Una urgencia

El nuevo director del ICAA, Enrique Balmaseda, tiene delante tareas duras, que sin duda conoce, y una delicada, que no conoce: acabar con el temor -m¨¢s arraigado de lo que supone en los creadores de cine- de que este se encuentra al borde del colapso.El nuevo director del ICAA afirma que no hay razones para suponer (que estamos ante una amenaza de par¨¢lisis de la producci¨®n. Un exceso de optimismo err¨®neo como actitud de partida: aunque no existiese tal peligro, cuando de su existencia est¨¢n convencidos quienes viven de la creaci¨®n de cine, desde la direcci¨®n del ICAA es m¨¢s que conveniente -es imprescindible- actuar como si lo hubiese. Es ¨¦ste un axioma de pol¨ªtica preventiva tan eviente que no da para discusiones.

Lo crea o no Balmaseda, una honda convicci¨®n de que les amenaza el desa3tre est¨¢ en la cabeza de los hombres de cine y esto es m¨¢s grave de lo que imagina. La creaci¨®n de pel¨ªculas es una tarea tan delicada y pende de hilos tan fr¨¢giles que no hay optimismo burocr¨¢tico que frene al pesimismo visceral de un colectivo humano que se alimenta de su propia imaginaci6n y que hoy vive en la inseguridad y la provisionalidad, a merced de una llamada de tel¨¦fono que raras veces lleva, y que, para colmo, se siente calumniado y ambientalemte desacreditado, como consecuencia del deterioro de su im¨¢gen p¨²blica orquestado por algunos ¨®rganos de opini¨®n y no desmentido por Cultura.

?Que hubo p¨ªcaros y tr¨¢ficantes de subvenciones? ?Cuantos? ?Dos, doce? Las dos decenas de miles restantes est¨¢n deseando saber quienes, si es que existieron. Pues esas decenas de miles, que son el cine espa?ol, viven modestamente de un trabajo que aman, y no son traficantes de nada, sino traficados.

De ah¨ª que la primera urgenc¨ªa de Balmaseda, si quiere caminar firme en el nuevo terreno que pisa, es devolver a la gente del cine la confianza perdida, esencial para su trabajo. Y esta confianza no renace de decirles que no hay peligro, cuando ellos lo perciben f¨ªsicamente ahora mismo en el est¨®mago.