Vittorio Gassman

Vittorio Gassman, tras su segunda depresi¨®n, vuelve. Vittorio Gassman es, como Fellini, un monumento nacional. Si el autor de La dolce vita es el director de cine, el gran int¨¦rprete italiano de Shakespeare es el actor por antonomasia. Se dice de ¨¦l, como se dec¨ªa del reci¨¦n fallecido Leonardo Sciascia, que "no parece italiano".Pero Gassman, un genov¨¦s de 68 a?os, es italian¨ªsimo en dos puntos fundamentales: su actitud frente a la madre, la gran mamma, y frente a la muerte, un tema que le persigue, le atormenta y le ha hecho precipitar ya dos veces en una profunda depresi¨®n. Tras la de hace casi 10 a?os, Gassman nos regal¨® su primera estupenda biograf¨ªa, su confesi¨®n, su gran soliloquio. De la segunda, de la que parece haberse liberado, est¨¢ a punto de salir un nuevo libro, que con toda probabilidad ser¨¢ la continuaci¨®n del primero.

Pero lo nuevo es que el actor, que ha producido 50 obras teatrales y otras tantas cinematogr¨¢ficas, tras el t¨²nel de su ¨²ltima enfermedad, vuelve a la plena actividad como protagonista de la futura pel¨ªcula de Dino Risi, Tolgo il disturbo, una frase italiana de imposible traducci¨®n que se refiere a alguien que, sabiendo que est¨¢ de m¨¢s, se va para no molestar. Gassman, que confiesa que a veces tiene a¨²n nostalgia de algunos momentos de su depresi¨®n, ha aceptado el papel de loco en la 15? pel¨ªcula realizada con Risi, porque afirma que todo verdadero actor debe ser "un poco loco" para serlo en firme. Se espera ahora con inter¨¦s su nuevo libro sobre su ¨²ltima neurosis, pero por unas frases que ha anticipado se advierte que el tema de la muerte, junto con el del sexo y, en tono menor, el de fumar o no fumar, sigue siendo como el leitmotiv del volc¨¢n existencial que siempre ha agitado sus aguas interiores.

Dice Gassman que en su nuevo libro ha incluido un consejo que le hab¨ªa dado Risi para aligerar su terror ante la muerte: "Si uno acepta ya estar muerto y se toma despu¨¦s cada nuevo d¨ªa como si fuese un breve permiso, el vivir ser¨¢ m¨¢s agradable". En su primera biograf¨ªa, Gassman justifica su repulsi¨®n por la caza, la pesca, las corridas de toros y las artes marciales como una "profunda desestima por la muerte". Y cuenta que cuando una vez un torero en Madrid, durante una corrida, le brind¨® el toro, m¨¢s tarde, cuando el matador recibi¨® una cornada en el muslo, se puso de pie aplaudiendo instintivamente al toro, ante el esc¨¢ndalo de los presentes por su desagradecimiento frente al generoso torero que le hab¨ªa distinguido ofreci¨¦ndole el toro.