repugnantes v¨ªboras: de lo peor de la Edad Media. James Goldman escribi¨® su obra El le¨®n en invierno en la gran ¨¦poca reciente de la desmitificaci¨®n, cuando se comenz¨® a aprender que no hab¨ªa dogmas, ni absolutos, ni h¨¦roes, ni grandezas. As¨ª empez¨® el desencanto.Goldman ten¨ªa a su servicio dos valores perennes del idioma ingl¨¦s, el innuendo y el understatement, formas de estilo: oblicuas, alusivas, reductoras, hip¨®critas, veladas; la base del humor ingl¨¦s. Muchas veces no es f¨¢cil traducirlas a otros idiomas; Luis Garc¨ªa Montero lo hace muy bien en esta versi¨®n de El le¨®n..., pero el p¨²blico no parece muy capaz de entenderlo. Cada vez menos: se va apoderando deEspa?a, cada vez m¨¢s, un lenguaje violento, directo, casi insultante, producto en gran parte de la clase pol¨ªtica, y en mucha tambi¨¦n de la instalaci¨®n de nuevos estilos que se suponen democr¨¢ticos de hablar francamente. Pero ¨¦sta es otra cuesti¨®n.
El le¨®n, en inviemo
De James Goldman; versi¨®n de Luis Garc¨ªa Montero. Int¨¦rpretes: Agust¨ªn Gonz¨¢lez, Eva Garc¨ªa, Jos¨¦ Antonio Gallego, Gerardo Giacinti, Juan Polanco, Mar¨ªa Asquerino, Jos¨¦ Mar¨ªa Barbero. Direcci¨®n: Joaqu¨ªn Vida. Teatro Infanta Isabel. Madrid, 19 de enero.
El le¨®n en invierno lleg¨® aqu¨ª por el cine: una pel¨ªcula de 1968 -ya se ve la fecha de las desmitificaciones- con Katharine Hepburn y Peter O'Toole. Oscilaba entre la comedia y el melodrama. La obra de teatro es m¨¢s dura. El le¨®n -Enrique II de Inglaterra- duda sobre cu¨¢l de sus tres hijos ha de recaer el trono de Inglaterra y la mano de Alix Capeto, hermana del rey de Francia; y su propia amante. Lo habla con Leonor de Aquitania, su esposa, a la que tiene encarcelada desde 10 a?os atr¨¢s, y lo discute con los aspirantes al trono. Se atacan como bestias. El lenguaje de Goldman mezcla giros medievales con los actuales y consigue mucho brillo. Los Plantagenet se muestran mordaces, bajunos, intrigantes, asesinos, traidores, deshonestos.
Al mismo tiempo que es una pieza de desmitificaci¨®n hist¨®rica lo es tambi¨¦n de la familia, y hablan como en el interior s¨®rdido de un home, sweet home. As¨ª lo hacen para nosotros Mar¨ªa Asquerino, que busca el tono justo de la iron¨ªa y del odio reprimido en el lenguaje, y expresado a trav¨¦s de los circunloquios; y Agust¨ªn Gonz¨¢lez, que saca de pronto una bella fiereza en la voz, y los acentos del pat¨¦tico juego que se desarrolla. Eva Garc¨ªa -Alix Capeto- tiene la tristeza, sobre todo el fastidio y la pasividad, de su situaci¨®n. Los tres hijos responden fisicamente a los caracteres previstos: el fiero, el fofo mimado, el astuto. As¨ª los ha seleccionado el director de escena, Joaqu¨ªn Vida, que tiene en cuenta la falta de formalidad en la construcci¨®n de la obra -entradas y salidas, encuentros de los personajes en un mismo punto, todo sin justificar: ya no hac¨ªa falta- que son tambi¨¦n fruto de la desmitificaci¨®n del teatro en esa ¨¦poca: le sale mejor la tristeza que el brillo. Se la ha tomado demasiado en serio. El vestuario de Pepe Rubio est¨¢ mejor ideado que realizado, y peca de una fantas¨ªa mayor que la que el texto, ir¨®nico y duro, pretende. La escenografia es simb¨®lica y no muy agraciada.
Un p¨²blico de s¨¢bado por la tarde acogi¨® la obra con deseo de entenderla, y con profundo respeto por el trabajo de los actores. Aplaudi¨® con convicci¨®n.
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